Fuente/Source
Español
La Isla Olvidada
—Ya han pasado más de mil quinientos años desde el accidente del laboratorio —explicaba Teodoro, al grupo de catorce investigadores que formaban aquella misión de exploración civil. —La isla y todo el planeta fue abandonado desde entonces.
—¿Tan grave fue? —preguntó Elías, un joven explorador aficionado, proveniente de Perséfone. —¿Por qué tuvieron también que abandonar el planeta?, ¿el accidente no se limitó a la isla?
—Todo el planeta era un centro de investigación en nuevas tecnologías energéticas y de propulsión de El Parlamento —explicó Teodoro. —Sólo había dos islas habitadas, Isla Redonda, donde estaba el laboratorio e Isla Palmares, donde estaban el poblado de Palmares, que era el sitio de habitación de investigadores, había algunos pocos centros de entretenimiento, tiendas, servicios médicos y de educación. Al cerrar el laboratorio, no fue necesario mantener las habitaciones de investigadores, así que todos los habitantes fueron reacomodados.
—Entiendo —dijo Elías. —Dijo que el laboratorio estaba en Isla Redonda, pero antes la había llamado Isla Marsopa.
—Sí, se debe a algo que comentaron los primeros pilotos que la sobrevolaron después del accidente —explicó Teodoro. —Dijeron que ya no parecía tan redonda, que ahora tenía la forma arqueada de un delfín saltando fuera del agua, debido al enorme fragmento esférico de la costa de la isla que había sido arrancado por el colapso del reactor. Entonces algún tonto, erróneamente la llamó Isla Marsopa, y el nombre desgraciadamente se quedó.
La nave se aproximó desde el oeste a la isla con intensión de sobrevolarla para ubicar un buen sitio para descender, la parte de la costa que se alcanzaba a ver era aquella que había sobrevivido intacta al accidente, redujeron la velocidad y decidieron volar a ras del agua bordeando la costa para encontrarse con la sección cercenada de tierra, pero se sorprendieron al avanzar durante un largo rato y no haya ninguna variación en la línea de costera que denotara la ocurrencia de un evento tan devastador, como el que se supone había ocurrido aquí.
—¿Seguro que esta es la isla? —preguntó Teodoro, al piloto de la nave.
—Por supuesto que sí, estas son las coordenadas —respondió el piloto. —Me elevaré, podremos ver la isla desde más altura, tendremos una mejor perspectiva y además encontraremos donde descender.
La nave se elevó unos cuarenta metros en el aire y desde ahí se pudo ver que la isla nuevamente tenía su antigua forma redonda, lejos de la forma de delfín, marsopa o lo que fuera, que habían visto los pilotos hace más de mil quinientos años. Lo más asombroso de todo era que, sobre una pequeña colina, cerca de la costa este de la isla se encontraba un edificio bastante deteriorado que parecía ser el desaparecido laboratorio.
—No puede ser, ¿qué sucede aquí? —dijo Elmer, el líder de la expedición de exploradores y asociado de Teodoro, quien era el organizador. —Nada de eso debería estar ahí.
Repentinamente una alarma se encendió en el tablero de la nave, y empezaron a perder altura lentamente.
—¿Qué sucede? —preguntó alguien de entre los miembros del grupo de exploradores.
—Algo anda mal con los instrumentos, parece que perdimos los giroscopios y estabilizadores, la nave ha entrado en proceso de aterrizaje de emergencia —dijo el piloto, mientras manipulada agitadamente los controles. —Trataré de que descendamos en el claro al lado del edificio del laboratorio.
—Tengo entendido que estas instalaciones no se podían sobre volar cuando funcionaban, pues había una continua emisión de partículas ionizadas, que solían dañar los instrumentos de las naves, por eso todo se transportaba en botes —dijo Teodoro. —Pero de eso hace más de mil años, esto no debería estar sucediendo, no debería estar aquí.
La nave descendió con dificultad, sus instrumentos estaban estropeados, y no podrían salir de ahí son asistencia externa. Enviaron la baliza de impulso espacio temporal de emergencia y bajaron de la nave; mientras el piloto, Teodoro y cinco de los exploradores se quedaron armando el campamento, los restantes nueve exploradores caminaron a lo que creyeron eran las ruinas del laboratorio; pero al aproximarse pudieron escuchar y sentir en su piel un zumbido que señalaba la operación de algún tipo de maquinaria.
Llegaron a la entrada del laboratorio y de entre los árboles un hombre de piel escamosa y amarillenta, una desaliñada y poblada barba, largo y sucio cabello cano, con un par de ojos grandes y blanquecinos, portando un sucio y raído overol de técnico, los intercepto, manoteando violentamente.
—¡Deben irse de aquí!, ¡no deben estar aquí! —les grito interponiéndose entre ellos y la entrada.
—No se preocupen señor somos exploradores, no venimos a interferir en nada, ¿cómo es que ustedes están aquí? —dijo Elmer.
—No lo entenderían y no hay tiempo para explicar, deben marcharse de inmediato o serán atrapados también —continúo gritando el hombre con ojos desorbitados.
—No le entiendo, atrapados en que… —intento decir Elmer, pero su voz se vio repentinamente apagada, al igual que su existencia.
De la nada una gigantesca esfera de vacío se formó desde el centro del laboratorio, y abarcó todo a su alrededor, incluyendo la nave y la mayor parte de la isla, que, tras unos segundos de estar envuelta en esta extraña cúpula de color absolutamente negro, desapareció, recobrando su antigua forma de delfín saltando en el aire.
Para los exploradores, y quienes aun permanecían en el laboratorio, sólo quedo la nada una absoluta inexistencia atemporal, que eventualmente, volvería a hacerse existencia.
Como si hubiesen despertado de un extraño sueño, pero sin soñar, un extraño escalofrío recorrió la espalda y se propagó por todo el cuerpo de los exploradores, que permanecían de pie, frente al extraño y harapiento hombre que los había detenido, varios de ellos cayeron de rodillas, desorientados e incapaces de mantener el equilibrio, el hombre se tambaleó un poco, pero se mantuvo de pie, casi inamovible.
—Cuesta acostumbrarse, pero después de tres o cuatro veces, se hace habitual —dijo mirando a su alrededor con ojos delirantes.
—¿Que fue eso?, ¿Qué pasó?... —preguntó Elmer, aun atontado y tambaleante, con voz entrecortada.
—Volvimos a entrar a la singularidad… —dijo el hombre sonriendo como desquiciado. —Y después volvimos a salir.
—¿Que singularidad?, ¿de qué diablos habla? —preguntó uno de los exploradores que se encontraba de pie al lado de Elmer.
—Una singularidad, como las demás, no sabemos como explicarla, no sabemos que hay en ella y no sabemos como se formó, pero es el resultado del día que el reactor colapsó —dijo el hombre, mientras se daba vuelta como para entrar al laboratorio.
—Bueno, sea lo que sea que este pasando aquí, pronto nos iremos, si hay más personas aquí, reúnalas para que nos vayamos —dijo Elmer.
—En serio, ¿tienen una nave? —preguntó el enloquecido hombre dándose vuelta.
—No de momento —explicó Elmer. —Nuestra nave se averió al llegar aquí, pero de inmediato enviamos un mensaje de emergencia por baliza de impulso, en dos o tres días, debe llegar una nave de rescate.
—Lo enviaron cuando llegaron… —dijo el hombre y lanzó una carcajada sardónica. —Eso fue hace unos cuarenta o cincuenta años, su rescate debió venir y no encontrarnos.
—No le entiendo, de que habla —dijo Elmer.
—Cada vez que entramos a la singularidad, transcurre un periodo de entre cuarenta y cincuenta años, durante el cual permanecemos en una completa nada atemporal —explicó el hombre. —Es como morir y revivir cada cincuenta años, pero sólo por unas horas, o tal vez, con suerte, dos o tres días… —hizo una pausa. —Si quieren pueden intentar enviar una nueva baliza, pero no creo que puedan llegar antes de que todo vuelva a desaparecer. Pero pensándolo bien, podemos salir fuera del perímetro de la burbuja y así esperar su rescate —dijo en un tono chillón casi gracioso.
Elmer, bajo la cabeza, oprimió los puños y dijo. —Sólo contábamos con una baliza de impulso, y la comunicación por radio sería inútil, tardaría más de trescientos años en llegar a la estación más próxima.
—En ese caso, bienvenidos a la isla, entren, les presentaré a los demás y les enseñaremos como hemos estado tratando de salir de este embrollo —dijo el hombre alegremente.
English
The Forgotten Island
-More than fifteen hundred years have passed since the laboratory accident," explained Teodoro to the group of fourteen researchers who were part of that civilian exploration mission. -The island and the whole planet was abandoned since then.
-How bad was it? -asked Elias, a young amateur explorer from Persephone. -Why did they also have to abandon the planet, wasn't the accident limited to the island?
-The whole planet was a research center for new energy and propulsion technologies of the Parliament," explained Theodore. -There were only two inhabited islands, Isla Redonda, where the laboratory was, and Isla Palmares, where the Palmares settlement was, which was the living quarters of the researchers, there were a few entertainment centers, stores, medical and educational services. When the laboratory was closed, it was not necessary to keep the researchers' quarters, so all the inhabitants were rearranged.
-I understand," said Elias. -He said the lab was on Isla Redonda, but he had previously called it Porpoise Island.
-Yes, that's because of something the first pilots who flew over it after the accident said," explained Teodoro. -They said it no longer looked so round, that it now had the arched shape of a dolphin leaping out of the water, due to the huge spherical fragment of the island's coastline that had been torn off by the reactor meltdown. Then some fool mistakenly called it Porpoise Island, and the name unfortunately stuck.
The ship approached the island from the west with the intention of flying over it to locate a good place to descend, the part of the coast that could be seen was the one that had survived the accident intact, they slowed down and decided to fly at water level along the coast to meet the severed section of land, but they were surprised to advance for a long time and there was no variation in the coastline that denoted the occurrence of such a devastating event, as the one that was supposed to have occurred here.
-Are you sure this is the island? -asked Theodore to the pilot of the ship.
-Of course it is, these are the coordinates," answered the pilot. -I will rise, we will be able to see the island from a higher altitude, we will have a better perspective and we will also find a place to descend.
The ship rose about forty meters in the air and from there they could see that the island had its old round shape again, far from the shape of a dolphin, porpoise or whatever it was, that the pilots had seen more than fifteen hundred years ago. Most astonishing of all, on a small hill near the eastern shore of the island was a rather dilapidated building that appeared to be the missing laboratory.
-What's going on here? -said Elmer, the leader of the scouting expedition and an associate of Theodore, who was the organizer. -None of that should be there.
Suddenly an alarm went off on the ship's dashboard, and they began to slowly lose altitude.
-What's going on? -asked someone from among the members of the scouting party.
-Something is wrong with the instruments, it seems that we lost the gyroscopes and stabilizers, the ship has entered into an emergency landing process," said the pilot, while he agitatedly manipulated the controls. -I'll try to get us down in the clearing next to the lab building.
-I understand that these facilities could not be overflown when they were working, because there was a continuous emission of ionized particles, which used to damage the instruments of the ships, that's why everything was transported in boats," said Teodoro. -But that was more than a thousand years ago, this should not be happening, it should not be here.
The ship descended with difficulty, its instruments were damaged, and they could not get out of there without external assistance. They sent the emergency space-time impulse beacon and got off the ship; while the pilot, Theodore and five of the explorers remained setting up camp, the remaining nine explorers walked to what they thought were the ruins of the laboratory; but as they approached they could hear and feel on their skin a buzzing sound that signaled the operation of some kind of machinery.
They reached the entrance to the laboratory and from among the trees a man with scaly, yellowish skin, a scruffy, bushy beard, long, dirty gray hair, with a pair of large, whitish eyes, wearing a dirty, shabby technician's coverall, intercepted them, shaking his hands violently.
-You must get out of here, you don't belong here! -he shouted, interposing himself between them and the entrance.
-Don't worry sir, we are scouts, we are not here to interfere with anything, how come you are here? -said Elmer.
-You wouldn't understand and there is no time to explain, you must leave immediately or you will be trapped too," the man continued shouting with wild eyes.
-I don't understand you, trapped in what..." Elmer tried to say, but his voice was suddenly muffled, as was his existence.
Out of nowhere a gigantic vacuum sphere formed from the center of the laboratory, and encompassed everything around it, including the ship and most of the island, which, after a few seconds of being enveloped in this strange dome of absolutely black color, disappeared, recovering its former form of a dolphin jumping in the air.
For the explorers, and those who still remained in the laboratory, only nothingness remained, a timeless absolute non-existence, which would eventually come back into existence.
As if they had awakened from a strange dream, but without dreaming, a strange shiver ran down their backs and spread throughout the body of the explorers, who remained standing in front of the strange and ragged man who had stopped them, several of them fell to their knees, disoriented and unable to maintain their balance, the man staggered a little, but remained standing, almost immovable.
-It takes some getting used to, but after three or four times, it becomes habitual," he said, looking around with delirious eyes.
-What was that, what happened? -Elmer asked, still dazed and staggering, his voice cracking.
-We went back into the singularity..." said the man, smiling like a madman. -And then we came out again.
-What singularity, what the hell are you talking about? -asked one of the scouts standing next to Elmer.
-A singularity, like the others, we don't know how to explain it, we don't know what's in it and we don't know how it formed, but it's the result of the day the reactor collapsed," said the man, as he turned around as if to enter the lab.
-Well, whatever is going on here, we will be leaving soon, if there are more people here, gather them together so we can leave," said Elmer.
-Seriously, do you have a ship? -asked the crazed man turning around.
-Not at the moment," Elmer explained. -Our ship broke down when we got here, but we immediately sent an emergency message by impulse beacon, in two or three days, a rescue ship should arrive.
-They sent it when they arrived," said the man and gave a sardonic laugh. -That was some forty or fifty years ago, your rescue should have come and not found us.
-I don't understand you, what are you talking about," said Elmer.
-Every time we enter the singularity, a period of forty to fifty years elapses, during which we remain in a complete timeless nothingness," explained the man. -It's like dying and coming back to life every fifty years, but only for a few hours, or maybe, with luck, two or three days..." he paused. -If they want to, they can try to send out a new beacon, but I don't think they'll be able to get there before it all goes away again. But on second thought, we can go outside the perimeter of the bubble and wait for rescue," he said in a shrill, almost humorous tone.
Elmer, lowering his head, clenched his fists, and said. -We only had one impulse beacon, and radio communication would be useless, it would take more than three hundred years to reach the nearest station.
-In that case, welcome to the island, come on in, I'll introduce you to the others and we'll show you how we've been trying to get out of this mess," the man said cheerfully.
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