Oye tú, ¿te amas?

in Cervantes3 years ago


stock-photo-side-view-handsome-businessman-giving.jpg

— Hola buenos días, perdona que te interrumpa, soy Paula, estudiante de psicología y me han encargado una actividad especial que definirá mi nota final, se trata de hacer una pequeña encuesta o pregunta a 15 personas en la calle que estuvieran solas o apartadas del resto, como tú. ¿Podrías ayudarme en mi tarea? es que muchos se han negado y me queda muy poco tiempo. —pregunta la joven ruborizada.

— Este… tu trabajo ¿incluye vídeo? Es que no me gustan las cámaras. Me ponen nervioso.—responde apenado el hombre.

— No, nada de vídeo. Todo lo que necesito es grabar tu voz.

— Vaya, y ¿qué tengo que hacer o decir?

— Sólo dar tu nombre, edad y responder a mi pregunta.

— Disculpa ¿Cuál es esa pregunta?

— Amigo, lo sabrás si aceptas ahora mismo, oye quita esa cara de susto, no es para tanto, ¿empezamos?

— Ok amiga, guíame.

— Genial, muchas gracias por aceptar. Bueno te voy a explicar lo que vamos a hacer, voy a encender la grabadora y cuando te dé la señal te presentas, tu nombre, tu edad, luego expresas que estás conmigo y yo te haré una pregunta, la cual vas a responder con tus propias palabras, no importa si te equivocas, lo único que te pido es que seas muy sincero nada más. ¡Ves pan comido!

— De acuerdo lo haré.

— Bueno prepárate, a mi señal te presentas… ahora.

— Hola mi nombre es Fabián Briceño, tengo 24 años y seré encuestado por la señorita Paula estudiante de psicología.

— Fabián ¿te amas? —pregunta paula.

— ¡Caramba! Bueno... una pregunta no tan fácil, pero creo que a los hechos me remito. Nunca me he visto guapo frente al espejo, siempre tengo la tontería de ver cualquier defecto en mi cara o en mi cuerpo, incluso un simple punto negro me parece horrible o desagradable en mí. Siempre he dicho que algunas personas nacen bendecidas, otras no. Soy bastante acomplejado, aunque muchas chicas me han piropeado por ser supuestamente atractivo, curiosamente la mayoría de las veces mi aspecto es descuidado, porque rara vez me corto el pelo o me recorto la barba, ni siquiera soy exigente con mi ropa, si tengo que salir cojo cualquier prenda del armario y ya está.

No soy muy sociable. Incluso parece que tengo una etiqueta fosforescente en la frente con la palabra "raro". No me lo dicen, pero cuando me ven con esa mirada me siento raro y lo único que me nace es salir corriendo, porque siento que no encajo en ningún sitio.

De hecho, han pasado tres días desde que me inscribí en un gimnasio y no he ido ni la primera vez, porque me imagino esos cuerpos esculturales y me siento mal como una anguila, flaca, pálida y sin gracia, me da vergüenza entrar en ese lugar de gente guapa y perfecta y que vean este cuerpo de espantapájaros que tengo. No creo que vaya, creo que ya perdí mi dinero.

Tampoco tengo novia, quien podría quererme así, tan feo y pobre. Ni siquiera tengo un trabajo normal como cualquier hombre de mi edad, trabajo en internet y tengo que dejar las nalgas pegadas a un asiento durante horas para poder ganar algo de dinero que cubra todos los gatos que generamos caos (mi gato) y yo.

En realidad no paula, no me quiero ni amo a mi mismo. Lo siento debo irme ya.

— ¿Todo bien Fabián?

— Sí, ojala te sirva de algo lo poco que escupí, adiós.

— Espera Fabian, no te vayas así…


image.png

Fuente