Los años de plomo

in #ensayo6 years ago

El mundo se mueve en chiste macabro, y la inteligencia, tracionada, no está a la altura de enfrentarse al vil humorista que escribe el dramático desenlace de un mundo que está agotado. Escribir hoy es un bálsamo porque permite inmortalizar el triste esfuerzo de, por lo menos, legar que intentamos inmortalizar nuestra voz, para vencer por lo menos en ese terreno, al cruel paso del tiempo.

En mi país, que actualmente está en todos los países sea como pesadilla o como inmigrante, está ocurriendo algo ominoso y que, en otros tiempos que ya no sé si realmente existieron, sería denominado ignominioso: ha muerto de manera extraña una persona bajo detención. Esto, desde luego, para los que están al día con Venezuela no es mucho ni es poco, es más y ya pero cuando miramos más allá de Venezuela, y el egocentrismo nacional se ha exacerbado completamente gracias a esta crisis, podemos encontrar el extraño hilo conductor del chiste cruel.

Hay una obra de teatro de un premio nobel de literatura que trata de una muerte accidental de un detenido que accidentalmente cayó de un piso 4 estando bajo detención. Esta obra de teatro se llama Muerte accidental de un anarquista. Lo lamentable es que la obra está hablando de un evento de la realidad, de algo que pasó en Italia. Este fue el vil destino del pobre hombre acusado de haber cometido la atrocidad de los atentados de la Plaza Fontana, Guisepe Pinelli. La situación de Albán Salazar y la de Guisepe Pinelli son tristemente similares. Este es uno de los eventos cruciales que llevan a Italia a entrar en los años de plomo.

Por otro lado, en Brasil ganó Bolsonaro. ¿Qué pinta Bolsonaro en todo esto? Pues su preocupante afinidad por otros famosos años de plomo. Resulta ser que también son conocidos como años de plomo a la época de la dictadura militar de Brasil, de la que Bolsonaro se declara afín. Y este es el chiste cruel: un tipo que aparece como el bálsamo útil, aunque puede ser un "mal necesario" es amante de una época cruel de la historia de Brasil y en Venezuela ocurre algo que recuerda a la más cruel de las épocas de la historia reciente de Italia