All the bright places (Película): otro romance adolescente

in #cine4 years ago

Desde la aparición y el éxito de los libros de John Green y la adaptación cinematográfica de The fault in our stars, un oleaje de romances adolescentes ha inundado las estanterías y las pantallas, grandes y chicas. Con algunas variantes de forma, el fondo de todas esas historias parecen corresponder a una misma fórmula, de la cual una de las exponentes más recientes es la película All the bright places.

Se trata de una producción distribuida por Netflix que está disponible para latino américa con el título de Violet y Finch y cuenta la historia de Violet Markey (Elle Fanning) y Theodore Finch (Justice Smith), compañeros de clases cuyas vidas son marcadas por un incidente específico. A pesar de estudiar en la misma preparatoria, no son amigos. Ni siquiera se hablan. Pero Finch sale a correr una mañana muy temprano y ve a una chica de pie sobre la cornisa de un puente en una posición peligrosa. Al acercarse, reconoce a Violet y la convence de bajar. Sin embargo, esto no los acerca ni mucho menos. Es la posterior insistencia de Finch en acercarse a Violet lo que deriva en una relación entre ellos. El joven, usando como excusa un proyecto escolar, decide ayudar a Violet a dejar su tristeza y su dolor atrás, a volver a asomarse a la vida.

Pero, ¿por qué está triste Violet? No, no tiene ninguna enfermedad terminal y extraña; tal vez fue lo primero que les llegó a la mente gracias al abuso de ese elemento dentro del género, pero esta vez no es así. Ahora bien, lo segundo que pensaron sí es acertado: lleva consigo el duelo por la muerte de alguien cercano. En este caso, su hermana, recientemente fallecida en un accidente automovilístico. Normalmente popular y de buenas calificaciones, durante los últimos meses, producto del trauma del accidente en el que también ella estuvo presente, Violet se ha aislado un poco y la rodea un aura un tanto frágil a la cual las personas no saben cómo acercarse. Más acostumbrado a esto está Finch, el rebelde de la clase, con un pasado traumático y violento que le ha ganado la etiqueta del freak de la escuela, fama que parece gustarle porque no hace mayores esfuerzos por mostrarse más empático, ni siquiera con el psicólogo del colegio que lo atiende con regularidad.

Luego, en el marco del mencionado proyecto, los protagonistas salen de paseo para conocer algunas de las maravillas del modesto Estado de Indiana. Lugares que pueden parecer mediocres ante las maravillas que pueden ofrecer otros estados del país, comienzan a tomar una relevancia mayor por ser compartidos por la joven pareja que, de tanto compartir momentos e ideas, se enamoran e inician una bonita aunque efímera relación. Seguramente, durante las últimas semanas han usado (y abusado de) Netflix en medio del confinamiento y lo más seguro es que ya hayan visto esta película. Sin embargo, reconozco que la oferta de la plataforma es extensa y como esta historia fue lanzada apenas a finales de febrero, es posible que aún algunos de ustedes aún no la hayan visto. Por eso no quiero contar mucho más de la trama, para evitar spoilers.

El escenario está montado. Tenemos el drama de la pérdida de un ser querido, la condición médica (no física) de uno de los protagonistas, pasados turbulentos, experiencias traumáticas, las personalidades opuestas de Violet & Finch y por supuesto la tragicomedia de esa etapa clave en la vida del desarrollo de las personas: la adolescencia. Al igual que la gran mayoría de las películas de este género, la cinta está basada en el libro homónimo de Jennifer Niven quien además co escribió el guión, así que supongo que se trata de una adaptación aceptable de la obra original. En mi opinión, es una película de 6/10 en la que lo mejor es la actuación siempre acertada de Elle Fanning y aunque no aporta nada nuevo y es bastante predecible, All the bright places es una buena opción dentro de la extensa oferta de Netflix porque cuenta una historia con momentos divertidos, románticos y melodramáticos que pueden arrancar lágrimas y sonrisas a muchos de sus espectadores durante la tarde noche de un domingo.