Gente buena de Hive: mi cuento número 15.
Nadie ha notado que la carretera está lejos todavía. El camino polvoriento se hace eterno pero nadie dice nada: el carro trastabilla, los pasajeros se sujetan bien. La niña se aferra al brazo de su mamá.
Llegan a la carretera, que aunque sigue siendo de tierra es más estable que el camino infame. Finalmente llegan a la encrucijada donde el vaho del pernil es una nube de placer y deleite. La niña observa detenidamente unas naranjas en una malla amarilla que cuelga de una cabuya que a su vez está amarrada a un listón de madera.
Un hombre las tropieza y las naranjas empiezan a bailar un vals melancólico. La niña ve las naranjas como quien ve llover.
En la radio informan la terrible noticia: el coronel Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta de Gobierno, ha sido asesinado. La gente murmura con cierta preocupación. La mujer carga a la niña, y aunque el Coronel Delgado Chalbaud está muerto las naranjas siguen bailando alejándose cada vez más de la niña.
Un giro inesperado hacia el final. Pero nos pone a pensar en la in(co)dependencia de nuestras vidas y cuánto pequeños detalles nos van formando nuestro ser.
De eso se trata, @morey-lezama. Somos una suma de pequeños momentos. Gracias por comentar.