El hallazgo de Pop
POP ERA SU NOMBRE, pero no le gustaba porque decía que Pop, podía ser la onomatopeya de cualquier sonido: ¡POP!, ¡POP!, la caída de gotas de agua del tejado, el golpe al tocar una puerta, el escupitajo de una vieja que masca tabaco, y pare de contar. Por eso huyó de casa, lejos, donde nadie sabía cómo se llamaba y porque quería convertirse en una estrella y dado que su apariencia no era la más extraña porque parecía un saxofón, se le ocurrió que podría ser una estrella de la música. He aquí su imagen, por la que decía que debían felicitar a su madre.
Fuente: @romanie
De tren en tren llegó a un pueblo al norte de Plutoño; donde dio sus primeros pasos musicales, que no fueron muchos porque como el pueblo era muy pequeño, le faltó público para demostrar lo que sabía; que tampoco era mucho, un par de saxofonazos por las mañanas en la plaza pública y dos más por la tarde en la misma plaza porque solo había una, a la que al parecer nadie le gustaba porque nadie iba.
Un día se le presentaron unos niños y como no estaba para ser selectivo, les empezó a tocar; luego al que le quisieron meter mano fue a él, porque los niños, ante lo raro que era Pop, querían saber qué pasaba si lo soplaban por detrás.
Pop huyó enseguida, esta vez hacia el norte de Plutoño y esta vez si tenía para recorrer porque aquello era rascacielos y rascacielos, gente y gente, plazas para tocar en la mañana, en la tarde y en la noche; pero nadie lo escuchaba ni él mismo sabía lo que interpretaba, así que desistió de ser músico.
Como no pudo hacerse una estrella, no quiso regresar a casa, porque pensó, «fracasado y con un nombre tan feo, seré la burla de todos». De modo que se dedicó a usar su voz para vender tornillos. Esto ocurrió en Plutañerito, una ciudad al occidente de Plutoño donde inauguraron las primeras tiendas para vender productos electrodomésticos; el dueño del negocio era un árabe que se asoció con un chino, quien era el dueño de las fábricas y con un latino, quien era el responsable de contratar la mano de obra.
Pop se hizo famoso vendiendo tornillos; la gente hacía cola para observar lo extraño de su imagen y cuando los tenía cerca, Pop aprovechaba y le vendía los tornillos que la gente no necesitaba porque aún no habían comprado el primer electrodoméstico, pero él los convencía diciéndoles que era una forma de ganar; para que cuando compraran los aparatos y se les dañaran, ya ellos tendrían los tornillos.
Vendiendo tornillo estaba cuando alguien que lo reconoció le gritó:
─¡Pop!, ¡Pop!, ¿eres tú?, a eso te viniste a Plutoño, a vender tornillos, y qué pasó con la música.
Pop no tuvo tiempo de responder porque cuando el latino se enteró del verdadero nombre de Pop, lo despidió, sin importarle que hubiera vendido todas las toneladas de tornillos que había en los depósitos.
Pop culpó de su tragedia a su nombre y como ya no tenía motivos para buscar más nada en la vida, se sentó a perder el tiempo.
En eso estaba, solo, porque para perder el tiempo no se necesita compañía, cuando de pronto pasaron unas hormigas: pop, pop, pop, caminaban con sus hojitas verdes en el lomo; a su espalda, el rocío caía de las ramas, pop, pop, pop, regando a las plantas más pequeñas; y frente a sus narices, el pop, pop, pop de la abeja polinizando; el del herrero, el del carpintero, tantos... y por supuesto, el inexorable pop, pop, pop del tiempo.
En Plutoño nunca más se supo de él, pero eso no le importó porque cuando regresó a casa, era otro. Había empezado a amar su identidad, su nombre le parecía ideal porque estaba en el universo, repartido en las miles de acciones que mueven al mundo y había entendido que todo el que desea ser grande y alto como una estrella, debe aprender con los mejores; por eso se inscribió en la academia de música.
Años después conocería a la reina del pop, Madonna, pero esa es otra historia y no estoy autorizado para decir en hive, ciertas intimidades.
FIN
The discovery of Pop
POP WAS HIS NAME, but he didn't like it because he said that Pop could be the onomatopoeia of any sound: POP!, POP!, the fall of water drops from the roof, the knock on a door, the spit of an old woman chewing tobacco, and so on. That's why he ran away from home, far away, where nobody knew his name and because he wanted to become a star and since his appearance was not the strangest because he looked like a saxophone, it occurred to him that he could be a music star. Here is his image, for which he said his mother should be congratulated.
Fuente: @romanie
From train to train he arrived at a town north of Plutoño; where he took his first musical steps, which were not many because as the town was very small, he lacked an audience to show what he knew; which was not much either, a couple of saxophonazos in the mornings in the public square and two more in the afternoon in the same square because there was only one, which apparently nobody liked because nobody went.
One day some children came to him and as he was not to be selective, he began to play for them; then the one they wanted to get their hands on was him, because the children, seeing how strange Pop was, wanted to know what would happen if they blew him from behind.
Pop fled immediately, this time to the north of Plutoño and this time he did have something to go around because there were skyscrapers and skyscrapers, people and people, squares to play in the morning, in the afternoon and at night; but nobody listened to him and he himself did not know what he played, so he gave up being a musician.
Since he couldn't become a star, he didn't want to go back home, because he thought, "as a failure and with such an ugly name, I'll be the mockery of everyone". So he turned to using his voice to sell screws. This happened in Plutañerito, a town west of Plutoño where the first stores were opened to sell electrical appliances; the owner of the business was an Arab who partnered with a Chinese, who owned the factories, and a Latino, who was responsible for hiring the labor.
Pop became famous selling screws; people lined up to observe the strangeness of his image and when he had them nearby, Pop would take advantage and sell them the screws that people did not need because they had not yet bought the first appliance, but he would convince them by telling them that it was a way to earn; so that when they bought the appliances and they were damaged, they would already have the screws.
He was selling screws when someone who recognized him shouted at him:
─Pop, Pop, it's you, that's what you came to Plutoño for, to sell screws, and what happened to the music.
Pop didn't have time to answer because when the Latino found out Pop's real name, he fired him, not caring that he had sold all the tons of screws in the warehouses.
Pop blamed his tragedy on his name and since he no longer had any reason to look for anything else in life, he sat down to waste his time.
That's where he was, alone, because to waste time you don't need company, when suddenly some ants passed by: pop, pop, pop, they walked with their little green leaves on their backs; behind them, the dew fell from the branches, pop, pop, pop, watering the smallest plants; and in front of their noses, the pop, pop, pop, of the bee pollinating; that of the blacksmith, that of the carpenter, so many... and of course, the inexorable pop, pop, pop, time.
In Plutoño he was never heard from again, but that didn't matter to him because when he returned home, he was someone else. He had begun to love his identity, his name seemed ideal to him because he was in the universe, distributed in the thousands of actions that move the world and he had understood that whoever wants to be big and tall like a star, must learn with the best; that is why he enrolled in the music academy.
Years later he would meet the queen of pop, Madonna, but that is another story and I am not authorized to tell in hive, certain intimacies.
Imágenes creadas en Canva y editadas en Power Point: Niños, Nños, Tonillos, Tornillos
Traducido con www.DeepL.com
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