Hola, mi nombre es Damelis Granados, soy venezolana y emigre de mi país hace unos dos años y medio ya. Por si no sabes te comento que la situación en Venezuela es hoy en día sumamente precaria, cuando yo me fui era aun soportable, ahora es simplemente inhumana y la gente hace su mejor esfuerzo por vivir lo mejor que pueden, mi admiración a ellos.
Volviendo al tema, en ese momento no tenia suficiente dinero para un boleto de avión, ni las personas con las que emigre tampoco así que decidimos conocer las rutas por tierra y precios a ver que tan costoso era y si podíamos pagarlo. Somos de la frontera con Colombia así que decidimos irnos por allí.
Cruzamos Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina (nuestro destino final).
Lo planeado era llegar a la capital de cada país y de allí a la siguiente frontera pero bueno en algunos si fuimos directo a las capitales y en otros no. En Colombia pasamos directo de Cúcuta hasta Rumichaca, frontera con Ecuador. Para mi ese trayecto fue el mas fuerte, el viaje apenas iniciaba, apenas había dejado el país y emocionalmente estaba devastada así que no lo disfrute mucho, ademas de que la ruta que teníamos era llena de curvas y el chófer no fue el mas delicado para tomarlas :s
Pero no todo este trayecto estaba perdido, estábamos en plena montaña y el cielo fue una hermosura, para mi fue un hotel rodante de 10 millones de estrellas, el paisaje era imponente.
Llegamos a Ecuador, todos teníamos miedo en cada frontera de que nos rechazaran, no habíamos hecho nada malo y solo queríamos que nos dejaran pasar para seguir la ruta pero siempre había alguna historia de alguien que le negaron la entrada y nosotros primera vez saliendo del país nos daba muchísimo miedo por suerte pudimos pasar sin mayor problema. En la frontera habían carros esperando para llevar personas a Quito y tomamos uno de esos, por primera vez sentimos un frío fuerte.
¡Aquí estábamos nosotros camino a Quito felices porque ya habíamos pasado la frontera!
Seguimos nuestro camino, llegamos como a las 2 am a Rumichaca y continuamos el camino en la madrugada así que en el camino aprovechamos de dormir, llegado a Quito ya de día, se veía muy montañoso pero muy moderno! Quito es precioso y muy limpio, lo que pudimos ver nos gusto un montón. (Nosotros veníamos de terminales de buses no tan lindos e higiénicos) y cuando vimos el de Quito fue una maravilla! por cierto para ellos la tizana no es lo mismo que para nosotros, así que asegúrense bien de que se refieren a lo mismo jajaja
Era muy limpio, había mucha organización y los autobuses eran super modernos, tenían Internet y conectores para cargar el teléfono por suerte porque ya varios de los teléfonos estaban sin batería.
De Quito a Huaquillas y de allí fuimos a Tumbes. En tumbes tuvimos retraso de autobús y el terminal en el que estuvimos no era tan bueno como el de Ecuador. Gracias al retraso pudimos conocer un poco de esa zona, comimos alunas cosas que llevábamos en la mochila cargamos el teléfono y compramos el primer chip para podernos comunicar con nuestra familia y así poder avisar que estábamos bien y donde nos encontrábamos.
Tuvimos la oportunidad de ir a Lima, lo que mas nos impacto fue el trafico era mas loco que el de Venezuela y había muchísima gente vendiendo por todas partes, allí tuvimos la oportunidad de ducharnos, comer comidita bien hecha, cargar nuestros teléfonos y dormir gracias a que allí estaba un familiar que nos tendió la mano, recargamos energías, conocimos mercados muy lindos, nos impactamos de ver que la gente pagaba con monedas y les alcanza para mucho, en Venezuela teníamos años sin saber que era el uso de monedas, probamos varias cosas peruanas deliciosas y posteriormente continuamos nuestro viaje.
De Lima a Tacna donde teníamos que tomar un carro por puesto o taxi para llegar a Arica en Chile. Nos encontramos con la fea experiencia de que por ser venezolanos no nos llevaban y así estuvimos preguntando en varios taxis pero no se pudo. Después preguntando encontramos un bus y esperamos un tiempo ya que se tardaba, no fue un momento muy indo pero bueno igual habíamos llegado muy lejos y estábamos felices.
De allí a Arica y empezó uno de los mejores tramos.
Ahí teníamos miedo, Chile tenia un filtrado mas fuerte en la frontera pero una vez mas logramos pasar, tomo varias horas en su frontera pero todo salio muy bien!
Arica nos encanto, en la terminal nos turnamos para dormir y cuidar el equipaje, al final creo que todos nos quedamos dormidos encima de las maletas, los buses tenían demora pero para nuestra fortuna estábamos en la costa!!!!! a unas cuadras estaba el mar y no dudamos en aprovechar el tiempo, fuimos y disfrutamos un rato cada uno, fue mágico, de verdad muy lindo, Arica es organizado y una ciudad muy hermosa!
Después nos fuimos a Santiago, me encanto, es una ciudad super activa, la gente habla muy rápido y casi no entendíamos pero allí otro familiar nos recibió, así que una ducha nos esperaba, comida deliciosa y una buena dormida, algunos salieron esa noche apenas llegamos para aprovechar de reencontrarse con amigos que también estaban allí, yo no pude, caí como piedrita. Al otro día fuimos a conocer un poco de Santiago, nunca antes había estado en una ciudad donde la gente fumara en esa cantidad, era impresionante para mi, aun así la ciudad estaba super limpia.
En Chile tienen puestos de control para buses así que cuando íbamos por carretera a mi hermano y a mi nos retienen que porque se veía algo raro en nuestro equipaje, y nosotros teníamos miedo porque eramos los únicos retenidos, nos preguntaron si eramos hermanos, les dijimos que si y nos revisaron el equipaje, resulta que el scanner mostraba un doble fondo pero era porque ambas maletas tenían un cierre dentro para expandir aun mas la maleta, después de revisar y que todo estuviese perfecto y que os confirmaran que era un error continuamos el viaje, pasamos por Iquique, cosa hermosa! que no se note que quede enamorada de Chile jajaja.
de verdad una ciudad hermosa, el mar, muy moderno, allí paramos para comer y fue genial; seguimos nuestra ruta hasta llegar a la cordillera de los Andes. La frontera mas importante de nosotros ya que era la puerta a nuestra nueva vida en Argentina.
No tengo palabras para explicar la majestuosidad de ese paisaje, sus montañas en nieve, las estrellas parecía que se podían tocar, vivir eso era como que todo valió la pena, era simplemente hermoso en verdad. Al llegar a Mendoza, pasamos al control migratorio, todos pasamos en fila y por suerte los 3 que iban conmigo pasaron, yo estaba de ultima de la fila y antes que yo estaba un chico al que le preguntaron muchas cosas, y al final le estaban negando la entrada y yo con miedo no sabia si me iba a pasar lo mismo, después de un rato y de ellos pendientes de mi al otro lado pude pasar, también me hicieron una entrevista y al tiempo me aprobaron la entrada, llegue a donde ellos estaban y nos abrazamos celebrando que los 4 habíamos logrado llegar a nuestro nuevo país.
De Mendoza a Buenos Aires, llegamos al terminal, justamente Semana Santa, los viajes de autobús estaban repletos sin posibilidad de pasaje, duramos dos días en el terminal, era un lugar muy seguro siempre estaba la policía y nos podíamos quedar allí, al tener los boletos nos fuimos camino a Buenos Aires y allí ya estaba la familia que nos recibiría, finalmente llegamos a nuestro nuevo hogar.
Duramos unos 17 días en el viaje, si pasamos momentos de incomodidad total pero ha sido una de las experiencias mas increíbles de mi vida, los paisajes que vi quedaran para siempre en mi memoria, son un regalo, los lazos que se afianzaron entre nosotros 4 porque eramos todos o ninguno, la familia y amigos que pudimos volver a ver y a abrazar, la comida de nuevas culturas, su gente, su país, todo son regalos a cambio de esos momentos incómodos.