MICROCUENTOS: LOS GEMIDOS DE LA MATA DE CAMBUR: Si, se quejan cuando paren.

Te parecerá muy loco lo que vas a leer a continuación, pero es la pura verdad, esas cosas pasan pero tú no las ves.
El tío José una noche en el campo, quedándose en una casita por la temporada de siembra, la cosa es que de noche escucha ruidos.
Mmmmhhg… un gemido casi inaudible pero allí estaba.
Ya quedándose dormido de nuevo escucha otra vez
Mmmmhhg…
Pero nada más, solo dejó al tío José preguntándose quien estaría rondando en medio del campo, por allí no había nada que robar.
Mmmmhhg… otra vez el gemido seco, como cuando un perro grande gime, grave y muy quedo.
¿Pero qué pasa? ¿Quién estaría allí molestando?
El tío pensó, no había carretera ni otra casa en una distancia muy grande para que alguien estuviera en total oscuridad recorriendo kilómetros.
El tío decide salir calladamente y no ve a nadie, no escucha ruidos que den signos de la presencia de alguien.
Un poco asustado ya aunque no quisiera admitirlo se agachó junto a una mata de plátano.
Por aquí debe aparecer el que me quiere asustar. Y espera largo rato hasta que…
Mmmmhhg…! El gemido fuerte se escucha de arriba de su cabeza.
Con la poca luz que se filtra de dentro de la casa puede ver que la mata de plátano está pariendo.
Él sonríe y se pone a pensar
Mi madre tenía razón, las matas de plátano se quejan cuando están pariendo.

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