Ernesto Sabato, indiscutiblemente uno de los más importantes escritores de habla hispana, nacía en Argentina el 24 de junio de 1911. Su creación como novelista se concentró en tres libros publicados con varios años de distancia entre ellos: El túnel, en 1948; Sobre héroes y tumbas, en 1961; y Abaddón el exterminador en 1974. Pero Sabato escribió cerca de veinte libros de ensayo, género que ejerció con gran propiedad, pues fue un agudo pensador acerca de neurálgicos asuntos vinculados a su vida y a sus preocupaciones; además de la reflexión sobre la literatura y el oficio de la escritura, trató de la ciencia y la técnica (fue profesionalmente un físico), del tango, de los autoritarismos (de derecha o izquierda), de la crisis civilizatoria, de problemas generales de la cultura.
Sabato, aun siendo un hombre muy solitario, asumió compromisos públicos de enorme relevancia. El principal fue haber presidido la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, que adelantó la exhaustiva investigación para desentrañar los crímenes, particularmente las desapariciones, de la dictadura cívico-militar argentina entre 1976 y 1983, tarea que diera lugar a ese histórico informe conocido como Nunca más, entregado en 1984 al presidente argentino de entonces, Raúl Alfonsín.
Este compromiso llevó a decir al escritor y amigo suyo, Claudio Magris: “Luchó para que aquellos horrores no ocurran más, aun sabiendo que los desastres y el mal no conocen un "nunca más"; “Un hombre lleno de respeto por los demás y de pietas, ajeno al resentimiento”.
Como hemos señalado, Sabato publicó solo tres novelas en su longeva vida, las cuales escribió a lo largo de 26 años, aunque sabemos, por su testimonio, que ya había tenido otros intentos novelísticos que destruía. Sobre esta corta producción, la opinión de Magris me resulta sumamente esclarecedora:
(…) escribió y publicó sólo cuando sintió la absoluta necesidad de hacerlo. Es la mejor garantía del arte más acabado. Basta haber escrito un libro necesario para sí y para todos para signar indeleblemente la literatura de una época y, por lo tanto, la vida de tantas personas.
Y creo que así fue. Sabato configuró, en esta especie de trilogía que resultó -sin una previa propuesta suya (al menos, no declarada)-, eso que algunos teóricos de la literatura han llamado la “novela total”, ya que hace confluir en ella -como un todo y cierta articulación- sus motivos e inquietudes. Es el autor quien, en una nota que antecede el texto de Sobre héroes y tumbas, nos puntualiza:
Existe cierto tipo de ficciones mediante las cuales el autor intenta liberarse de una obsesión que no resulta clara ni para él mismo. Para bien y para mal, son las únicas que puedo escribir. Más, todavía, son las incomprensibles historias que me vi forjado a escribir desde que era un adolescente. Por ventura fui parco en su publicación, y recién en 1948 me decidí a publicar una de ellas: El Túnel. En los trece años que transcurrieron luego, seguí explorando ese oscuro laberinto que conduce al secreto central de nuestra vida.
Esta conciencia de su obra se halla muy claramente expuesta en su texto-conferencia ”Confesiones de un escritor”, que pueden leer aquí.
Reconoció Sabato que su escritura creativa suponía para él una tensión muy grande, y hasta un tormento, una clave; y esto respondía a su asunción de la novela: ”Para mí una novela expresa poéticamente los grandes momentos de crisis porque atraviesa nuestra vida”.
Aun sin conocer de la vida de Sabato y/o de su pensamiento, si leemos sus novelas, encontraremos una ficción que guarda una visión de mundo (weltanschauung, la palabra alemana que él usara) en la que se contiene o despliega una compleja figuración de la soledad humana, de su confrontación con el bien y el mal, en definitiva, con el misterio de la existencia y de la muerte.
Esa grave visión está condensada en su novela Sobre héroes y tumbas. De ella, aunque de difícil esquematización, pueden ver una sinopsis aquí. Tomaremos unos fragmentos de Sobre héroes y tumbas.
Lo primero sería advertir la conexión entre esta novela y la anterior (El Túnel), expresada por el hablante (no el autor) de “Informe de ciegos” (capítulo de la novela), Fernando Olvos:
Pensaba, recordaba. Sobre todo venganzas de la Secta. Y volví entonces a analizar el
caso Castel, caso que no sólo fue muy notorio por la gente implicada sino por la crónica que
desde el manicomio hizo llegar el asesino a una editorial. Me interesó poderosamente por
dos motivos: había conocido a María Iribarne y sabía que su marido era ciego. (…)
Esta es una referencia directa a El Túnel, como lo declara la misma voz narrativa: “Hasta el título de la crónica me estremeció, por lo significativo: ‘El Túnel’ ”, lo cual hace pensar en una visión del autor que busca conectar con un asunto general y central.
El enigma e imagen relacionados con los ciegos, presentado en la novela anterior, alcanza en esta un grado de difícil clasificación. El capítulo ”Informe de ciegos” es un texto que nos impresiona fuertemente. Dentro de un mundo ficcional cargado de fuertes imágenes conocidas o sorprendentes, “Informe de ciegos” nos produce una suerte de experiencia del horror cercano.
Nada puedo saber ahora sobre el tiempo que duró aquella jornada. En el momento
en que desperté (por decirlo de alguna manera) sentí que abismos infranqueables me separaban para siempre de aquel universo nocturno: abismos de espacio y de tiempo.Enceguecido y sordo, como un hombre emerge de las profundidades del mar, fui surgiendo
nuevamente a la realidad de todos los días. Realidad que me pregunto si al fin es la
verdadera. Porque cuando mi conciencia diurna fue recobrando su fuerza y mis ojos
pudieron ir delineando los contornos del mundo que me rodeaba, advirtiendo así que me
encontraba en mi cuarto de Villa Devoto, en mi única y conocida pieza de Villa Devoto,
pensé, con pavor, que acaso una nueva y más incomprensible pesadilla comenzaba para mí.
Una pesadilla que sé ha de terminar con mi muerte.
La ambigüedad y polivalencia presente en los fragmentos reproducidos son apenas una tímida expresión de la riqueza de historia, narración y visión que plena esta inmensa novela que es Sobre héroes y tumbas.
De uno de sus últimos libros de reflexión, Antes del fin, publicado en 1998, puedo recoger:
No sabemos si al final del camino, la vida aguarda como un mendigo que nos extenderá la mano.
Referencias:
Sabato, Ernesto (1974). Sobre héroes y tumbas. Buenos Aires: Edit. Sudamericana.
Sabato, Ernesto (1998). Antes del fin. Colombia: Edit. Planeta / Seix Barral.
Magris, Claudio (2011): http://www.lanacion.com.ar/1807215-ernesto-sabato-escritor-de-la-noche-y-de-las-tinieblas
https://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Sabato
http://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/confesiones-de-un-escritor
Si está interesado en leer las novelas de Ernesto Sabato, le dejo a continuación enlaces en los que podrán acceder a ellas:
El túnel
Sobre héroes y tumbas
Abaddón el exterminador
Gracias por su lectura.
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Thanks for sharing deed. In every times, generation and amongst different peoples, there are always great men who have imparted on the lives of people and left prints on the sand of time with their arts. I'm happy to know this great man.
There is one of such Calibre in my country. His name is Chinua Achebe
Thank you for your visit and comment. Yes, in all countries and cultures there are great creators of high human dimension. Greetings, @luckydrums.
Ernesto Sabato fue un gran pensador, y a pesar que había oído de él, nunca me había detenido a leer alguna de sus obras. Hoy, después de esta hermosa publicación, has despertado en mi el interés por leer sus novelas. Gracias por compartir @josemalavem.
Gracias a ti por leer mi modesto post. Ernesto Sabato fue una novelista y ensayista muy denso. Ahí tienes los enlaces a sus novelas. Saludos, @mjvdc.
¡Felicitaciones!
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Atentamente
El equipo de curación del PROYECTO ENTROPÍA
Gracias, amigos de @entropia.
Muy interesante y bastante detallado, algo significativo para aquellas personas que, como yo, quizás no conocían al escritor y puedan ahora investigar más. En tu escrito pude interesarme en algunas cosas que el escritor quería enfatizar, y es muy interesante esa forma de demostrar la complejidad de la vida humana en una novela, es bastante único. Algo de que hablar, estaría aún más a gusto con una taza de café jejejejeje!!
Gracias por pasar, @nazatpt. La escritura literaria auténtica es un compromiso, hasta un riesgo; nunca una complacencia y un confort. Pero igual se puede acompañar con no una taza de café, sino varias, y un buen vino. Saludos.