desconsolado y herido.
Volvió al hogar entre lágrimas
de un amor y un sentir incomprendido.
Ruptura amarga
no deseada.
Todavía la quiere como
la quiso el primer día,
todavía la ama
como a su propia vida,
todavía no quiso un adiós,
aunque una sí necesaria despedida.
Volvió al hogar donde anidó,
como hijo prodigo se sintió,
su cuerpo no comía,
sus ojos no dormían.
Solo quería sentir de nuevo su voz,
y en ella una disculpa de vida
que volviera en su casa
a decir otro adiós,
Me voy con mi amada, padre,
me dijo...
con quien de verdad quiero
vivir y morir el resto de mi vida.
Así se despidió el hijo por quien tanto sufrí y sufro...
cada momento de su vida.
.gif)
Poema propio.
Fuente de la imagen:
https://www.lailuminacion.com/el-dios-del-hijo-prodigo