El Bagrazo 🐬 en el pecho. Anécdota

in #gems4 years ago

El día que me pegaron un 🐬 bagre en el pecho


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     Desde que yo era un niño, mi hermano mayor me llevaba al río a pescar, a él le encantaba esa práctica. Además, caminar por tan hermosos paisajes naturales del otrora pueblo de mi infancia era verdaderamente aluscinante, mientras íbamos caminando por aquel bucólico paisaje podíamos ir degustando la variedad de frutos que existían: mangos, caña de azúcar, naranjas, mandarinas, limones, toronjas, greifú, jobos, mamones, parchitas, parchita de culebras, lechosas, cerezas, uva de playa, guayabas, pomarrosa, almendrones, granada, cotoperí, catiguiri, guanábana, aguacates, pitahaya, tamarindo, guamas, cototanas, guamachos, tomaticos cagones, podías recoger buen pan o pan de pobre para sancocharlo luego; entre otros, sin mencionar los frutos silvestres, tipo bayas, que abundaban pero que he olvidado sus nombres. Cuando uno regresaba del río podía pasar por el trapiche del rincón a pedir papelón, melaza, temple o guarapo. Flores, helechos, matas medicinales y ornamentales abundaban por esos inolvidables parajes.

     En uno de esos paseos llegamos al río Pacairigua, mi hermano preparó los anzuelos con la carnada respectiva (lombriz de tierra) que previamente habíamos extraído cerca de la casona de la hacienda El Rincón. Me entregó mi varita de bambú con el nylon y mi anzuelo preparado, y en uno de los pozos que se hacían me dijo que lanzara el anzuelo, él se paró a mi lado como a dos metros de mí, de repente siento un golpe seco en mi pecho que casi me sacó el aire y me hizo brincar del susto, era un bagre que había mordido el anzuelo de mi hermano y él lo sacó golpeándome… después del susto y las risas seguimos pescando, por supuesto me separé más.

     Pasado unos meses o tal vez un año regresamos al mismo sitio y nos paramos como la vez anterior, estando en nuestras labores de pesca recordé y en voz baja le dije, que recordará cuando ¡PLOP!, no pude terminar la frase porque la historia se repitió, me volvió a pegar un bagrazo en el pecho. Analizando me di cuenta que las probabilidades de que eso volviera a ocurrir eran muy altas debido a que el sacaba el pescado halando hacia su lado derecho y su nylon o nailon medía exactamente los dos metros de separación que yo acostumbraba a pararme.


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Les invito a leer el post Evocando los recuerdos de mi otrara aldea

Autor:@marcosmilano71

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