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En la pasada entrega ofrecí unas reflexiones sobre la fotografía inclinadas a su carácter como arte. Esta vez cerraré lo dedicado a la fotografía con ideas de tres fotógrafos estadounidenses (sin duda, USA ha sido uno de los países donde la fotografía ha alcanzado niveles muy altos y amplios). Las reflexiones de esta entrega se orientan hacia la relación entre fotografía y ética.
Edward Weston, fotógrafo estadounidense de la primera mitad del siglo XX, aunque inicialmente relacionado con una corriente que se dio en llamar "pictorialismo", luego se definirá por un estilo de fotografía directa y realista. Estuvo influenciado por la vanguardia artística de México (el estridentismo, Diego Rivera, Frida Kahlo, Tina Modoti), país donde residió un tiempo.
Solo con esfuerzo se puede obligar a la cámara a mentir; básicamente es un medio honesto.
Igualmente estadounidense, Clarence John Laughlin, interesado en la literatura y tocado por su condición sureña, dedicó gran parte de su extensa obra fotográfica en blanco y negro a registrar lugares del sur norteamericano y su arquitectura, e incursionó en un estilo surrealista, de allí que se le valore como el primer fotógrafo de USA que trabajó esa tendencia.
El fotógrafo creativo libera el contenido humano de los objetos e imparte humanidad al mundo inhumano que lo rodea.
Por último, Bruce Davidson, también estadounidense aún vivo (hasta donde sé), quien se dedicó a recoger la realidad de grupos sociales, sobre todo afroamericanos.
Casi todas mis fotografías son compasivas y delicadas. Pretenden que el espectador pueda verse a sí mismo. No pretenden sermonear. Tampoco pasar como arte.
Son tres reflexiones de una potente carga ética, que ojalá muchos fotógrafos de hoy pudieran conocer.
Me conmovió la reflexión de Weston: la honestidad de la cámara. Pero, claro, Weston no llegó a conocer las "trampas" que la digitalización puede hacer, incluso "mintiendo" sobre la realidad supuestamente captada. Sabemos que el medio es el hombre (lo dijo casi así MacLuhann). En esencia, lo dicho por Weston sigue teniendo vigencia, desde mi punto de vista.
La densidad de la reflexión de Laughlin es lo que más me ha motivado para esta entrega. Una dialéctica según la cual se revela lo humano por la fotografía, para que esta, al mostrarse, sea capaz de "humanizar" al mundo degradado en el que vivimos.
Reflexión que empatiza perfectamente con la de Davidson, confesional y de implicación muy afectiva: la compasión (o como se diría de otro modo, la con-pasión), que es el acompañamiento al otro en su padecer, cumple precisamente esa función primordial señalada por Laughlin: hacer más humano el vivir, parafraseando lo dicho por un querido poeta venezolano.
Agradecido por su lectura.
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#posh
Entender la fotografía como un momento de vida captado con un mensaje, parte en gran medida a la filosofía de enseñanza de una imagen... Excelente citas... Saludos...