Es así, mientras haya niños cerca es nuestro deber darle las alegrías que iluminen sus ojitos. Yo disfruto ver como mis nietas participan de la elaboración de las hallacas, con su paño en la cabeza bien amarrado como hace la abuela. Yo fui subiendo escalón más lentamente, de lavar hojas a mover guiso y comer pasas robadas, hasta que hice las mías que sí experimenté todo lo demás y eso también me encanta de la Navidad.
Abrazo y feliz Navidad.