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Español
Cerrando una Etapa
Era la línea más hermosa que jamás hubiese visto en un transportador terrestre, el más caro y fino de Di Martino, un imán para las chicas de secundaria, y era todo suyo, pensaba Saul, mientras se aproximaba a la joya de los vehículos de aquel aparcamiento, su color verde tornasolado, destacaba sobre todos los demás era como un cisne en una granja de patos.
Dio una vuelta triunfal alrededor de su joya regodeándose en su éxito se acercó a la entrada del piloto, al aproximar la mano a la portezuela, ésta se abrió sola, elevándose como el ala de algún majestuoso pájaro, se inclinó, sacudió sus pantalones para que no le callera polvo a la tapicería, y luego se sentó tras el mando de aquella belleza, que aún no le parecía que fuera suya.
Se dispuso a encender el motor y repentinamente, la portezuela del acompañante se abrió y un individuo de unos dos metros, cabello cano, rostro demacrado, ataviado con un sobre todo color café, se sentó a su lado.
—Pero, ¿qué demonios le ocurre? —dijo Saul sorprendido. —¿Cómo carajo logró abrir la puerta?
—Sabes Saul Collado, los Di Martino son hermosos, lujosos y muy costosos, pero tienen un sistema de seguridad que deja mucho que desear —respondió el extraño, al tiempo que sacaba de su bolsillo un arma eléctrica que apuntó la cara de Saul.
—Oye amigo, no se quien eres, ni de donde conoces mi nombre —dijo Saul, levantando sus manos. — Pero si quieres dinero, puedes tomar todo lo que tengo encima, sólo aparta esa cosa de mi rostro.
—No quiero tu dinero Saul, ni el trasportador, ni nada que tengas —respondió el hombre sin prestar atención a la petición de Saul. —Enciende el vehículo y vallamos a dar un paseo —continuó diciendo, a la vez que se acomodaba en el asiento. —Quiero saber que se siente viajar en un Di Martino, yo te diré a donde ir.
Tal como le indicó el hombre, salieron del aparcamiento y tomaron una ruta que los conducía fuera de la ciudad, camino a las tierras abandonadas de las llanuras del norte, donde una de las mayores batallas de la guerra de Cefeo había ocurrido. Lo que una vez fueron terrenos de cultivo, hoy era un páramo de tierra calcinada, contaminada por la radiación de las bombas sucias usadas por los rebeldes en batalla.
—Detente aquí —dijo el hombre, después de internarse casi treinta kilómetros en aquel árido y mortal desierto —Bueno Saul aguardaremos aquí por un rato, mientras vienen a recogerme.
—¿Para qué hemos venido aquí? —dijo Saul tartamudeando. —¿Qué quiere de mí?
—Ya te lo dije Saul, no quiero nada de ti, de hecho, cuando me vengan a recoger serás libre de ir a donde quieras —dijo el hombre, a la vez que apartaba el arma del rostro de Saul. —Te he traído aquí para contarte una historia que ya debes conocer —dijo el hombre y se recargo acomodándose en el asiento.
“Mi nombre es Oliver Di Gregorio, hasta hace varios años fui jefe de la división de crímenes mayores en Polaris, la antigua capital de Heracles. Cuando estuve ahí, vi toda clase de cosas, y cuando me retire, me dedique a la investigación privada, pensé que al hacerlo sólo me ocuparía de cosas triviales, ya sabes, seguir a esposos o esposas deshonestos, buscar defraudadores para bancos o aseguradoras, cazar uno que otro prófugo que se niega a pagar sus deudas, cosas sin mayor dificultad.” Continuó diciendo.
—¿A que viene toda esta perorata? —interrumpió Saul. —¿Qué tiene esto que ver conmigo?
—Ya llegaremos ahí, ten paciencia —dijo Oliver, y continuó con su explicación.
“Pero fue entonces cuando fui encargado a buscar a la desaparecida hija de un diputado del parlamento de Cefeo, Lion Soriano, se llamaba el desdichado, tú lo conociste, fuiste uno de sus asistentes, el maldito infeliz tenía varios gustos depravados y se involucró con una red de prostitución infantil y cuando quiso salirse fue castigado por ello, su hija una dulce chica, llamada Natalia, y dos de sus amigas, fueron secuestradas y llevadas como esclavas a una estación espacial fuera de la jurisdicción del parlamento, donde fueron obligadas a servir a los degenerados gustos de basura adinerada, que pagaba por satisfacer sus aberrantes deseos.”
El rostro de Saul había tomado un tono pálido y su expresión denotaba una gravedad que no había tenido ni cuando Oliver le apuntaba con el arma.
—Veo que empiezas a recordar de que estoy hablando— dijo Oliver, viendo a Saul al rostro. —Terminare mi historia y luego me iré, ya deben estar por llegar a recogerme —dijo, y siguió, con su narración.
“Aquella estación espacial fue quizá el peor sitio al que he tenido que ir para solucionar un caso, la perversión humana llegaba a su límite en aquel sitio, pero el caso es que logramos rescatar a las dos amigas de la chica Soriano, dos niñas inocentes que nunca podrán recuperarse de aquella terrible experiencia, pero para Natalia, ya había sido tarde, estaba muerta y su cuerpo había sido tirado en una pila de cadáveres que serían desechados luego y que por fortuna, logramos hallar antes de que lo hicieran.”
“Aquel maldito lugar fue incinerado, los que en el trabajaban y los que se encontraban de visita en el momento de infiltrarme fueron apresados, los que trataron de huir fueron muertos, volados en mil pedazos por drones del ejército y quienes formaban parte de su lista de clientes, en su mayoría, fueron apresados, algunos tal vez se oculten bajo una u otra roca, pero tarde o temprano los encontrarán.”
“Lion Soriano también fue encarcelado, y alguien dispuso de él en presidio, pero algo había faltado para cerrar aquel ciclo, la madre de la Natalia y yo estábamos de acuerdo en que, si quien había secuestrado a las niñas y las había entregado a los traficantes seguía aun libre, aún el trabajo no estaría completo.”
Saul se retorció en su asiento y trató de tartamudear algo, pero no pudo hacerlo, su cuerpo temblaba como una hoja al viento.
—Sí Saul, tú fuiste quien secuestró a las niñas y las entregó a los traficantes, y obtuviste una buena recompensa por ello —continuó Oliver. —Pero no era la primera vez que lo hacías, varías chicas de Cefeo habían sido victimas de aquel miserable destino, lo empezaste a hacer después de terminada la guerra, cuando Cefeo era casi una tierra sin ley, y continuaste después de que todo empezó a acomodarse —continuó Oliver. —Tu fuiste quien introdujo a Soriano en aquel mundo, y fuiste quien se encargó de llevarse a la niña para mantenerlo callado cuando quiso salirse.
Saul sudaba profusamente, a la vez que su cuerpo parecía empezar a desvanecerse.
—Aguarda chico, no te desmayes aun, tengo unas pocas palabras que decirte antes de irme —continuó Oliver. —La señora Laura Haimes, la viuda de Soriano, me pidió que te dijera, cuanto te aborrece, y el despreciable pedazo de mierda que eres, antes de dejarte. Ella, así como no fue capaz de perdonar a su esposo por ser responsable de lo que le paso a su hija, mucho menos sería capaz de dejar que una basura como tu saliera ilesa y libre después de causar la muerte de su hija.
“Yo coincidí con ella y decidí ayudarla de buena gana, así que esto nos trae aquí. Sabes que otra cosa, además del sistema de seguridad es pésimo o más bien inexistente en esta belleza de vehículo que conduces, el sistema de bloqueo de partículas radioactivas, algo que es común en cualquier vehículo barato, no existe en tu preciado trasportador de tres millones de créditos, estas cosas son lindas para disfrutarlas los fines de semana en una pista, pero no son adecuadas para el uso regular.”
Saul trató de enderezarse en el asiento, pero le fallaron las piernas al tratar de impulsarse con ellas.
—Lo que sientes es resultado de llevar más de veinte minutos de exposición a los altos niveles de radiación de este lugar —explicó Oliver. —Tus nanobots de restauración celular hace varios minutos dejaron de funcionar, a causa de la radiación, algo que poco después de detenernos, también ocurrió con la electrónica de tu bello transportador.
Tras decir esto, una nube de polvo se levantó fuera del vehículo, una vieja y destartalada nave de transporte se había posado frente a ellos, y abría la puerta de su bahía de carga.
—Ahora debo irme —dijo Oliver, mientras abría de un empujón la puerta del vehículo, mientras Saul lo veía con sus ojos entre abiertos y apenas manteniendo su cabeza levantada. —No te preocupes, no vas a morir de inmediato, tardaras unas seis u ocho horas en sufrir el colapso masivo de tus órganos, pero si logras salir de aquí antes de eso tal vez consigas quien te ayude antes de morir y te salven en una clínica, sólo deberán inyectarte nanobots de grado militar, como los que yo poseo, no seria nada difícil, yo te sugeriría que si tienes las fuerzas suficientes camines hacia el norte —dijo señalando en dirección a unas montañas. —A unos veinte kilómetros de aquí está una base militar y tienen un buen servicio médico ahí, tal vez ellos puedan ayudarte.
Oliver salió del vehículo y se puso de pie al lado de la puerta medio abierta, Saul sólo lograba ver sus piernas hasta su cadera, en aquella posición.
Nuevamente Oliver se inclinó hacia abajo y se asomó por la portezuela abierta estirando su brazo derecho hacia Saul, mientras sostenía en su mano el arma eléctrica que hace un rato había guardado en su sobre todo.
—Sabes, si tuvieras fuerzas, tendrías posibilidades de salvarte —dijo Oliver. —Pero eso no está ni en mis planes, ni en los deseos de la madre de Natalia.
Oliver apuntó y disparó sobre la pierna de Saul, haciendo un enorme agujero en ella, dejándola colgando de la cadera sólo de un pedazo de carne, mientras Saul gritaba en agonía.
—Deberás ponerte en marcha lo antes posible, si quieres llegar a la base militar antes de que tus órganos se hayan convertido en pure —dijo, retrocediendo y caminando a la nave que lo esperaba unos pocos metros adelante, entró a la bahía de carga, y la nave empezó a elevarse, cerrando la puerta dejándole ver el transportador Di Martino, por un momento más, antes de alejarse. —Lastima era un lindo vehículo.
English
Closing a Stage
It was the most beautiful line he had ever seen in a land transporter, the most expensive and finest Di Martino, a magnet for high school girls, and it was all his, thought Saul, as he approached the jewel of the vehicles in that parking lot, its iridescent green color stood out from all the others, it was like a swan in a duck farm.
He made a triumphant lap around his jewel, basking in his success, he approached the entrance of the pilot, as he approached the hatch, it opened by itself, rising like the wing of some majestic bird, he bent down, shook his pants so that dust would not fall on the upholstery, and then sat behind the control of that beauty, which still did not seem to him to be his own.
He got ready to start the engine and suddenly, the passenger door opened and an individual of about two meters, gray hair, haggard face, dressed in a brown envelope, sat down next to him.
-What the hell is wrong with him? -Saul said in surprise. -How the hell did he manage to open the door?
-You know, Saul Collado, the Di Martino's are beautiful, luxurious and very expensive, but they have a security system that leaves much to be desired," answered the stranger, as he took out of his pocket a stun gun and pointed it at Saul's face.
-Hey friend, I don't know who you are, or where you know my name from," said Saul, raising his hands. - But if you want money, you can take everything I have on me, just get that thing away from my face.
-I don't want your money Saul, or the transporter, or anything you have," replied the man without paying attention to Saul's request. -Start the car and let's go for a ride," he continued, as he settled into the seat. -I want to know what it's like to ride in a Di Martino, I'll tell you where to go.
As the man instructed, they left the parking lot and took a route that led them out of the city, on their way to the abandoned lands of the northern plains, where one of the greatest battles of the Cepheus War had occurred. What had once been farmland was now a wasteland of scorched earth, contaminated by radiation from the dirty bombs used by the rebels in battle.
-Stop here," said the man, after going almost thirty kilometers into that arid and deadly desert. "Well, Saul, we'll wait here for a while, while they come to pick me up.
-Why did we come here? -Saul stammered. -What do you want from me?
-I told you Saul, I don't want anything from you, in fact, when they come to pick me up you'll be free to go wherever you want," said the man, as he pulled the gun away from Saul's face. -I brought you here to tell you a story you should already know," said the man and leaned back in the seat.
"My name is Oliver Di Gregorio, until several years ago I was head of the major crimes division in Polaris, the former capital of Heracles. When I was there, I saw all sorts of things, and when I retired, I went into private investigation, I thought that in doing so I would only deal with trivial things, you know, following dishonest husbands or wives, looking for fraudsters for banks or insurance companies, hunting down the odd fugitive who refuses to pay his debts, things without much difficulty." He continued.
-What's all this ranting about? -Saul interrupted. -What does this have to do with me?
-We'll get there, be patient," said Oliver, and continued his explanation.
"But that's when I was commissioned to look for the missing daughter of a member of the Cepheus parliament, Lion Soriano, he was called the wretch, you knew him, you were one of his assistants, the damned wretch had several depraved tastes and got involved with a child prostitution ring and when he wanted out he was punished for it, his daughter a sweet girl, named Natalia, and two of her friends, were kidnapped and taken as slaves to a space station outside the jurisdiction of the parliament, where they were forced to serve the degenerate tastes of wealthy trash, who paid to satisfy their aberrant desires. "
Saul's face had taken on a pale hue and his expression denoted a gravity that it hadn't even when Oliver was pointing the gun at him.
-I see you're beginning to remember what I'm talking about," Oliver said, looking Saul in the face. -I'll finish my story and then I'll leave, they should be here to pick me up by now," he said, and continued his narration.
"That space station was perhaps the worst place I have ever had to go to solve a case, human perversion reached its limit in that place, but the fact is that we managed to rescue the two friends of the Soriano girl, two innocent girls who will never recover from that terrible experience, but for Natalia, it was too late, she was dead and her body had been thrown in a pile of corpses that would be discarded later and that fortunately, we managed to find before they did."
"That damned place was incinerated, those who worked there and those who were visiting at the time of my infiltration were captured, those who tried to flee were killed, blown to pieces by army drones and those who were part of their list of clients, for the most part, were captured, some may be hiding under one rock or another, but sooner or later they will be found."
"Lion Soriano was also imprisoned, and someone disposed of him in prison, but something had been missing to close that cycle, the Natalia's mother and I agreed that, if the one who had kidnapped the girls and delivered them to the traffickers was still free, still the job would not be complete."
Saul squirmed in his seat and tried to stammer something, but he couldn't do it, his body trembling like a leaf in the wind.
-Yes Saul, you were the one who kidnapped the girls and handed them over to the traffickers, and you got a good reward for it," Oliver continued. -But it wasn't the first time you did it, several Cepheus girls had been victims of that miserable fate, you started to do it after the war was over, when Cepheus was almost a lawless land, and you continued after everything started to settle down," Oliver continued. -You were the one who introduced Soriano to that world, and you were the one who took the girl to keep him quiet when he wanted to leave.
Saul was sweating profusely, and his body seemed to start to fade.
-Wait boy, don't faint yet, I have a few words to say to you before I go," Oliver continued. -Mrs. Laura Haimes, Soriano's widow, asked me to tell you how much she loathes you, and what a despicable piece of shit you are, before she left you. She, just as she was not able to forgive her husband for being responsible for what happened to her daughter, much less would she be able to let a scumbag like you go unharmed and free after causing the death of her daughter.
"I agreed with her and decided to help her willingly, so this brings us here. You know what else, besides the safety system is lousy or rather non-existent in this beauty of a vehicle you drive, the radioactive particle locking system, something that is common in any cheap vehicle, does not exist in your prized three million credit hauler, these things are nice to enjoy on weekends on a track, but they are not suitable for regular use."
Saul tried to straighten up in the seat, but his legs failed him as he tried to propel himself with them.
-"What you're feeling is the result of more than twenty minutes of exposure to the high levels of radiation in this place," Oliver explained. -Your cellular restoration nanobots stopped working several minutes ago, because of the radiation, something that shortly after we stopped, also happened to the electronics of your beautiful transporter.
After saying this, a cloud of dust rose outside the vehicle, an old and dilapidated transport ship had landed in front of them, and was opening the door of its cargo bay.
-Now I must go," said Oliver, as he pushed open the door of the vehicle, while Saul watched him with his eyes half open and barely keeping his head up. -Don't worry, you won't die right away, it will take you about six or eight hours to suffer the massive collapse of your organs, but if you manage to get out of here before that maybe you can get someone to help you before you die and save you in a clinic, they will only have to inject you with military grade nanobots, like the ones I have, it wouldn't be difficult, I would suggest that if you have enough strength you walk to the north," he said pointing in the direction of some mountains. -About twenty kilometers from here there is a military base and they have a good medical service there, maybe they can help you.
Oliver got out of the vehicle and stood next to the half open door, Saul could only see his legs up to his hips in that position.
Again Oliver leaned down and leaned out of the open hatch, stretching his right arm out towards Saul, while holding in his hand the stun gun he had kept in his envelope a while ago.
-You know, if you had the strength, you'd have a chance of saving yourself," said Oliver. -But that is neither in my plans, nor in Natalia's mother's wishes.
Oliver aimed and fired at Saul's leg, blowing a huge hole in it, leaving it hanging by the hip from just a piece of flesh, while Saul screamed in agony.
-You'll need to get going as soon as possible, if you want to get to the military base before your organs have become pure," he said, backing up and walking to the ship waiting for him a few meters ahead, he entered the cargo bay, and the ship began to rise, closing the door, letting him see the Di Martino transporter, for a moment longer, before pulling away. -Pity it was a nice vehicle.