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Español
Regreso al Halo (parte 17)
En el cúmulo de Hércules un individuo de una moribunda especie, en medio de lo que sólo en el caso de una raza casi extinta, podría considerarse una muchedumbre, azuzaba a los presentes a arremeter contra los invasores que se habían internado al Halo, emitía pulsaciones rítmicas que se transmitían en medio de la densa atmósfera, similar a un líquido; una serie de chasquidos que subían y bajaban en intensidad, llamando a tomar acción contra los humanos.
En BN34, la primera estación del brazo de Norma, una fuerza expedicionaria se preparaba para incursionar al que fue el primer objetivo señalado, se trataba del tercer nodo en importancia de la red, un planeta orbitando una solitaria estrella blanca en medio del Halo, al parecer era una ubicación con escaso flujo de naves alienígenas, tal vez fuese un punto de reaprovisionamiento, o algún sitio de control, desde el que lanzaban los ataques a GB01.
Una sonda robótica acompañada por una decena de drones de combate inus, serían los encargados de hacer el reconocimiento del sistema planetario y determinar las fuerzas que los alienígenas reunían en la zona.
Las naves robot fueron lanzadas, a impulso máximo tardarían dos días en llegar a las periferias del sistema planetario, mientras esto ocurría, desde varios componentes militares del brazo de orión y de la región inu de la galaxia, seguían llegando tropas y naves completamente abastecidas para el inminente ataque.
―Vicealmirante Almeida, como presidente del parlamento, le concedo el mando temporal de las fuerzas destacadas en BN34, provenientes de los componentes de Atlas, Apolo, GB01, Perséfone, Aracne, Euterpe, Tetis y Heracles ―dijo Sorencen, ante el pequeño grupo de comandantes de alto mando, que se reunía en la sala de comando de la estación BN34, a la vez que le otorgaba el bastón de mando del ejército, un objeto simbólico, que normalmente está a cargo del presidente del Parlamento, y que sólo en situación de guerra, era cedido a un representante del ejército, concediéndole el mando absoluto de las fuerzas militares humanas, era la primera vez que esto ocurría.
Almeida tomó el bastón y realizó el correspondiente saludo al presidente, luego dio la cara a los presentes y nuevamente saludó.
―Señores, preparémonos para el ataque ―fueron sus únicas palabras a los presentes.
Seis horas después se empezó a recibir por el enlace cuántico, la transmisión de datos provenientes de la sonda de exploración.
―El flujo de datos está activado, BN34, ¿reciben las lecturas de los sensores de exploración remota? ―dijo GARFIELD, la sonda robot, a través del canal de audio del enlace cuántico.
―Recibiendo data GARFIELD, puedes lanzar los drones remotos ―respondió el operador en la estación.
―Procedo.
Del ahusado cuerpo de la sonda, una docena de pequeños drones de forma ovoidal, fueron expedidos uno a uno, y salieron disparados en diferentes direcciones, tomando impulso máximo cada uno de ellos, con destino a diferentes zonas de aproximación a los tres planetas del sistema estelar.
Al cabo de tres horas, ya habían tomado posición y empezaban a emitir una marea de datos que, tras ser recibida por la sonda, era reemitida a BN34, donde sería analizada por las computadoras de la red del Parlamento.
Lo primero que se pudo descubrir fue que, al menos por el momento, no había presencia de naves alienígenas en la región, ni tampoco se detectaron emisiones de radio de ningún tipo, provenientes de los planetas del sistema estelar.
Se le dio la orden a las sondas de que se aproximaran a los planetas para que escanearan la presencia de formas de vida en ellos, sin obtener ningún resultado, sin embargo, al segundo en proximidad a la estrella mostraba la presencia de moléculas complejas, que podían atribuirse a la antigua presencia de formas de vida basadas en silicio. Lo cual era compatible con la antigua presencia de cristalodermos. Así que este planeta fue el principal objetivo de escaneo de los drones.
Los drones se internaron en el planeta, se trataba de un mundo rocoso de gran tamaño, con una densa atmósfera de nitrógeno, metano y vapor de agua, con trazas de dióxido de carbono y argón. Un planeta muy parecido a Quimera, pero con tres veces su tamaño, y el doble de su gravedad.
Al igual que Quimera había mucha agua superficial, un extenso océano con pocos cuerpos de tierra emergida. Tras sobrevolar, realizando un reconocimiento de la superficie que duró cerca de ocho horas, las primeras imágenes del planeta llegaron a BN34.
―Señor, tenemos información importante de las sondas que exploran el planeta alienígena ―informó por el comunicador uno de los técnicos a Almeida quien se encontraba en su oficina, esperando las noticias.
―Pásela a mi terminal ―respondió el vicealmirante.
Se trataba de una serie de doscientas imágenes de las islas que conformaban la tierra emergida del planeta, la mayoría de ellas de lo que parecía ser una gran montaña de unos tres kilómetros de altura, extrañamente regular, formada completamente por lo que en los acercamientos parecían ser fragmentos de cristales de color blanco opaco, y cuya cumbre con una superficie plana, estaba coronada por lo que parecía ser algún tipo de ruina similar a un templo, también construido de los mismos cristales.
Alejándose del planeta alienígena, en una nave de forma hexagonal, el mismo alienígena que en su extraño lenguaje de chasquidos, arengaba a sus iguales a enfrentar a los humanos, se encontraba en estasis, dentro de una cápsula de las centenas de ellas que recubrían los alrededores de la cabina central, y en medio de aquella gran sala, en otro cuerpo, de los tantos que formaban su colección de títeres vivos, el Ud introducía los comandos que dirigirían su nave en dirección a la galaxia de Barnard.
English
Return to the Halo (part 17)
In the Hercules cluster an individual of a dying species, in the midst of what only in the case of a nearly extinct race, could be considered a mob, whipped up those present to lash out at the invaders who had entered the Halo, emitted rhythmic pulsations that were transmitted amidst the dense, liquid-like atmosphere; a series of clicks that rose and fell in intensity, calling for action to be taken against the humans.
At BN34, the first station of Norma's arm, an expeditionary force was preparing to raid what was the first target indicated, it was the third most important node in the network, a planet orbiting a solitary white star in the middle of the Halo, apparently it was a location with little flow of alien ships, perhaps it was a resupply point, or some control site, from which they launched the attacks on GB01.
A robotic probe accompanied by a dozen Inus combat drones would be in charge of reconnoitering the planetary system and determining the forces that the aliens were gathering in the area.
The robot ships were launched, at maximum impulse it would take two days to reach the peripheries of the planetary system, while this was happening, from various military components of the orion arm and the inu region of the galaxy, troops and ships were arriving fully supplied for the imminent attack.
-Vice Admiral Almeida, as president of the parliament, I grant you temporary command of the forces stationed at BN34, from the components of Atlas, Apollo, GB01, Persephone, Arachne, Euterpe, Thetis and Heracles - said Sorencen, before the small group of high command commanders, who were gathered in the command room of station BN34, at the same time that he gave him the baton of command of the army, a symbolic object, which normally is in charge of the president of the Parliament, and that only in a war situation, was given to a representative of the army, granting him the absolute command of the human military forces, it was the first time that this happened.
Almeida took the baton and made the corresponding salute to the president, then he faced those present and again saluted.
-Gentlemen, let us prepare for the attack - these were his only words to those present.
Six hours later, the quantum link began to receive data transmissions from the exploration probe.
-The data stream is activated, BN34, are you receiving readings from the remote scanning sensors, -said GARFIELD, the robot probe, through the audio channel of the quantum link.
-Receiving data GARFIELD, you can launch the remote drones - replied the operator at the station.
-I proceed.
From the probe's tapered body, a dozen small, ovoid-shaped drones were dispatched one by one, and they shot off in different directions, each taking maximum thrust, bound for different approach zones to the three planets in the star system.
After three hours, they had already taken position and began to emit a tide of data that, after being received by the probe, was sent back to BN34, where it would be analyzed by the computers of the Parliament's network.
The first thing that could be discovered was that, at least for the moment, there was no presence of alien spacecraft in the region, nor were any radio emissions of any kind detected from the planets of the star system.
The probes were instructed to approach the planets to scan for the presence of life forms on them, with no results, however, the second close proximity to the star showed the presence of complex molecules, which could be attributed to the ancient presence of silicon-based life forms. This was compatible with the ancient presence of crystalloderms. So this planet was the main scanning target for the drones.
The drones went deep into the planet, it was a large rocky world, with a dense atmosphere of nitrogen, methane and water vapor, with traces of carbon dioxide and argon. A planet much like Chimera, but with three times its size, and twice its gravity.
Like Chimera there was a lot of surface water, a vast ocean with few bodies of land emerged. After flying over, conducting a reconnaissance of the surface that lasted about eight hours, the first images of the planet reached BN34.
-Sir, we have important information from the probes exploring the alien planet, -one of the technicians informed Almeida, who was in his office, waiting for the news, through the communicator.
-Pass it to my terminal, - replied the vice-admiral.
It was a series of two hundred images of the islands that made up the planet's emerged land, most of them of what appeared to be a large, strangely regular mountain about three kilometers high, formed entirely of what appeared to close-ups to be fragments of opaque white crystals, and whose flat-topped summit was crowned by what appeared to be some kind of temple-like ruin, also constructed of the same crystals.
Moving away from the alien planet, in a ship of hexagonal shape, the same alien that in his strange language of clicks, harangued his equals to confront the humans, was in stasis, inside a capsule of the hundreds of them that covered the surroundings of the central cabin, and in the middle of that great room, in another body, of the many that formed his collection of living puppets, the Ud introduced the commands that would direct his ship in the direction of Barnard's galaxy.
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