El teatro de José Ignacio Cabrujas y el país de sus tormentos

in Writing Club2 years ago

En mi estrategia para publicar con continuidad en nuestra querida plataforma, siguiendo efemérides de escritores y artistas en general que pueblan mi interés como lector o degustador del arte, a veces no puedo tener el tiempo para atender a autores de importancia para mí. Me pasó en estos días con el escritor venezolano José Ignacio Cabrujas, nacido en Caracas el 17 de julio de 1937. Con este post quiero resarcir esa falta.


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José Ignacio Cabrujas - Fuente


José Ignacio Cabrujas fue una figura de indiscutible presencia y relevancia en la panorámica venezolana del siglo XX, no solo por su labor como dramaturgo, director y actor de teatro, sino también como guionista de televisión y cine, cronista y articulista de diarios venezolanos.

En esto último destacan las columnas que publicara por varios años, en El Nacional o en El Diario de Caracas; producto de ellas el libro El país según Cabrujas, editado por Monte Ávila en 1992. Entre otros recuerdo aquel famoso artículo “El hombre de la franela rosada”, a propósito del primer intento de golpe de estado liderado por Chávez, o sus opiniones sobre lo que denominó “el Estado del disimulo”, para referirse al Estado venezolano.

Un hito en la televisión venezolana marcó su trabajo como guionista de telenovelas. Los entendidos en la materia opinan que con el libreto de La Señora de Cárdenas cambió el estilo de la telenovela latinoamericana, de ahí que se introdujera entonces la denominación de “telenovela cultural”.


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Caricatura de Cabrujas por Edo - Fuente


Es su obra dramatúrgica su producción literaria más perdurable, donde destacan, para mí, dos fundamentales en la interpretación del país -su idiosincrasia, imaginario, riquezas y pobrezas, esperanzas–: Acto Cultural, de 1976, y El día que me quieras, de 1979.

No es casual que uno de nuestros centrales dramaturgos, Isaac Chocrón, en el prólogo de la primera publicación de El día que me quieras, comience diciendo: “(…) José Ignacio Cabrujas es el talento más versátil de todo el teatro venezolano actual”. Más allá de opiniones personales, no cabe duda de que Cabrujas marcó pauta en la dramaturgia venezolana, y podría decirse hispanohablante contemporánea.

La conjugación que logró entre la ironía y el sobrio humor para interpretar la realidad de la Venezuela que le tocó vivir o sufrir (la de sus tormentos, palabra que usó varias veces), sobre todo imaginar o reconstruir, pues a Cabrujas siempre lo incitó eso que llaman “historia”. Como indica Chocrón:

(…) a través de la Historia o de historias del pasado, podemos entender mejor nuestro presente. No se trata de viajes nostálgicos sino de paralelismos curiosos, irónicos o contundentes entre lo que pasó y nos está pasando.

Y eso es El día que me quieras.


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Portada primera edición de El día que me quieras - Fuente


En El día que me quieras tenemos la historia, condensada en un día de 1935, de una familia de clase media venezolana, tradicional y conservadora, aunque con ímpetu modernizador –los Ancízar–, en la que se conjugan las prohibiciones, los temores, las ilusiones, las mentiras y verdades, los fracasos, de sus integrantes y allegados. Un día especial en el que Gardel, estrella amada por las mujeres de la familia de visita en Caracas, se hace presente ilusoriamente en la casa de los Ancízar, se remueven las emociones en todos los personajes, sobre todo los sueños y pérdidas, en particular, toda la engañosa promesa de futuro revolucionario (socialista) se derrumba en su mentira, representada por el personaje central masculino, Pío Miranda.

A continuación reproduzco varios fragmentos de esa sin par obra teatral de nuestro querido Cabrujas.

Habla Elvira Ancízar, quizás la más idólatra de Gardel, dirigiéndose a Pío Miranda:

Elvira: Tú. Tú me dices que no. Tú, y tu Internacional. ¿Dónde está esa Internacional? Yo no la veo por ninguna parte. Yo veo a Bertorelli que me niega el permiso para ir a La Guaira. A ése sí lo veo, hasta en la sopa, con la explotación del hombre por el hombre, en la ventanilla del correo. ¿Y a quién le pido auxilio? Llega Gardel, Rubias de Nueva York, Tango bar, Melodía de arrabal, El día que me quieras, la jerarquía del tango, presidentes que bailan tango, reyes que bailan tango, gente de verdad, de allá, Gardel, Lepera, Razzano, Broadway, y yo despacho catorce cincuenta en estampillas a tres cuadras de la Plaza Bolívar. El mundo es una mierda.

Plácido Ancízar cuenta a Matilde, su sobrina, su experiencia al hablar con Gardel en el teatro Majestic:

Plácido: (…) Y Gardel habla y me dice: ¿Cómo te llamás? Y yo le respondo: Plácido Ancízar, señor Gardel, el nieto del general Ancízar, Plácido Ancízar. (Emocionado) Plácido Ancízar —me contesta—, si a vos te parece bien a mí me parece bien... Y yo sentí la historia universal del ser humano, Matilde, desde la masacre de los caquetíos hasta la llegada de los andinos... Y me dije: ¡Coño...! ¡Aquí estamos equivocados! ¡Aquí se ha cometido un disparate en alguna parte! ¡Aquí hubo un loco que nos extravió a todos...!


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Portada de El país según Cabrujas - Fuente


Pío Miranda discute con Elvira y expone su razón revolucionaria:

Pío: (…) ¡Yo te podría decir que soy comunista por la cojonudez del Manifiesto, por el hígado de Marx y la cabeza de Federico Engels! ¡Pero soy comunista, por la declaración de Aura Celina Sarabia, cocinera de la pensión Bolívar donde murió mamá! ¿Y sabes por qué se ahorcó mamá? ¡Porque redujeron el presupuesto del Ministerio de Sanidad, y hubo un error en la lista de pensionados! Aura Celina me lo dijo... ¡Un error en la lista de pensionados y tres quincenas sin el dinero! ¡Murió de vergüenza...! Y entonces, yo me pregunté, ¿dónde están los incendiarios de esta sagrada mierda? (…)
Y sigue descargando Pío Miranda con Elvira, y habla de María Luisa, su novia, otra de las hermanas Ancízar:

Pío: (…) Así pasó con María Luisa... ¿Qué hacemos, Pío? ¿Cuándo nos vamos, Pío? ¿Cuándo nos casamos, Pío? Y yo cerré los ojos y me vi en la calle de Gato Negro con los libros y la infinita seguridad de estar equivocado... Entonces le dije que iba a escribirle una carta a Romain Rolland, para que ella pensara que Romain Rolland cabía en el panorama de Gato Negro... Romain Rolland hablaría con Stalin y Stalin era el koljosz de remolachas en Ucrania. ¿Qué estupidez, verdad?

Elvira: Vivimos tan mal, Pío Miranda, con los helechos y los canarios, y el Ecce Homo detrás de la puerta... Vivimos tan mal...

Y, acercándose el desenlace de la obra, en el “encuentro” con Gardel y Le Pera, el parlamento confesional de Pío Miranda:

Pío: Está bien, señores... se acabó... vayan a vislumbrar a sus madres... ¡se acabó! Tengo diez años aquí... con el almuerzo al mediodía... Todo esto empieza... porque... digamos... veo un perro, así, con los huesos marcados... un costillar de perro... y me digo: coño... el perro con los huesos... como si la respuesta fuera mía... Excúsenme... no es verdad... no es mía... No es mi culpa... no me cabe el país... No tengo por qué responder... (Desesperado) Soy un príncipe... un boyardo sangrante... Excúsenme... no sé... maldito sea... no sé... no fui yo... me lavo las manos.... (A María Luisa) No hay nada en Ucrania. No sé dónde queda Ucrania. No hay Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. No hay Kamenev ni Zinoviev... no sé pronunciarlos. No hay Trotsky... ¡No hay Alliluyeva! ¡No hay Stalin! ¡No hay ventanal de la zarina, ni Bujarín doliente! ¡No hay Lenin! ¡No hay nada...!


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Portada de otra edición - Fuente


Sin duda, leemos o estamos ante “las indóciles, ecuménicas, carnales angustias humanas ventiladas por Cabrujas con airosa y airada impudicia”, como comentara su amigo, también dramaturgo, Ibsen Martínez. Cabrujas supo hacer un uso descarnado, con un cáustico humor, del lenguaje español en clave venezolana, de esa conciencia aguda de nuestra cultura, quizás idiosincrática, y de la realidad histórica e imaginaria del país venezolano, signada por gracias y desgracias, por insatisfacciones y esperanzas.

Referencias:

Cabrujas, José Ignacio (1979). El día que me quieras. Caracas: Edit. Fundarte.
Cabrujas, José Ignacio (1991). El teatro de Cabrujas. Caracas: Edit. Pomaire / Fuentes.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Ignacio_Cabrujas

En este enlace pueden leer la obra teatral completa.


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Gracias por su lectura.


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