El mundo es de los que crean.
La capacidad de ser creativo es vital para un orador, no solo al momento de tener la idea, redactar el discurso y presentarlo, sino al momento de improvisar. La creatividad en algunos es nata, pero a otros les toca aprender. Y esa es la buena noticia, que así como la oratoria se aprende, la creatividad también. Hay ejercicios para estimular el proceso creativo. Mi intención no es hacer tan larga este post, solo instruirte y resaltar la importancia de ciertos aspectos.
En la guía que diseñé y escribí para mi curso gratuito, usé un fondo azul y letras blancas, un color muy distinto al fondo blanco y letras negras que siempre se usa; quizá no sea original (otros puede que lo hayan hecho), pero es diferente. Eso solo por mencionar un ejemplo. El meollo del asunto es hacer las cosas diferentes, verlas desde varios puntos de vista, desbaratar y volver a construir, cuestionar la manera de hacer o decir las cosas. Solucionar problemas. Preguntarte no solamente el qué hacer, sino, cómo hacerlo. Cuando preguntas cómo las ideas empiezan a fluir.
Te invito a obligarte a pensar, al menos, en 5 maneras distintas de hacer algo, incluyendo el discurso que estás preparando, la conversación que tienes pendiente con tu papá o la cita con el amigo que te invitó a salir hace una semana. Recuerda, el mundo es de los que crean y la creatividad en la oratoria es vital.
G. S. Bilbao
Blogger | Conferencista | Locutor Comercial
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