ProVenezuela Digital Edición: Deportes Edicion#7

in #castellano6 years ago (edited)

El deporte es una de las fuerzas impulsoras más grandes del planeta. Es capaz de dividir familias y a la vez es capaz de fundirte en un abrazo con un completo desconocido sin importar su raza, sexo, edad, tendencia política o estrato social. Por eso hoy de la mano de @yirbeel les traemos una nueva entrega de la revista ProVenezuela Digital: Edición Deporte.

Un espectáculo lamentable


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Como buen fanático del tenis, el sábado me dispuse a ver la final femenina del US Open entre Serena Williams y la japonesa Naomi Osaka. Era el día señalado para que Serena se confirmara indiscutiblemente como la mejor tenista de la historia, al tener la oportunidad de ganar 24to torneo de Grand Slam, empatando a Margaret Court.

Sin embargo, la historia fue otra. Me tocó ver un espectáculo lamentable de parte de Serena, quien abandono la cancha como una tenista dominada por la soberbia, antideportiva y mala perdedora. Pero lo más doloroso es que arruinó el momento de gloria de una nueva estrella del tenis mundial.

Partiendo desde lo deportivo, Serena de vio desbordada por el juego agresivo de la japonesa de apenas 20 años. Desde el principio, Osaka salió a ganar y no dejó ni respirar a Williams. Al final, Osaka se convirtió en la primera japonesa en conquistar un Grand Slam, al terminar imponiéndose a Serena con un marcador de 6-2 y 6-4. En pocas palabras, Osaka barrió la cancha con la histórica cara de Serena Williams, fue una victoria aplastante con un juego sublime de parte de la japonesa.

Serena, impotente por ir perdiendo, armó un show digno del mejor guionista de Hollywood. El juez Carlos Ramos, le dio una advertencia a Serena tras haber recibido un consejo de su entrenador. Esta acción en el tenis está prohibida y acarrea una sanción. La pérdida del punto hizo que Serena estallase contra el juez:

“Yo no hago trampas para ganar, preferiría perder. Sólo te lo digo. Me has robado. Me debes una disculpa, nunca he hecho trampa en mi vida. Tengo una hija y sólo hago los que es correcto. Eres un ladrón y un mentiroso. Me debes una disculpa”.

A pesar de que Serena intentó recuperarse en el segundo set, Osaka estaba simplemente intratable. La desesperación llevó a la norteamericana a romper su raqueta, lo cual supuso otra sanción y la perdida de otro punto. Totalmente fuera de sí, Williams empezó a llamar “ladrón” y “mentiroso” al juez, en medio de un estruendoso abucheo de parte del público a su favor. Esto provocó una tercera sanción y la pérdida de un juego entero.


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Ya a partir de este punto el partido se tornó simplemente irreal. Serena exigió que saliera la dirección del torneo y les dijo que hacían esto contra ella “porque es mujer”, porque obviamente Serena estaba jugando al final femenina contra un hombre.

Osaka por su parte, tuvo la suficiente fuerza para aguantar la presión, a pesar del público, de Serena y de su juventud. Afortunadamente el partido no duró mucho y el lamentable show de la norteamericana terminó.

La verdad es que me dio mucha pena con la joven Osaka, quien en medio de todo esto mantuvo la compostura y la educación ante todo. Ya en la premiación, Serena tuvo que hablar para calmar al público y que dejara de abuchear. Osaka, quien rompió a llorar, apenas pudo sonreír de su momento que le robó Serena y su espectáculo.

Lamentablemente, todos al recordar en esta final pensaran en la bochornosa actuación de Serena Williams, quien perdió la compostura por completo rayando en ridículo con sus acusaciones fuera de lugar. Es triste ver que empañe su leyenda con este tipo de actitudes totalmente deportiva y que merece una sanción ejemplar.

Por su parte, Naomi Osaka se refrendó no sólo como la dignísima campeona, sino como una mejor persona que Serena. Es triste que esta fuera la iniciación de esta futura estrella en los grandes escenarios del tenis mundial. La realidad es que Naomi Osaka fue muy superior a Serena Williams, dentro y fuera de la pista.

  • Novak Djokovic gana el US Open. El serbio se impuso en la final masculina al argentino Juan Martín del Potro en 3 sets. Es el segundo Grand Slam que se lleva Djokovic este año, luego de coronarse también en Wimbledon hace un par de meses. De esta forma llega a la cantidad de 14 títulos de Grand Slam, igualando al histórico Pete Sampras.

  • Habrá una tercera competición europea para 2021. La UEFA confirmó la creación de un nuevo torneo continental de clubes, el cual verá luz en la temporada 2021-2022. Este nuevo torneo, que hasta el momento será conocido como EuropaCup, reemplazará a la extinta Recopa de Europa. Aún no se han dado a conocer detalles sobre el formato de eta nueva competición o la forma de acceder a ella.

  • Ronaldo compra el Valladolid. El exfutbolista y astro brasileño Ronaldo Nazario, concretó la compra del 51% de las acciones del Real Valladolid, club perteneciente a la primera división del fútbol español. De esta manera Ronaldo se convierte en el máximo accionista y Presidente del club.

  • Ronald Acuña Jr. sigue rompiendo records. El pelotero venezolano conectó su HR número 25 en la temporada, convirtiéndose en el 7mo jugador en la historia en dar esta cantidad e cuadrangulares en una temporada antes de cumplir los 21 años. Los otros jugadores que lograron esta hazaña son: Eddie Mathews, Orlando Cepeda, Mel Ott, Al Kaline, Frank Robinson y Tony Conigliaro.

  • La Vinotinto se impone en suelo panameño. Nuestra selección nacional, arropada por la gran cantidad de venezolanos presentes en el estadio, venció el pasado martes a su similar de Panamá 0-2 en un juego amistoso correspondiente a la Fecha FIFA. Salomón Rondón marcó los dos goles del encuentro, rompiendo así una racha negativa de 18 meses sin marcar con la casaca vinotinto.


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Los nazis inventaron la antorcha olímpica moderna. En los meses previos a los Juegos Olímpicos una de las tradiciones que más expectación generan es la de ver a deportistas, celebridades y voluntarios llevar la antorcha olímpica desde Olimpia (ciudad griega que fue la cuna de los antiguos Juegos Olímpicos) hasta el pebetero ubicado en la ciudad anfitriona. La llama olímpica siempre ha sido una tradición, pero el recorrido previo se implementó por primera vez en los JJOO de Berlín en 1936, en plena Alemania Nazi. En esa ocasión 3.331 voluntarios portaron la antorcha olímpica, relevándose cada mil metros en los 3.187 kilómetros que separaban Olimpia de Berlín. Desde entonces cada ciudad anfitriona fue adoptando esta costumbre iniciada por los nazis hasta convertirse en la tradición que es hoy día.


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Eddie “The Eagle”: El peor saltador de la historia

Cuando hablamos de los Juegos Olímpicos, de nos viene a la mente la élite deportiva a nivel mundial. Y es que este es el evento deportivo por excelencia que, como dice su lema, reúne a quienes van “más rápido, más alto, más fuerte”. Sin embargo, cada 4 años y lejos de los podios también vemos conmovedoras historias de superación que se ganan el corazón de millones. Este fue el caso del británico Michael “Eddie” Edwards, quien se ganó a millones en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988. Esta es la historia del peor saltador de la historia.

Eddie era un esquiador decente y miope desde pequeño, sin embargo en 1985 decidió que él quería ser uno de esos hombres pájaro que saltaban a decenas de metros del suelo en los Juegos Olímpicos. Realmente no había logrado algo importante en su vida, sin embargo su obstinación fue el motor que lo condujo a lograr sus sueños.

Pero su camino no sería fácil. Después de asistir a un centro de entrenamiento en Suiza y aprender las nociones básicas del salto, Edwards solicitó una licencia al Comité Olímpico Británico. Los dirigentes establecieron como listón los 70 metros, el cual era el récord británico que databa de los años ’20, para poder obtener su pasaporte olímpico y representar a Gran Bretaña en los Juegos.

En 1987, tan sólo 2 años después de haber iniciado, participó en el Mundial de la disciplina el cual no requería distancias mínimas para poder participar. Eddie por obvias razones quedó último, pero lo realmente importante para él es que consiguió saltar 69.5 metros, apenas lo necesario para poder cumplir su sueño de participar en los Juegos Olímpicos.

Pero los obstáculos no acababan allí. Fue invitado a Finlandia por el equipo finlandés para entrenar con ellos, ya que era el único lugar donde podía hacerlo de forma gratuita. Allí sufrió un aparatoso accidente que lo obligó a estar un mes hospitalizado.

Otro problema para Eddie era el dinero para el traslado y el equipo necesario para la práctica del deporte. Tuvo que hacer de niñero, cortar césped o lavar platos en un hotel para poder costear el viaje a Calgary (Canadá), ciudad donde se desarrollaría los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988. Además tuvo que armar su equipo en base a material prestado: el equipo austriaco le prestó los esquíes, los italianos el casco y para que las botas prestadas le quedaran debía ponerse 6 pares de medias.

Finalmente todo estaba listo para empezar su aventura olímpica. Gracias a su participación en el Mundial de Salto de 1987, su historia ya se había conocido. Apenas aterrizó en Calgary, al televisión canadiense lo esperaba con una pancarta que decía “Bienvenido Eddie The Eagle”.

Muchos lo catalogaron como un “payaso” o una deshonra, pero Eddie defendía su filosofía de que “los Juegos no eran sólo para ganadores”. Cuando llegó el momento de su debut y apareció en la rampa de salida, el público empezó a corear como locos su nombre. Ese es sin dudas el momento más recordado de esos Juegos de 1988.

Lo cierto es que Eddie ya era una estrella y nadie podía frenar su sueño. Participó en la rampa corta y en la rampa larga; y a pesar de no tener experiencia alguna en esta última, logró dar un salto de 71 metros, rompiendo el récord británico. En ambas categorías quedó relegada a las últimas posiciones, sólo por delante de los que no se presentaron y 15 metros por debajo del peor salto de sus rivales. Pero nada de esto importaba, porque ya había dejado su marca dentro del olimpismo como un simpático perdedor que logró cumplir sus sueños.

Las reglas cambiaron y el Comité Olímpico Internacional empezó a pedir unas distancias mínimas para poder clasificar, así que Eddie jamás volvió a participar. Sin embargo, ganó el corazón de millones de personas y logró escribir un simpático y curioso capítulo en la historia del deporte.