Lo gratis nos puede salir muy caro
El gobierno nunca había hecho nada por aquel pueblo, por el contrario, los problemas se habían acentuado y ellos se habían negado a resolverlos. La gente se sentía humillada y estafada, y tal vez por eso, cuando dijeron que el gobernador regalaría colchones, la gente no podía creerlo. Sin embargo, salieron de sus casas, todos muy contentos, e hicieron un gran cola para recibir el obsequio.
A nadie le pareció extraño que para recibir el regalo solo debían escribir su cédula y nombre. Todos firmaron el papel que les señalaba un hombre y luego tomaron el colchón y se fueron a sus casas pobres. Con las semanas se enteraron que con las firmas que ellos habían dado, el gobierno dijo que el pueblo estaba contento y su reelección había aprobado y lo peor de todo, es que a los dos días, los colchones se habían gastado. Al final, lo barato lo tenían que pagar caro, caro.
La experiencia nos dice que debemos desconfiar de lo barato porque normalmente no es de calidad y tristemente, al final, lo pagamos muy caro. También sabemos que nada en este mundo es gratis; de alguna u otra forma, debemos pagar y a veces ese precio puede ser muy alto.
El refrán nos dice que a caballo regalado no se le ve el colmillo y es que cuando recibimos algo, supuestamente no estamos en la posición de exigir, de reclamar ni de hacer valer nuestros derechos. Según esto, si alguien, por ejemplo, recibió en donativo o un tratamiento y ese tratamiento sale defectuoso, no estaríamos en condiciones de reclamar. Es más, recibir algo de alguien sin haber pagado nada por ello, hace que nos sintamos automáticamente en deuda con la otra persona, en agradecimiento infinito y que se creen apoyos incondicionales y sin pretextos.
Si nos paseamos por nuestro entorno, encontraremos que esta estrategia de dar o regalar, es utilizada por políticos, empresas, instituciones y personas comunes. Basta con ver, por ejemplo, cómo se nos ofrece engañosamente el lleve 2 y pague 1, lleve hoy y pague mañana, una tarjeta sin límite de crédito,bonos canjeables, y hasta salidas a cines y a bares. Se da para quitar. Nada es gratis, todo se paga.
En muchas culturas occidentales, los hombres les hacen regalos a las mujeres y a cambio esperan algo de ellas. Las mujeres si aceptan estos regalos, se sienten en la obligación de dar lo que se les pida. Es un intercambio tácito. Es así que en otras culturas, una mujer no puede aceptar regalos de sus pretendientes, incluso de su futuro esposo, para que no haya la figura de la "deuda", del compromiso inquebrantable.
En estos días, las redes se llenaban de denuncias de supuestos estafadores que escribían ofreciendo cientos de BTC si dabas algunos datos personales. El detalle acá, no es que exista este tipo de estafadores, sino que existan todavía personas que crean que a cuenta de nada, de la filantropía o caridad de algunos seres, se puedan convertir en millonarios.
Si Eva le ofreció la manzana a Adán por un único motivo y si la bruja del famoso espejo también tuvo un motivo para regalarle el delicioso fruto a Blancanieves, qué nos hace pensar que recibiremos regalos de extraños de manera desinteresada. Claro que hay personas generosas, pero incluso esas generosidades, pueden crear en nosotros compromisos. Así que si no estás dispuesto a atarte, a endeudarte "política, social o sentimentalmente", mira de dónde vienen esos regalos, porque tal vez tengas que pagar un precio muy alto.
@tipu curate
Upvoted 👌 (Mana: 17/47) Liquid rewards.
Muchas gracias por su voto y apoyo