El secreto de Gracia

in #cervantes4 years ago (edited)

Cuando era un duendecillo muy pequeño, le pregunté a mi hermana mayor cuál es el trabajo de papá.

Gracia me tomó de la mano, me llevó al fresco patio de la casa donde había una fuente rodeada por azulejos azules, ámbar y blancos. Ese era el escenario donde llegaban a trinar los cristofué pecho amarillo que también llaman bienteveo o bichofeo, donde cantaba la chicharra rodeada de verde espesura y los caballitos del diablo que revoloteaban por doquier hacían migas con las rosas, donde los grillos ensayaban su eterna canción coral intermitente aquel día domingo de mayo.

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Mi hermana me sentó en el brocal de la cascada muy cerca de la mata de uvero donde las abejas habían construido nuestras casas de miel, se inclinó frente a mí y mirándome a los ojos con sus ojos de encantada del agua me dijo

Oye, Oswo hermoso, yo comparto contigo mi secreto.

En ese momento el viento trajo una hoja amarilla que planeó suavemente hasta posarse en la blusa de mi hermana. Gracia la tomó entre sus dedos y la contempló curiosa. Yo me quedé bebiendo con impaciente deleite varios tragos de su silencio y de inmediato me desgranó con voz de hada

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La casa vista por los ojos de Gracia

Papá trabaja fabricando cada día el amanecer del próximo día. Su trabajo es el más serio y el más divertido de este mundo. No es solo hacer que las estrellas despierten de su siesta un poco antes de que el astrosol prenda las lumbres -me dijo-, que se duchen, que desayunen sobre la mesa de la vía láctea, se cepillen, se vistan alegremente con sus pulcros vestidos acabados de planchar y se vayan a la escuela con la bendición de la Madre Providencia a seguir aprendiendo a destellar.

Gracia acariciaba la hoja que iba tornando entre sus manos en distintos tonos de verde gradualmente.

No, él no solo hace eso, no, papá también es quien armoniza el canto de los gallos en el levante y al poniente el estridular de las chicharras. Él dispone de esta, de aquella o de aquesta otra manera las nubes para que cuando vayamos por desconocidos caminos alcemos la vista hacia ellas y podamos viajar amablemente. Él es quien licúa la luz y la trasvasa sin derramar, a pulso, ni tan siquiera un átomo fuera del universal crisol.

Al llegar a este punto Gracia hizo una pausa, sopló con suavidad la hoja que todavía conservaba entre sus manos y que relucía ahora con un matiz malaquita. Prosiguió su vuelo el avioncito vegetal.
Los grillos y la chicharra, los bichofeos y las rosas, los azulejos, los caballitos del diablo y la verde espesura se quedaron atentos escuchando también el relato de mi hermana.

Papá es el mismo –me dijo- que cierne con sumo cuidado toda la atmósfera, la mezcla con arcilla nativa de la tierra, agrega el agua almacenada de la última vendimia de los tejados, esparce polen de mariposas silvestres sobre el tiempo y luego la libera en el espacio.

Cuando esto terminó de decir, vi que los ojos de Gracia se abrieron más, de súbito, en un gran resplandor de orgullo.

Este es mi secreto que comparto contigo, Oswo hermano.

Mi hermana Gracia tomó mi mentón, levantó mi cabeza y vi a papá que regresaba a casa después de trabajar, descendiendo a esa hora del cielo. Escuché el frufrú de su invisible capa dorada de mago batiéndose al vaivén del viento, debajo de su sombrero de copa alta traía su blanca sonrisa de orfebre porque en cada mano mostraba una magdalena de chocolate y avellanas.
Volteé a ver de nuevo a Gracia y me arropó su alegre mirada coloreando toda la vida con acuarela y prismacolor.

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Un cuento hermoso, delicado y lleno de simbolismos y poesía. Un abrazo fuerte!

Me siento tan complacido por tu hermoso comentario, @evagavilan.
También te abrazo, muy fuerte.

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Qué gracioso relato, @oacevedo! Tiene el espíritu de las historias viejas, el recuerdo de las alas del primer tiempo y del tesoro de picoeplato. ¡Aquel patio de duendes a donde vino Phantasos a soñar entre las hojas de la higuera!

Tienes mucha razón, el relato del padre viene

de las alas del primer tiempo y del tesoro de picoeplato.

del patio donde se jugaba bajo el árbol de las abejas y en la casa de las muñecas.
Muchas gracias, mi graciosa @gracielaacevedo.
También te abrazo entre las hojas de la higuera.