Este post, el cual les digo de antemano es muy extenso, lo he hecho con mucha reflexión y cariño, dando respuesta al Community Challenge: Let's Get to Know Each Other! propuesto por la comunidad de Natural Medicine el cual puedes ver [aquí](https://peakd.com/hive-120078/@naturalmedicine/community-challenge-let-s-get-to-know-each-other) conformado por preguntas específicas, las que permiten generar autoconocimiento a la vez que sirven para que los demás nos conozcan. En mi caso particular, y debido a que me gusta explicar bien las cosas, en vez de cinco, he elegido tres preguntas, las cuales desarrollo a continuación. Comenzamos.
- Puedes leer la versión en Inglés aquí
Creo que mi conexión con la naturaleza, con Madre Tierra comenzó desde que era muy niña sin haber siquiera concientizado o verbalizado dicha conexión. Recuerdo que sentía gran amor especialmente por los animales y aunque parezca increíble, por las piedras. Mi amor por las plantas vino después, de mano de mi madre y luego por mí misma; pero desde pequeña 4-5 años, estos eran mis focos de atención. Me encantaba observar cualquier animal, podía pasar largo rato viéndolos, me encantaba ver volar a los pájaros.
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En una de las casas de mi infancia, (ya que nos mudamos varias veces porque generalmente eran alquiladas), habían dos pinos, un pino aguja y otro que no sé cuál es exactamente la variedad, pero era más pequeño y ancho. Allí, los pájaros hacían muchos nidos y yo fantaseaba pensando que eran edificios para ellos. También, cuando viajaba de vacaciones al pueblo y visitaba la casa materna de mi mamá, abría las jaulas que tenía una de mis tías, en donde recluía diversos pájaros, (tenía como 20-25), y los soltaba libres. Me encantaba la expresión que ponían de asombro cuando veían que no había reja ni puerta que les detuviera y salían en desbandada. Mi tía, quien vivía en ese entonces en la casa, no se molestaba pues era muy indulgente conmigo, así que lo seguí haciendo en cada vacación cuando venía de visita, (actualmente vivo en esa misma casa, la que construyó mi bisabuela a principios del siglo XX, con barro, bejuco y madera). También amaba los perros, los gatos, las tortugas, (siempre tuve tortugas de agua y de tierra), todos para mí eran especiales.
Lo de las piedras era otra cosa, era como si me hablasen, por eso las recogía con frecuencia y las llevaba a casa, en donde las guardaba en cajas o las colocaba en repisas. Me encantaba mirarlas, ver sus formas, colores, texturas, temperaturas… para mí era un mundo fascinante; además, una vez leí en un manual básico de Geología que las piedras eran seres minerales, y eso para mí fue revelador, porque les denominaban SERES o sea estaban vivas. Años más tarde comprendí, y fui autodidacta en el uso de los cristales y ciertas piedras como herramientas terapéuticas, de sanación y protección. De esta forma validé la atracción que sentía por ellas. Cabe señalar que nunca ejercí esta práctica, lo hice fundamentalmente para comprender las cualidades de las piedras y para uso personal.
Como provengo de una familia que por muchos años fue atea y de paso comunista; no tenía fe ni religión alguna, lo cual considero gravísimo porque como seres humanos debemos contar con un norte, una guía; debemos tener la certeza de que además de nuestra familia, hay alguien más de quien formamos parte y en quien podemos conseguir el solaz, la paz, el amor, la ternura, la compasión, el sustento y la protección indispensables para vivir; y obviamente estos son Padre Dios y Madre Tierra. Este desconocimiento, esto de estar sin brújula ni anclaje, me llevó a experimentar muchas religiones y cultos: Testigos de Jehová, evangélicos protestantes, adventistas, espiritualistas, mormones, e incluso me interesó la masonería pero como soy mujer no me aceptaron, (gracias a Dios, ¡de lo que me libré!), por lo que estuve yendo de un lado a otro, sin estar convencida de la honestidad de ninguna de estas.
Luego, más tarde, me bauticé en la iglesia católica, (en las otras no recibí bautismo alguno, sólo estuve de observadora). Y aún estoy bajo esta fe, pero tengo muchísimas objeciones, críticas y dudas al respecto, además de que no soy practicante. Antes de la pandemia muy pocas veces iba a misa, (si acaso dos veces al año), pero habiendo nacido y vivido toda mi vida en un país católico, en donde su cultura y tradiciones tienen un fuerte arraigo religioso, pues sus festividades se rigen por el calendario de las efemérides católicas, quise formar parte de esta religión, pero vuelvo y repito tengo muchísimas objeciones y no cumplo con todos sus ritos y convencionalismos, aunque me gustan muchas de sus oraciones y algunos de sus planteamientos; además, estoy 100% segura de que tienen mucho, pero que mucho conocimiento de la naturaleza de este universo…solo que no lo difunden, y nunca lo compartirán con la humanidad.
Paralelamente a mi crecimiento y mi búsqueda espiritual, es necesario que les explique cómo fue que comprendí la existencia de otros planos, dimensiones y universos que se traslapan o cohabitan en este mundo. Cuando yo tenía 10 años, mi familia y yo nos mudamos a una casa propia, la cual mis padres habían comprado 3 años antes; pero la inquilina, (había una mujer con sus dos hijos viviendo allí), no la quiso desocupar, aunque se hicieron todos los trámites requeridos: El dueño anterior le notificó con tiempo, rescindió el contrato de alquiler antes de hacer la venta, se llevaron a cabo gestiones judiciales necesarias, pero esta persona se negaba a desalojar la vivienda, simplemente decía que no se quería ir.
Fue aproximadamente 2 años posteriores a la compra, cuando al fin la inquilina accedió a mudarse, supongo que producto de la demanda judicial que se le interpuso. Sin embargo, dejó la casa en un estado deplorable: Arrancó puertas, ventanas, sanitarios, lavamanos, bateas, conexiones de agua y de luz (llaves de paso, grifos, tuberías, apagadores, tomacorrientes y sus respectivos cables). La dejó inmunda, realmente asquerosa. Recuerdo que cuando la entregó, fui a visitar el sitio con mi familia y era como si le hubiese caído una bomba nuclear, parecía un sitio de guerra. En vista de esta situación, mis padres decidieron demolerla y volver a construirla.
Todo se hizo adecuadamente, un arquitecto (tomando en cuenta las exigencias de mis padres), realizó los planos de una hermosa casa de una planta o nivel; una constructora trabajó según lo acordado. Luego de un año y unos cuantos meses de trabajo, nos entregaron las llaves de nuestro hogar. En seguida nos mudamos, ya que vivíamos alquilados en un apartamento, que si bien era grande, quedaba lejos de nuestras escuelas y de la gente que conocíamos, de nuestros amigos, puesto que ya habíamos vivido 3 años en esa misma urbanización.
Pueden imaginar que hubo alegría e ilusión en todos nosotros, ya que era una casa propia y nueva. Jamás se me olvidará el olor a cemento fresco, a casa nueva, ¡era impresionante! Pero estos sentimientos duraron muy poco, pues recuerdo que apenas nos mudamos, empezaron a sentirse manifestaciones paranormales, las cuales no eran percibidas por todos los miembros de la familia, sino por algunos. Por ejemplo, mi papá nunca oía ni veía nada, dos de mis primos y una tía que vivía con nosotros, tampoco; pero mis hermanos, mi madre y yo, sí sentíamos todo esto, y de forma constante y aterradora.
El primer día en que dormimos allí, recuerdo claramente sentir en el techo, que era liso y de platabanda, un sonido como si algo rodase. Me recordó el ruido que hacen las ruedas de patineta en el asfalto. Ese sonido se desplazaba entre el techo de la cocina y de mi habitación y viceversa, por un período de tres horas aproximadamente hasta que cesó. Luego, a los dos días, mi madre estaba lavando la loza del almuerzo, recuerdo que era un día domingo. En ese momento aún no se habían construido los gabinetes ni se habían empotrado el lavaplatos, la campana y la cocina, por lo que mamá lavaba la loza en una pequeña batea que estaba ubicada en un patio interno contiguo a la cocina. Ella tenía una hermosa colección de tazones de porcelana blanca y verde, estampada con unos granjeros, unos gallos y unas flores. Los lavó y colocó en una escurridora o platera que había ubicada encima de una estructura metálica. Todo estaba bien nivelado y sólido, sin embargo, luego de que ella terminó de fregar, sin explicación alguna pareció como si alguien hubiese tirado la platera al piso, y todo lo que estaba allí se volvió añicos.
Los días subsiguientes fueron aún más inquietantes, ya que siempre tenía la sensación de que alguien nos observaba fijamente, alguien invisible, pues aparte de los miembros de la familia no había nadie más y la vivienda era unifamiliar. Esto generaba un sentimiento de susto, terror, opresión.
Esta situación fue empeorando con el transcurrir de los meses y de los años, y se presentaba a todas horas, sin distingo de fecha o día; sólo en Navidad era cuando las manifestaciones se aplacaban un poquito, especialmente cuando poníamos el pesebre, ya que mamá, quien a pesar de ser atea en ese tiempo, siempre nos enseñó a respetar las tradiciones, y la Navidad era una de las más especiales, así que desde inicios del mes de diciembre ambientábamos la casa con nacimientos, pesebres y retablos, nunca con arbolitos; además de preparar la comida tradicional de la época: Hallacas, pernil asado, pan de jamón, dulce de lechosa, ensalada de gallina, torta negra, quesillo, entre otras.
Cuando yo había cumplido 15 años eran más frecuentes y más graves los eventos paranormales en la casa. Toda la fauna astral que se puedan imaginar campaba a sus anchas por la vivienda, como si fueran dueños y señores de esta. Se veían duendes caminando por el pasillo central, una mujer se sentaba en la cornisa de la casa llorando desconsoladamente, al tomar alguna fotografía dentro de la casa, se veían animales que no podía existir, por ejemplo, un mosquito de 15 cms de longitud, o esferas brillantes suspendidas en el aire. Todo lo que ustedes habrán visto algún día en una película de terror, estoy convencida de que es cierto, pues en nuestra casa ocurrían manifestaciones de ese tipo, (y aún ocurren pero con muchísima menor frecuencia e intensidad). Por ejemplo, la radio se encendía y sintonizaba sola, la licuadora licuaba sin que nadie la hubiera activado, la lavadora y secadora funcionaban de manera autónoma (y no eran aparatos digitales, sino analógicos); se abrían y cerraban los grifos y regaderas de agua de las salas de baño, se desaparecían los objetos.
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¿Cuál cree que ha sido su aprendizaje más importante durante su proceso?
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¿Qué plantas premias por los resultados que ves y puedes mostrar?
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Si has llegado a este punto de la lectura, te lo agradezco enormemente, pues sé que es un escrito muy muy muy largo, (que a ratos puede resultar fastidioso), sobre mi camino, mi sendero hacia mi autoconocimiento y crecimiento, que a la vez es útil para que todos ustedes me conozcan. Muchas bendiciones. Gracias por estar aquí.
La imagen de presentación fue intervenida con la aplicación Canva. Cada imagen tiene su fuente respectiva y se encuentran disponibles en los sitios web: Unsplash, Freepik.es y Wikipedia
La redacción de esta publicación es 100% original.
Esta información corresponde íntegramente a mi vida personal, por tanto me pertenece en su totalidad. Sin embargo,en caso de que se necesite utilizarla en otra publicación, agradecería encarecidamente citar la fuente (Tarot911) y el link correspondiente. Gracias.
Para consultas privadas, puede escribir al correo: [email protected]
Cuando nos íbamos a dormir, oíamos como se movían las sillas del comedor, se encendía la cocina a gas con un encendedor automático que tenía incorporado, se oía el trasiego de ollas, sartenes, platos, cubiertos, tazas, vasos; hasta podíamos oler como si estuviesen cocinando, (plátano frito, carne, frijoles, quesillos…) Cuando llegábamos a la cocina todo estaba exactamente igual a como lo habíamos dejado, todo recogido y guardado. También tocaban, abrían y cerraban las puertas de las habitaciones y de los gabinetes, oíamos pasos, voces, conversaciones y olores diversos (de cigarrillo, café, colonia, flores, licor…), sin que hubiese explicación alguna. Algunos vecinos pasaban por el frente de la casa y nos preguntaban respecto a qué anciano vivía con nosotros, pues veían en el jardín a un viejo sentado en una silla de madera, o quién era un hombre muy alto de más de dos metros de altura que siempre vestía de negro y se paraba mirando hacia la calle y apoyando los codos en la parte superior de la reja; o también preguntaban de quién era un niño que solía jugar pelota en el jardín pero muy tarde en la noche… De veras, aún no sé cómo no perdimos la cordura y salimos corriendo de allí.
La situación era tan tan tan grave, que a mis padres no les quedó otra alternativa, (a pesar de ser ateos), que recurrir a una persona que comprendiera estos fenómenos y los pudiera eliminar, a una sanadora espiritual, lo que en Venezuela se conoce como bruja. En mi país es sumamente común esta práctica, y creo que el 99% de la población en algún momento de su vida, ha recurrido a estos oficiantes; incluso, hay personas que pregonan a los cuatro vientos ser no creyentes, o todo lo contrario, dicen ser sumamente religiosas, muy correctas, súper evangélicas, súper católicas, y todas hacen magia… y generalmente con fines egoístas y alevosos; pero hay otras más, diría que la mayoría, que utilizan esta energía para sanarse, progresar, abrir caminos, defenderse, lo que considero muy válido, siempre y cuando se haga con respeto al orden y leyes divinas.
Así fue que conocimos a mi madrina, (en la fe católica), quien tenía su consultorio espiritual en su hogar y era muy devota de las Tres Potencias Venezolanas, es decir, la Reina Madre María Lionza, el Gran Cacique Guaicaipuro y el Negro Felipe. Debo decir que a estas entidades benéficas se les hacen ofrendas con plantas, flores, frutas, agua y licor; JAMÁS, NUNCA piden sacrificios animales y menos humanos, por lo que son sumamente diferentes a otro panteón de potencias que no es de Venezuela, que exigen este tipo de actos, y esto lo digo con todo respeto a sus creyentes, pero es que me parece realmente innecesario, cruel, oscuro y malvado hacer rituales de esa naturaleza.
Mi madrina generalmente hacía sus consultas utilizando el tabaco, digamos que era su herramienta principal y ella fue quien se encargó de ahondar en las causas del gran desequilibrio energético presente en la que era mi casa de ese entonces y dar las indicaciones para que fuera sanada.
El primer hallazgo que hizo, fue que la inquilina rebelde que no quería desocupar la vivienda, era una practicante de magia negra, incluso indicó en dónde se ubicaba el altar que utilizaba para hacer sus ritos. Recuerden que la casa anterior fue demolida, sin embargo mi madrina la describió claramente. Luego indicó, que una de las muchas entidades presentes en el sitio, era el espíritu de un hombre cuyo nombre en vida empezaba por la letra “J”, quien fue campesino, había vivido en un pueblo cercano y se había ahorcado en un árbol, cuando tenía entre 45 y 50 años de edad; también nos dijo la fecha aproximada de su deceso, que era en la década de los 50 del pasado siglo XX, e incluso indicó que esta información la buscásemos en periódicos o diarios viejos, que allí se podía encontrar. Mi hermano se encargó de ir a la hemeroteca de la ciudad, y efectivamente, luego de una extensa búsqueda, encontró en un diario local de ese entonces, la reseña de este suicidio, avalando con esta información lo que mi madrina había visto. Esto se hizo para averiguar el nombre que el difunto tuvo en vida y poder expulsarlo de la casa, indicándole que siguiera su camino, que trascendiera. Nos dijo que la anterior inquilina le “compró” a este muerto, un poco de tierra de su tumba e hizo un trabajo oscuro en la casa. ¡Increíble lo que llega a hacer la gente mala!
Posteriormente vino el proceso de limpieza y sanación de la vivienda, lo cual llevó meses, porque he de decir que el mal no requiere mucho esfuerzo, ni material, ni tiempo, ya que las fuerzas oscuras siempre están prestas a dañar todo; pero limpiar los daños sí requiere un poco más de energía, materiales y dedicación, quizás porque muchos de nosotros nos hemos desconectado de nuestra verdadera esencia y no estamos conscientes del gran poder que tenemos.
Debo decir que a lo largo de los años se hicieron sucesivas limpiezas y protecciones, y las manifestaciones se fueron aplacando progresivamente, hoy día se sienten, pero poco. He llegado a la conclusión, de que a mi antiguo hogar le infringieron un daño energético tan fuerte, que abrió un portal dimensional hacia un universo no benigno, por el cual ingresan a este plano cualquier tipo de entidades; sólo que actualmente se les dificulta más ese libre tránsito. Hay que estar conscientes que así como en este mundo existen personas, animales, plantas; en otros planos existe también una amplia diversidad de seres, y no siempre son buenos.
Todas estas experiencias me fueron marcando, y cambiando mi concepción de lo que es la vida, de lo que es este universo; permitiéndome a la vez comprender fenómenos y eventos que yo experimentaba, como era la precognición. Fui nutriéndome de diversas fuentes espirituales, filosóficas y físicas, adquiriendo conocimientos muy diversos, (y aún me falta muchísimo), hasta que me llegué al Tarot. Todo esto lo hice de manera prácticamente autodidacta, aunque algunas personas, especialmente mi madrina, me orientaron en ciertos momentos. No obstante, he comprendido que este camino es solitario, es un sendero que debe recorrerse a pie, al propio ritmo y sin compañía; pero sin duda alguna hay que interactuar e intercambiar información con otras personas, tal como hacemos aquí en Hive; pero eso de pertenecer a grupos, colectivos, gremios, clubes no es bueno, ya que por lo general salen a la luz intereses personales y egoístas, surge una competencia insana que en vez de sumar lo que hace es restar, y se plantean jerarquías que en el mundo espiritual no tienen sentido. Eso es lo que pienso.
Elegí el Tarot porque es el oráculo que mejor comprendo, pero no me limito a él, pues manejo otros más. Por otra parte, tengo mi propia forma de leerlo o interpretarlo; no me apego a ninguna escuela ni tampoco empleo alguna manera predeterminada de hacer las tiradas. Yo tengo mi forma personal y es la que para mí funciona mejor, lo que no significa que sea eficaz para otras personas. Debo decir que mi madrina me dio una gran enseñanza, y fue la siguiente: Todas las personas, todas, sin distingo alguno, pueden leer los tiempos, y esto lo pueden hacer con cualquier elemento, ya sea en un vaso de agua, una vela, un cristal, las nubes, las piedras, un tabaco, un cigarrillo… la elección del medio es particular y dependerá del nivel de comprensión e información que ofrezca la herramienta. Y también me dijo que todos deberíamos tener un apoyo para interpretar las señales del universo y de los tiempos, y así vivir mejor. Y es eso lo que trato de hacer con Tarot911, facilitarles a los lectores información que les ayude a optimizar sus elecciones.
Asimismo he llegado a la conclusión, de que si bien hay entidades, santos, seres espirituales y de alta luz, que tienen una mayor comprensión de lo que es la dinámica de nuestro universo, además de que poseen cualidades espirituales más desarrolladas; también creo que es absolutamente innecesario el rendirles constante pleitesía, ser esclavos de una continua adoración, el estar frecuentemente haciéndoles rituales u ofrendas, el tener que vivir en función a ellos. Y sé que hay algunos que son positivos y tienen toda la intención de ayudar a la humanidad, de hacer el bien… pero hay otros solapados, malignos, que andan en búsqueda de una fuente energética que les mantenga de forma voluntaria, o de generar caos y dolor en los creyentes. Por eso es que cuando hago una petición o les hablo, me dirijo a ellos de manera respetuosa, pero no sumisa ni servil.
Lo que sí tengo muy claro es que Dios Padre existe, y es el supremo creador. Igualmente, sé que al vivir en este planeta dependemos y estamos imbricados con Madre Tierra, somos uno con ella. Asimismo estoy convencida que los cuerpos celestes, (planetas, estrellas, galaxias), tienen una incidencia directa en cómo se manifiesta, se distribuye y se comportan la energía y la materia; porque estamos en un universo físico-energético, con dimensiones, fenómenos y leyes físicas que apenas estamos vislumbrando y comprendiendo.
He tardado mucho para llegar a donde estoy hoy día, he recorrido un camino con muchos tropiezos y creo que apenas estoy comenzando a entender mi universo, también soy consciente que aún me falta mucho por aprender y entender, que soy imperfecta e ignorante de muchas verdades; pero sin duda alguna soy mucho más feliz de lo que fui en otros tiempos.
Los aprendizajes son múltiples e importantes; pero considero que uno de los más valiosos fue el entender que todo y todos en este planeta, en este universo, estamos conectados, y por tanto, las estrellas, los planetas, las plantas, animales, piedras, montañas, ríos mares, nubes, etc., merecen respeto y consideración; que nosotros, como humanos, (así estemos hechos a imagen y semejanza de Dios Padre y tengamos una porción de su divinidad en nuestra alma), NO somos el top de la Creación, sino que formamos uno con todo, pues todos los seres también tienen en su interior un pedacito de Dios. Y en este punto, para ilustrarles lo que es la conexión con el todo, quiero contarles algo que tristemente me pasó hace ya 14 años.
En el año 2006 uno de los primos que se crió conmigo, sufrió un gravísimo accidente automovilístico en la carretera Lara-Zulia. Si eres venezolano, sabes que esa carretera prácticamente está maldita pues todos los días muere mucha gente en esa vía, (mínimo 5 personas diarias cuando había gasolina en mi país), y las muertes son espantosas y dolorosas. Ese mal día, él venía de regreso a su casa, de unas mini vacaciones; acompañado de su esposa y sus dos pequeños hijos. Lamentablemente en Venezuela es muy común que las personas quemen los campos en época de sequía con la creencia de que así harán más fértil la tierra a la entrada de las lluvias. Estas quemas son hechas sin control alguno. Ese día, las orillas de la vía tenían varios focos de fuego, y precisamente en una curva cerrada, él aminoró la marcha porque el humo no le dejaba ver el camino. Detrás de su vehículo, venía una camioneta rústica a muchísima velocidad, la cual no guardaba la distancia reglamentaria, tengo entendido que el chofer venía borracho o drogado; y no frenó, impactando y destrozando a su vehículo por detrás, ocasionando la muerte de su esposa, de su hijo mayor y causándole gravísimas lesiones a su pequeña hija de un mes de nacida y a él, quien quedó en coma.
Como estaba tan grave, no fue posible trasladarlo sino hasta la ciudad más cercana, en donde estuvo recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos por casi 4 meses, cuando por fin salió del coma. Al día siguiente del accidente, yo me trasladé hasta donde él estaba internado, pues no había quien lo cuidase, por lo que prácticamente me mudé a esa clínica, para estar constantemente a su lado. Luego que fue dado de alta permanecí 7 meses más durante su recuperación, pues tuvo que volver a aprender a hablar, a caminar, a comer…Esto implicó que yo dejase mi casa prácticamente sola y mis animales también, sólo quedó un cuidador que la habitaba y atendía a mis animales y plantas.
El hecho es, que yo tenía una tortuga de agua dulce, aquí le dicen terecayas, la cual había llegado a mi casa aproximadamente 10 años atrás, luego de un aguacero realmente torrencial, que supongo subió los niveles de una quebrada cercana. Recuerdo que el día que llegó a mi vida, yo estaba sentada en mi sala, y vi moverse algo plano, como de 25 cms de largo, todo lleno de barro, me acerqué y vi que era una tortuga con ¡ojos azules! lo que es una rareza excepcional. Debido al color de sus ojos, mi hija la nombró Celeste. Lo cierto es, que Celeste era muy dócil y abnegada, su comportamiento era prácticamente el de un perro o un gato. En donde estaba yo, estaba ella, incluso, dormía debajo de mi cama.
Llegó a ser todo un personaje, una celebridad, porque yo abría un portón que a su vez tenía un protector en un local ubicado en mi casa, en donde yo trabajaba vendiendo golosinas, helados, refrescos y transcribiendo en mi computadora; y ella siempre estaba allí, especialmente en las mañanas, cuando entraba la luz matutina, así que se ponía en la reja, con la cabeza hacia afuera mientras se asoleaba. Este comportamiento le dio un gran susto a más de una persona, pues jamás esperarían ver una tortuga de agua en esa posición. Además, a la gente que venía a casa le fascinaba ver como ella corría cuando yo la llamaba o la silbaba.
Volviendo al año 2006, el día que dejé mi casa, estoy absolutamente segura de que Celeste quedó fuera de mi cuarto, al cual le pasé llave, pero sin que me diera cuanta volvió a entrar y quedó atrapada allí. Estando yo lejos, como a los dos meses, comencé a sentir su olor. El olor de una terecaya es muy particular, pues su orín es muy penetrante, fétido, y en donde estaba yo no había tortugas ni de agua ni de tierra. Yo sentía eso como una señal, llamaba al cuidador y le preguntaba por la tortuga, que si estaba bien y él me decía que sí, que ya la había alimentado; pero se estaba refiriendo a una tortuga de tierra, no a Celeste.
Para ese entonces mi hija, quien se había mudado para ir a la universidad, me regaló un llavero que era tortuga de madera. Luego de que comencé a oler a Celeste, el llavero empezó a soltar sus partes, primero la colita, luego una a una sus cuatro patas y de último la cabeza. Todo esto eran señales. Cuando regresé a mi casa, fue uno de los peores días de mi vida, pues al abrir la puerta de mi habitación, estaba Celeste, muerta, esperándome. Esto que les cuento es totalmente cierto y muy pocas veces lo he contado porque me causa mucho dolor.
Regresando a la pregunta de mis aprendizajes, puedo decir que también aprendí que tenemos dos cualidades que nos son inherentes como seres almados, y que por lo general desconocemos o no sabemos utilizar adecuadamente: La primera cualidad es el libre albedrío, lo que implica libertad de elección. Esto nos permite cambiar el presente y el futuro, (aún no he averiguado si tenemos la capacidad de cambiar el pasado, pero intuyo que sí podemos hacerlo). La segunda cualidad, es que somos creadores de nuestra realidad, porque como siempre digo, tenemos un pedacito de Dios adentro. De todo esto tengo certeza, pero aún estoy aprendiendo a aplicarlo.
Mi relación con las plantas es de respeto. El comprender que son seres inteligentes, que tienen la capacidad de entendernos e interactuar con nosotros es algo muy valioso, por ello trato de cultivarles, tenerles cerca siempre y obviamente hablarles, comunicarme con ellas. Las plantas, los árboles son sin lugar a dudas seres de poder. Sin embargo, hay una planta que quiero resaltar por su valor terapéutico, la cual sirvió de gran apoyo a mi padre cuando hace unos 8 años sufrió de cáncer en la próstata con metástasis en la columna vertebral y esta planta se conoce como chaya, (Cnidoscolus aconitifolius). Este vegetal tiene dentro de su composición química, una molécula precursora del cianuro, con la particularidad de que la molécula puede identificar células tumorales, adherirse a ellas y matarlas. Esto lo sé porque papá, en su deseo de no sucumbir al cáncer, se documentó, leyó e investigó muchísimo, hasta que consiguió información sobre esta planta; la cual consumía a diario, ligeramente cocida (en olla de peltre o vidrio) y aderezada con gotas de limón. Adicional a esto, comía en grandes cantidades, a razón de unas 40 unidades diarias, las almendras que contienen en su interior las semillas de durazno o melocotón, pues concentran grandes cantidades de Vitamina B17 o amigdalina, y tiene la misma función que la chaya, destruye las células tumorales.
La combinación de estos dos remedios naturales, (y otros más), con una sana alimentación, el apoyo familiar, y sus respectivas quimios y radioterapias, ha implicado que ya tenga 4 años libre de cáncer, una enfermedad inoperable (por el sitio en que se ubicaba), que obviamente lo habría matado de forma muy dolorosa. Así pues, que puedo recomendar la chaya como una planta de gran poder terapéutico. Y como dije, combinándola con altas dosis de vitamina B17, se genera un efecto sinérgico y es una cura 100% segura contra el cáncer.
¡Wow! Hay mucho que decir de esta publicación. Primero que nada, tu redacción es impecable. De verdad tienes una manera muy pulcra de escribir, lo haces excelente, desde mi punto de vista.
Referente a lo que narras y compartes con nosotros, tengo mis opiniones encontradas. Por un lado considero que sí existen entes o fuerzas, eventos sobrenaturales, que no pueden ni creo que podrán ser explicados por la ciencia, solo que no se los adjudico a seres divinos que gobiernen el bien o el mal, llámenlo "Dios" o "Satanás". Soy agnóstico, así que no soy partidario de creer en nada de lo que no estoy seguro, ni lo afirmo ni lo niego y más aún, para mi es totalmente irrelevante, al menos hasta los momentos.
Sin embargo, no puedo refutar lo que escribes y aseguras porque es tu experiencia; no puedo venir a decir que eres una mentirosa y que lo que has vivido es producto de tu imaginación. Creo en tu palabra y vuelvo a lo que dije hace rato, hay misterios que jamás entenderemos y eso que te pasó a ti y a tu familia es uno de ellos.
Gracias infinitas por compartir tu vida, incluyendo lo de Celeste. Lo lamenté mucho, amo a los animales y me duele cuando sufren. Solo imagino lo que pudo sufrir allí sola muriendo lentamente, es muy triste, en serio. Y para ti fue devastador, como bien lo dices: "de los peores días de tu vida".
Te mando un abrazo fuerte y sigue enriqueciendo a Hive con este contenido tan valioso y de manera tan pulcra. Fue un gustazo leerte, de verdad que sí.
PD: Soy de Maracay, así que somos paisanos venezolanos.
¡Hola Gary! ¡Que gusto ver que estuviste por aquí! Realmente no sé qué pasó que vengo a ver tu comentario 4 días después, no leí a tiempo la notificación. Me encanta que te haya gustado mi post, el cual expone una parte de mi vida y del por qué de mis creencias, y me siento halagada por tus palabras. Respecto a las experiencias paranormales que vivió mi familia y que aún se sienten en mi antigua casa, fue algo realmente angustiante, porque siendo en ese entonces ateos, no había explicación plausible para los fenómenos que vivíamos y que eran innegables. Fueron años duros. Lo que le ocurrió a Celeste, para mí fue terrible, realmente devastador, porque yo amaba a ese animal y el hecho de haberla olido y lo del llavero, me demuestra que me pedía auxilio, que mientras moría clamaba porque la salvara y no lo pude hacer, lo cual aún hoy día me cuestiono y creo que seguirá siendo así por el resto de mi estadía en este plano. Quise incluir su historia en mi publicación, porque creo que es la evidencia más clara de la conexión que todos tenemos en este universo. En fin, este escrito me permitió dar a conocer parte de lo que soy. Mil gracias te doy por tu presencia acá, tu voto y tu comentario. Muchas bendiciones para tí.
Nota: Sí, somo paisanos, yo soy del estado Guárico.
Mi familia materna es de allá también. Viven en el caserío "La Negra", Camaguán.
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STOPHola amiga leía detenidamente tu publicación , no soy muy letrado en estos temas, pero me han ocurrido cosas... solo trato de dejar quieto al que esta quieto por decirlo de alguna manera, mi bella dama estudia estas cosas y se instruido en tarot, yo no se que tanto tenga yo de ... poder sentir cosas o saberlas, se que tengo algo en mi que prevee situciones , tal vez si me pongo logre manifestar dones ocultos , pero he preferido no desarrollarlos , tal vez más adelante conversemos de este tema, gracias por pasarme el link de tu publicación, esta noche meditaré de las cosas que ahora me afectan por así decirlo, quiero una vida en sana paz , no se si a estas alturas ahondar en mi estos dones o conocimientos me ayuden a mejorar, gracias gracias , mis bendiciones amiga @tarot911