Dos de las películas que más esperaba en este 2020 por tratarse de directores que me gustan mucho eran Tenet de Christopher Nolan (la cual reseñé hace algunas semanas) y Mank de David Fincher, sobre la cual hablaré a continuación.
Mank es una biopic sobre Herman Mankiewicz, un guionista de los años del Hollywood clásico que no tuvo tanto éxito y celebridad como otros, pero cuyo último trabajo fue una verdadera obra de arte: la mítica y reverenciada Ciudadano Kane con el icónico Orson Welles, con la que ambos obtuvieron el único Oscar de un total de nueve nominaciones. En la cinta se repasa el proceso de escritura del guión, el cual Mankiewiz llevó a cabo recuperándose de un accidente autimovilístico e intentando sacar adelante una abstinencia exigida por el propio Welles, quien le dio 60 días para terminar el guión de la que para muchos es la mejor película de todos los tiempos. Además de ser una biopic reinvindicativa en favor de Mank (quien en el momento compartió el crédito con Welles) es un homenaje al cine de todos los tiempos, en especial al de la época en la que está ambientada y por eso usa técnicas propias de esa era, con una fotografía en blanco y negro, fundidos a negro al cambiar la escena, ciertas fuentes alusivas, algunos ángulos cercanos, la música, etc., lo que nos hace olvidar que se trata de una cinta filmada ahora en el siglo XXI.
Uno de los pilares que sostiene a la película son las actuaciones. Todas son buenas, pero en mi opinión destacan dos: Gary Oldman como Mank y Amanda Seyfreid como Marion Davies, la actriz estadounidense que fuera pareja del periodista William Randolph Hearst, un modelo real demasiado cercano a Charles Foster Kane, el ilustre protagonista de la famosa película. La calidad interpretativa de Oldman fue avalada por la Academia al entregarle el Oscar por su reciente papel como Winston Churchill, pero esta actuación podría siginificarle una nueva nominación. Amanda aún no ha recibido muchas nominaciones importantes en su carrera, pero creo que eso podría cambiar después de este papel tan bien ejecutado.
Además de ser una evocadora y nostálgica historia de amor al mundo del cine (como también lo fue The Artist, por ejemplo), este proyecto es bastante personal para David Fincher porque toma como base un guión escrito por su padre antes de morir en 2003. De hecho, ya desde finales de los noventa se hablaba de esta película que desafortunadamente el padre del Director no pudo llegar a ver.
Reconozco a Fincher como un gran director y he visto muchas de sus películas, los thrillers principalmente, pero a decir verdad, no me lo imaginaba filmando un drama en blanco y negro sobre la historia detrás de la escritura del guión de Citizen Kane; no dudaba porque lo considero un gran cineasta, pero literalmente no podía imaginarme cómo sería el resultado. Ha sido estupendo. Dirección, fotografía, montaje, guión, actuaciones, todo ha estado a la altura.
Además de todo lo que implica directamente la elaboración del guión, la trama cuenta episodios importantes en la vida de sus personajes, algunos de ellos bastante turbios que ensucian la historia con política, no porque estén mal expuestos en la película, sino porque refuerzan la idea de que el poder tiene brazos largos y los dedos sucios y que cuanto pueda usar en su favor será usado, por encima de la voluntad, la moral y la ética.
Es cierto que la película es buena y que se disfruta, pero puede resultar aburrida para quienes no conozcan algunos nombres o no sean aficionados al Hollywood clásico; este mismo punto es un plus para quienes sí saben quienes fueron estos personajes o al menos hayan visto Citizen Kane (mejor aún si han visto también RKO 281 que muestra la problemática legal que se armó detrás de la película), la cual tuve la opotunidad de ver hace años y me pareció - valga el cliché - muy adelantada a su tiempo. Es, sin duda, una de las mejores películas que he visto en mi vida y Mank me reavivó las ganas de verla de nuevo, con lo que se suma otro punto a favor de esta historia disponible en Netflix, llevar a los espectadores del cine de hoy a revisar una de las más grandes peículas de la historia. Y con eso, ya es bastante lo que hay que agradecer.
