Me levanté, abrí los ojos y pensé: ¡Gracias Dios por un nuevo día más de vida, por respirar, por el milagro de la vida, por mi cuerpo completo y en funcionamiento! ¿Has pensado en la virtud, la oportunidad que tienes? Muchas son las personas que no tienen la dicha tan grata de poder decir o sentirse vivos, no sólo por agonías, tristezas, enfermedades, sino porque no pueden gozar la senda de la vida de la mejor manera.
¿Has pensado siquiera en el detalle de sonreír? Muchos lo llamarán y determinan mísero, es una de las más gratas alegrías, es un regalo, un tesoro para apreciar y cuidar. ¡Reír con las personas que amas, que quieres y valoras! ¡Dime...! ¿No es precioso?
¡Gracias Dios mío por mis padres! Mis pilares, mis motivadores, constantes enseñanzas proporcionan a mi vida.
¡Gracias por mí...! Sí, por mi personalidad, mi ser, mi corazón, mi alma, mi espíritu y mi mente. Unificada soy quién soy gracias a Dios. He cambiado, me caído y me he levantado, sigo cambiando, sigo luchando.
¡Gracias por mi entorno...! Algunos días felices, otros tristes, unos momentos entretenidos y... aburridos.
Mis días son distintos todos, pues siempre tengo una enseñanza, algunas suelen ser mínimas, otras me llevan a reflexionar por horas. Todos los días crecemos, todos los días maduramos.
¡Gracias por mi familia! Por mi hermana, mis primos, mis tíos, mis tías, mis cuñados. Cada persona de mi entorno contribuye a mi bienestar, mi existencia y a veces a mi humor.
Hoy doy inmensas gracias a la vida por ponerme en el lugar correcto con las personas correctas. ¿Tú también tienes motivos para agradecer? Comenta, te leeré y admiraré.
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