Recuerdos de Un Grandioso Viaje Junto a mi Madre
[Versión En Español]
Hola familia, hoy deseo compartir con todos ustedes un viaje que siempre llevaré en mi memoria, deseo colocar ese valioso recuerdo en esta blockchain, sería genial que mis nietos o bisnietos puedan ver las fotos y leer este contenido, esa es la esencia de esta iniciativa, llevar esos recuerdos a una blockchain inmutable, todo ese recuerdo quedará grabado en piedra para siempre.
Todos sabemos lo maravilloso que ir a la playa, quizás gran un gran porcentaje de las personas se dirige a las costas en vacaciones, yo soy de los que prefiere estar en el mar, sin embargo, Venezuela ofrece mucho más que eso, tanto altas montañas con nieve como un paisaje prehistórico con mucha aventura. Uno de esos viajes que realicé de niño, pero que siempre guardaré en mi mente, fue a la Gran Sabana.
Un Viaje Muy Largo
A mi madre le ofrecieron en aquel entonces una promoción con varios colegas de su trabajo, era muy accesible, pero había una razón para ello, el viaje era por carretera y no por avión, desde la ciudad donde vivimos hasta llegar al destino fueron dos días de carretera en un autobús, cruzamos gran parte del país por carretera, un viaje que parecía no tener fin desde la perspectiva de un niño, pero que valió completamente el esfuerzo y el tiempo de espera mirando por la ventana.
Recuerdo que el primer día llegamos al final de la tarde a Ciudad Bolívar, allí era donde realmente comenzaba la aventura, ya que los paisajes de esta zona del país se hacían notar, cruzamos el río Orinoco sobre uno de sus puentes, el río más majestuoso que he tenido la dicha de ver con mis ojos y recuerdo sentir que ese puente no tenía fin, en mi mente parecía estar en el mar, no por nada es uno de los más caudalosos de todo el mundo.
Ese fue el primer día en el oriente del país, en un hotel bastante cómodo, solo para pasar la noche, ya que a primera hora de la mañana debíamos continuar nuestro camino, puesto que la carretera se volvía un poco angosta y con muchas curvas, nos adentraríamos en uno de los lugares más antiguos del planeta, decirle a un niño esas palabras hacía que la aventura cobrara más fuerza y que la imaginación creara sus propias historias.
Realmente comprendí que lo mejor era ir por carretera, detenerse a ver el paisaje, las cascadas, las rocas gigantescas con millones de años, incluso animales salvajes como los cocodrilos del Orinoco, los cuales son los principales depredadores de América Latina debido a que es una de las especies más grandes, ver estos animales colosales frente a una cascada, tomando el sol con su boca bien abierta, es una de las imágenes que más recuerdo de todo el viaje.
También recuerdo a mi madre nombrándome y ubicando en el mapa cada sitio que visitábamos, en ese viaje hicimos muchas amistades, por supuesto, dos días en un autobús había que conversar con otras personas para no volverse loco, fue un grupo agradable y lleno de afecto, viviendo una aventura todos juntos como una familia que recién se conocía. Creo que es una facultad que tenemos los latinos, podemos crear conexiones rápidamente con otras personas, solo nos tiene que unir algo de mutuo interés para comenzar esa conexión.
Antes de adentrarnos enteramente en el parque nacional, visitamos zonas bastante hermosas que nos ofrece nuestro país, como el parque "la llovizna", donde se puede presenciar la unión del río Orinoco con el segundo río más importante, el Caroní, fue un momento impresionante, a esa edad comprendía lo que significaban ambos ríos para nuestra cultura y para la geografía de la nación, un momento que viví junto a mi madre en que nunca olvidaré.
Luego de otras horas en carretera, llegamos a un campamento indígena, allí sería nuestra morada por 3 días en la selva, una pequeña y desgastada carretera parecía ser lo más moderno del lugar. Recuerdo que era un sitio que ni siquiera tenía electricidad, afortunadamente en aquellos tiempos no éramos tan dependiente de la tecnología, sin embargo, hacía mucha falta un aire acondicionado, ya que los zancudos eran terribles.
En las mañanas combinábamos por un sendero a riachuelos cercanos, todos juntos nos metíamos en algunos pozos formados por rocas, recuerdo que era el agua más fría que he sentido en mi vida, pero igualmente me bañe junto a todo el grupo. En otras aventuras caminábamos detrás de las imponentes cascadas, escalábamos una pequeña montaña para llegar a otro río, aún más frío que el anterior, aunque igualmente disfrutábamos los pocos minutos en el agua.
Un día salimos a una laguna, recuerdo que todos los compañeros de viajes murmuraban sobre que allí vivían anacondas y cocodrilos, al principio pensé que era para asustarme, pero realmente en esas aguas, en la profundidad de la selva, podía aparecer cualquier cosa, sin embargo, nos bañamos en ese lugar, un poco más cálido que los anteriores. No vimos anacondas ese día, aunque lo que realmente me aterrorizaba en aquel momento eran las pirañas que también viven en muchos de los ríos de la región, por supuesto, los guías sabían en qué sitio se pueden bañar los turistas, aunque ese temor queda incrustado en la mente mientras se está en el agua, al final, eso es parte de la aventura.
En el paquete del viaje, había un día en el que salíamos de Venezuela para visitar un pueblo fronterizo en Brasil, recuerdo ver el monumento donde estaba el límite de cada país, jugué a que saltaba de un país a otro o al extender los brazos decía que un brazo estaba en Venezuela y otro en Brasil, ¿Qué niño no haría eso mismo?, mi mamá reía mucho de todas mis ocurrencias en ese momento. Al intentar comprar en ese pueblo no entendíamos nada de lo que nos decían, creo que compramos muy pocos recuerdos ese día por esa barrera de lenguaje, pero debo decir que la pasamos muy bien.
Otro día llegamos a cascadas pequeñas, parecía una ducha fría en baldosas resbaladizas, en todo el viaje nos recomendaban que al momento de bañarnos en cualquier sitio mantuviéramos puestas nuestros calcetines, debido a lo resbaladizo de las rocas, este es un lugar bastante famoso y frecuentado por los turistas. Incluso pudimos capturar algunas fotos.
En lo particular mi vida ha estado llena de viajes, soy agradecido en eso y que mis padres tuvieron la posibilidad de llevar a sitios magníficos que recordaré el resto de mi vida, aunque he repetido varios de esos viajes como adulto (no a la Gran Sabana), siempre recordaré aquella aventura de niño en una tierra prehistórica llena de cocodrilos, pirañas y anacondas.
Gracias por tu lectura, hasta la próxima
Memories of A Great Journey with my Mother
[English Version]
Hello family, today I want to share with all of you a trip that I will always carry in my memory, I want to place that valuable memory in this blockchain, it would be great that my grandchildren or great grandchildren can see the photos and read this content, that is the essence of this initiative, to take those memories to an immutable blockchain, all that memory will be set in stone forever.
We all know how wonderful it is to go to the beach, perhaps a large percentage of people head to the coast on holiday, I am one of those who prefers to be by the sea, however, Venezuela offers much more than that, both high mountains with snow and a prehistoric landscape with lots of adventure. One of those trips I took as a child, but will always keep in my mind, was to the Gran Sabana.
A Very Long Journey
My mother was offered at that time a promotion with several colleagues from her work, it was very affordable, but there was a reason for it, the trip was by road and not by plane, from the city where we lived to the destination it was two days on the road in a bus, we crossed a large part of the country by road, a journey that seemed endless from the perspective of a child, but it was completely worth the effort and the waiting time looking out the window.
I remember that the first day we arrived at the end of the afternoon in Ciudad Bolivar, that was where the adventure really began, as the landscapes of this part of the country were noticeable, we crossed the Orinoco river on one of its bridges, the most majestic river I have ever had the joy of seeing with my eyes and I remember feeling that this bridge had no end, in my mind it seemed to be in the sea, not for nothing is it one of the largest rivers in the world.
That was the first day in the east of the country, in a quite comfortable hotel, just to spend the night, because first thing in the morning we had to continue our way, since the road was getting a bit narrow and with many curves, we would enter one of the most ancient places on the planet, telling a child those words made the adventure gain more strength and the imagination create its own stories.
I really understood that the best thing to do was to go by road, to stop and see the landscape, the waterfalls, the gigantic rocks millions of years old, even wild animals like the Orinoco crocodiles, which are the main predators in Latin America because it is one of the largest species, to see these colossal animals in front of a waterfall, sunbathing with their mouths wide open, is one of the images I remember most from the whole trip.
I also remember my mother naming me and locating on the map every place we visited, on that trip we made many friends, of course, two days on a bus you had to talk to other people so as not to go crazy, it was a nice group full of affection, living an adventure all together like a family that just knew each other. I think it is a faculty that we Latinos have, we can create connections quickly with other people, we just have to be united by something of mutual interest to start that connection.
Before entering entirely in the national park, we visited beautiful areas that our country offers us, like the park "la llovizna", where you can witness the union of the Orinoco river with the second most important river, the Caroní, it was an impressive moment, at that age I understood what both rivers meant for our culture and for the geography of the nation, a moment that I lived together with my mother that I will never forget.
After another few hours on the road, we arrived at an indigenous camp, where we would stay for 3 days in the jungle, a small and worn road seemed to be the most modern thing in the place. I remember it was a place that didn't even have electricity, fortunately in those days we were not so dependent on technology, however, an air conditioner was sorely needed, as the mosquitoes were terrible.
In the mornings we would combine on a trail to nearby streams, all together we would jump into some rock pools, I remember it was the coldest water I have ever felt in my life, but I still bathed with the whole group. In other adventures we walked behind the imposing waterfalls, climbed a small mountain to reach another river, even colder than the previous one, but we still enjoyed the few minutes in the water.
One day we went out to a lagoon, I remember that all the fellow travellers whispered about anacondas and crocodiles living there, at first I thought it was to scare me, but really in those waters, deep in the jungle, anything could appear, however, we bathed in that place, a little warmer than the previous ones. We didn't see any anacondas that day, although what really terrified me at the time were the piranhas that also live in many of the rivers in the region. Of course, the guides knew where the tourists could swim, although that fear remains embedded in your mind while you are in the water, in the end, that's part of the adventure.
In the package of the trip, there was a day when we left Venezuela to visit a border town in Brazil, I remember seeing the monument where the border of each country was, I played at jumping from one country to another or extending my arms and saying that one arm was in Venezuela and the other in Brazil, what child wouldn't do the same, my mother laughed a lot at all my witticisms at that time. When we tried to shop in that town we didn't understand anything of what they told us, I think we bought very few souvenirs that day because of the language barrier, but I must say that we had a great time.
Another day we came to small waterfalls, it looked like a cold shower on slippery tiles, the whole trip we were advised to keep our socks on when bathing anywhere, because of the slipperiness of the rocks, this is quite a famous place and frequented by tourists. We were even able to capture some photos.
In particular my life has been full of trips, I am grateful that my parents had the possibility to take me to magnificent places that I will remember for the rest of my life, although I have repeated several of those trips as an adult (not to the Gran Sabana), I will always remember that adventure as a child in a prehistoric land full of crocodiles, piranhas and anacondas.
Thank you for your reading, until next time
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¡Recordar es vivir! Qué bonito viaje y cuánto lo disfrutaste. Viajar es la mejor inversión que podemos hacer, pues de ahí se atesoran los mejores recuerdos que guardaremos en el corazón. Saludos y bendiciones.
Gracias por pasar a comentar, es verdad este tipo de momentos estarán en la mente por el resto de la vida.
Un gran saludo