Reseña del libro "El misterio del frasco de perfume", de Anne Austin

in CELF Magazine2 years ago

Ojo: La presente reseña puede contener spoilers. Si quieres evitarlos, haz click aquí para leer una reseña más breve.

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Fuente de la imagen_ Goodreads

Un día, el detective James "Bonnie" Dundee recibe una invitación de Dick Berkeley, antiguo colega de la universidad, a pasar un fin de semana en Hillcrest, una residencia palaciega que pertenecía a su familia. Si bien al principio Dundee pensaba rechazar la invitación debido al trabajo, decidió aceptarlo luego de enterarse que estaría presente un joven caballero de la alta sociedad británica recién exculpado de un terrible escándalo que sacudió al país.

Sin embargo, aquella curiosidad pronto se convertiría en un auténtico enredo policiaco cuando, en las horas previas a la fiesta de compromiso ofrecida por la asfixiante madre de Dick, encuentran el cadáver de Doris Matthews, una criada muy querida por la familia.

Segundo libro de la saga del detective Bonnie Dundee, El misterio del frasco de perfume es una obra en donde los secretos sórdidos salen a la luz ante el menor movimiento, sin siquiera proponértelo o esperártelo, y en donde los detalles más insignificantes no pueden ignorarse por muy poco conveniente o importante que fuera. Prácticamente una premisa digna de la gran Agatha Christie, de quien seguramente Austin recibió una influencia notable debido a la habilidad con la que deja las pistas de forma intencional a lo largo de la lectura, lo que lo hace aún más atractivo para la persona que gusta sumergirse en este tipo de relatos.

Prácticamente es un caso digno del mismísimo Hercules Poirot o del gran Sherlock Holmes, de esos en donde cada acción puede ser interpretado como una forma de ocultar su participación en la situación o proteger al culpable de la forma más discreta posible. Esto es muy recurrente en el personaje de Gigi,la hija menor de los Berkeley. En cada interacción que mantenía con Dundee, la muchachita de 14 años siempre aparecía en un momento en el que Dundee se encontraba a solas o en compañía del capitán Strawn, el superior inmediato del detective. Su aparición seguía de alguna ocurrencia relacionada con Seymour Crosby, el hombre con quien su madre, Abbie, quería casar a Clorinda, la mayor.

Cada acción que hacía Gigi daba a entender al lector que sabía algo... Que conocía al culpable de la muerte de la doncella. La primera pista que señala esto se da a principio del capítulo cuatro, cuando Dundee se retiraba a descansar luego de una velada que acabó en pleitos familiares gracias a la travesura de Gigi de tirar todo el contenido del frasco de perfume que Crosby le había regalado a su madre. Gigi estaba ahí, esperándole al pie de las escalinatas:

-Crees que me porté fatal tirando todo el perfume de mi madre, ¿verdad? Bien, pues no es así, estaba simplemente..."
Se interrumpió de repente, dejando la confidencia a medias. En la penumbra de la tercera planta, sus ojos de color topacio brillaban como los de un gato.
-No me estaba portando mal en ese momento, pero después, después de que me pegara, hice algo terrible... Y ahora tengo tanto miedo que no puedo dormir (pág. 29)

Conforme avanzaba la trama, Gigi se vuelve más evasiva y, muy en el fondo, temerosa de que descubran al verdadero culpable. ¿Acaso el asesino formaba parte de su familia o es una amistad muy querida para ella? Nunca se sabrá... A menos, claro, que lean el libro.