Antes de leer este relato tenga en cuenta 2 cosas, la primera es que debió leer el título y por ende no necesita sentirse aberrado o avergonzado por seguir estas líneas, allí dice claramente +18, por ende abstenerse de leer si este tipo de contenido no es de su agrado o lectura cotidiana. Segundo, si ha decidido quedarse, sepa que lo que está leyendo es simple fantasía, nada es realidad o basado en un hecho real ni personal.
Simple casualidad
Creo que soy el tipo de persona que ha esperado poco de esta vida, tampoco es que haya hecho algo que marque una diferencia, para que todo sea distinto a lo que es hoy día. Cada mañana mi droga está allí al lado de mi almohada jugando con todos mis sentidos. No sabría si aquel polvo sería más letal de lo que ya es tener un cuerpo a mi lado, desnudo, de pieles pútridas por quienes tantos han pasado sus labios, sus cuerpos y marcado sus deseos. Nada puedo criticar que mi piel debería estar ya negra de tanto que ha sido usada.
Solo es cuestión de segundos para captar una nueva presa y últimamente parece que hay un verano fuerte porque es fácil conseguir rápidamente quien quiera pasar una noche desenfrenada. Para mi sorpresa, no había nada interesante, o sería más bien mi cuerpo que estaba pidiendo a gritos que le dé un respiro, pero no hay nada que pueda hacer, o simplemente ya di por desahuciada mi vida, mis sueños.
No me había dado cuenta, pero el último chico había dejado su número grabado en mi celular, si no es por su mensaje "nos vemos pronto..." no lo recuerdo. Lastima por él, no suelo comer del mismo platillo más que una sola vez, eso evita lo desagradable que puede ser el nacer un sentimiento por alguien, siendo ese el inicio de este patron de vida; estaba realmente cansado de que me tomaran como idiota, que jugaran conmigo, ahora soy yo quien juego a ser el malo, o más bien a solo utilizarlos para un deseo de una noche.
No había nada que ver en la Tv, así que me dispuse a entrar un rato en mi Only fans del cual solo suspiro de fastidio por las tantas menciones y mensajes privados. No era habitual que en vez de hacer un show para los demás, sea yo quien se motivara a ver el de alguien. Pero este chico no deja de escribirme y hacer que mi paciencia haga que mis actos sean lo contrario, todo sea por evitarlo, o más bien no terminar cambiando de número.
sexy_biker te ha enviado una solicitud de video compartido
Me he reido en carcajadas al mirar ese nick, pero a su vez me causo curiosidad, seguramente era un gordo peludo de esos que creen que todos morimos por ellos, un cliché que ha nacido en la comunidad llamado "oso" del cual no me siento identificado, en lo absoluto. De momento lo iba a rechazar, hasta que veo una llamada de él nuevamente, quisiera decir que lo hice por salir del paso, pero termine aceptando el video compartido por error al intentar cerrar la otra llamada.
Inmediatamente vi un cuerpo al otro lado, no era lo que tanto estaba ansiando ver para darle razón a mis pensamientos. Era todo lo contrario, su cuerpo era algo escultural, estaba más trabajado y definido de lo que podía estar el mio. Tampoco es que me dejase sin aliento, pero debía dar créditos a las tantas horas que debe pasar en el gimnasio para tener ese cuerpo.
El video compartido estaba configurado para que ninguno de los dos escucharamos lo que el otro dice, así que era solo cuestión de ver, hacer y escribir. Esperaría él que fuese yo quien hiciera, pero estaba errado si era ese su pensar, no iba a prestarme para hacer eso de gratis por mucho que me pudiera atraer.
Lo curioso de todo esto es su poca vestimenta, un interior muy pequeño de color marron claro que le hacia ver desnudo del todo, pero lo más tonto a mi parecer, es el hecho que estuviese usando una mascara. Era algo que me alertaba que debía cancelar el video compartido, hasta el momento en que él notó mi incomodidad, y como si estuviera leyendo mi mente, se quitó la máscara para dejar en claro quién era, y la razón por la cual estaba allí para mi.
Supe quién era, inmediatamente mi corazón latió por mil, algo que no había sentido desde hace mucho tiempo. Ninguno de los dos escribió algo, simplemente nos quedamos mirando mientras él sonreía.
Han pasado ya varios años desde la primera vez que lo vi, en aquella moto mientras regresaba de comprar cigarrillos. No era común que un extraño se detuviera para darme un aventón, mucho menos que yo lo aceptara. Pero ese día cuando dejó al descubierto su rostro cuando se quitó su casco, sus ojos de azul mar llenaron ese vacío seco de mi interior y el hecho que se detuviera por mi, sin alguna mala razón o intención hizo que en ese momento me fijará en él.
No nos saludamos en ningún momento porque nuestras miradas lo decían todo, recuerdo que él me había dado su numero, pero yo lo había perdido algo de lo que me arrepiento, porque tal vez hubiese sido distinto todo el recorrido de mi vida promiscua desde ese entonces hasta este preciso momento en el que me ha encontrado y enganchado una vez más.
No lo dude, entré a Google map y le di mi dirección, a lo que él sonrió una vez más y cerró la video llamada. No hubo desnudos, no hubo sexo en ningun momento ni intenciones parecidas, solo hubo un susto en mi interior y una intriga de lo que iba a pasar, no sabia que iba a hacer él ya que tal vez se pudo haber sentido herido por nunca ponerme en contacto, tampoco es que tuve la idea de decirle que perdi su numero, no tuve ningun pensamiento en ese momento que no fuese él mismo, estaba bloqueado, atascado en una estupida ilusion; mi corazon daba alerta de poder ser agredido prontamente.
Suena el teléfono de mi habitación y era el señor de la recepción avisando que tenía visita afuera. A lo que inmediatamente me metí en la ducha porque apestaba a licor, y me puse presentable para la ocasión.
Al bajar por el ascensor no podía creer lo que estaba sucediendo, estaba sintiendo cosas por dentro que me hacían sonreír de lo absurdo que era. Mis pensamientos estaban invadidos de él.
Al salir, una decepción total, no había nadie. En ese punto pense que lo merecia por ser un idiota, o tal vez porque se habia cansado de esperarme.
Quise fumar un cigarrillo, pero al meter mis manos en los bolsillos no conseguí nada que fumar. Caminé hasta un kiosko cercano para comprar un par de cajas, y mientras converso con el señor que me atiende, escucho el sonido de una moto acercarse pero sin darle importancia sigo conversando y pidiendo algunas cosas extras, algo de licor y snacks para acompañar.
Mi sorpresa es cuando me doy la media vuelta, estaba seguro que era él, con la misma chaqueta de aquella primera vez y ambos cascos eran inconfundibles.
Esta vez fui yo quien sonrió, así que no lo pensé dos veces, dejé todo en la tienda y me subí detrás de él en la moto, sujetándome fuerte, porque esta vez no lo quería perder de nuevo.