Hot Fuzz (Película): los superpolicías de la risa

in #cine4 years ago

Como lo habrán notado revisando mi perfil y mis publicaciones, la mayoría de las películas que reseño son serias y esto se debe a dos cosas. La primera de ellas es que mi género favorito es el drama y la segunda es que no me gustan las comedias muy exageradas al estilo de la mayoría de las películas de Ben Stiller (me gustó mucho The secret life of Walter Mitty) y Adam Sandler. Zoolander me divirtió en su momento y Click me pareció agradable, pero cosas como Jack & Jill no son lo mío No tengo nada en contra de ellos o de las personas que disfrutan cintas como Dude, where's my car?, pero sencillamente no las disfruto y por eso no las veo.

Sin embargo, de vez en cuando me topo con alguna película que, haciendo buen uso de lo absurdo y lo ridículo, consigue arrancarme carcajadas. Tal fue el caso de Hot Fuzz, comedia británica estrenada en 2007, dirigida y coescrita por Edgar Wright. La película cuenta la historia de Nicholas Angel, un oficial de la policía de Londres que es excesivamente eficiente: graduado con honores, el primero de cada clase y con una tasa de arrestos cuatro veces superior a sus colegas. Es tan pero tan eficiente que es mal visto por sus compañeros porque como su superior le dice, "nos haces quedar mal". Entonces, Angel es transferido a Sandford, un pequeño pueblo en Gloucestershire que es lo opuesto a Londres: apacibles paisajes campestres. Los primeros días, debido a la inercia de su carácter y su personalidad, Nicholas se ve inmerso en casos como el arresto de un borracho que encuentra orinando en la calle, o de menores bebiendo cerveza en un pub, en fin nada que ver con las persecuciones a gran velocidad y los arrestos en la capital inglesa. Le cuesta entender que la ley no siempre se aplica con la misma rigidez.

Toda la primera parte nos divierte con el descubrimiento de la personalidad de Nick y su ética incorruptible, frente al comportamiento normal de los habitantes de ese puebito, galardonado como el más tranquilo de todos. En Sandford le asignan como compañero del policía Danny Butterman, hijo del inspector Frank Butterman, quien es un fanático de las películas de acción tipo Bad Boys y espera que junto al policía metropolitano pueda vivir aventuras como las que ve en la tv, aunque durante algunas semanas lo más emocionante que hacen es perseguir un ganso desaparecido.

Y entonces, de pronto, una serie de "accidentes" inexplicables comienzan a llamar la atención de Nick que no duda en olerse que hay un asesino en el pueblo perpetrando horrendos crímenes y que detrás de todo, Sandford no es tan tranquilo como parece y la villa se transforma en un campo de batalla, revelando su verdadera naturaleza y la de sus habitantes que no son las mansas palomas que pensábamos. Comienza entonces un thriller absurdo con elementos gore en donde el mayor atractivo, como en toda la película, es la tenacidad con la que Nicholas Angel busca hacer cumplir la ley. Es tan recto y tan obediente en su deber como el Pantaleón Pantoja de la novela de Mario Vargas Llosa que llevaba a cabo cualquier misión, por absurda que fuese.

Las secuencias de cámara le imprimen velocidad a la cinta y se combinan con un guión muy gracioso, al estilo de algunas películas de Guy Ritchie (de hecho, al comenzar a verla, pensé que era de él) con un humor muy británico, pero también explosiones, tiroteos, persecuciones en auto, crímenes salvajes, secuencias de acción al estilo de Los indestructubles y ecos de las películas que ve Danny, pero también, a través del humor, se presenta la crítica social, a las instituciones y a lo que el mundo define como el bien y el mal. Es una película de unos 7/10 puntos, con entretenimiento de punta a punta que además de ser una aventura es un desfile de carcajadas por lo insólitas que resultan ciertas situaciones, siempre descansando sobre el personaje de Nick, principal atractivo de la trama. Para quienes puedan disfrutar de la plataforma, se encuentra dsponible en Amazon Prime Video y me parece una buena opción para esas ocasiones en las que se quiere ver una cinta divertida, entretenida y que nos haga reír, sin pensar mucho.