Mi amigo Cometa | Contenido Original

in Cervantes4 years ago

Desde que el primer hombre llegó a la luna, los seres humanos hemos sentido una inmensa curiosidad con respecto al tema de estar o no solos en el universo; muchos expertos han desarrollado teorías, pero apenas conocemos un pequeño fragmento de la punta del iceberg, todavía hay mucho por conocer.

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Recuerdo aquél día como si fuera ayer, hijo, tenía casi tu edad y lo único que puedo recordar de aquél momento es que estabas mirando hacia el cielo, en su increíblemente hermoso color azul oscuro porque ya el sol tenía un par de horas oculto y la luna estaba en su punto más pleno — decía el abuelo de Michael mientras se inclinaba en su silla mecedora.

—¿Ese fue el día que viste el cometa abuelito? — preguntaba Michael abriendo los ojos muchísimo y sentándose al pie de la silla mecedora.

—Es correcto, de hecho, fue más que eso, todo comenzó siendo una línea en el cielo que parecía una estrella fugaz, y según nuestras creencias, siempre que veías esta línea, podías pedir un deseo con todas tus fuerzas y ese deseo se haría realidad sin importar qué.

—¿Y qué deseaste abuelito? De seguro un juguete o mucho dinero ¿cierto?

—Casi, pero no hijo, deseé tener un amigo verdadero — respondía el abuelo de Michael mientras soltaba una leve carcajada por la pregunta de Michael.

—No entiendo, ¿tú no tenías amigos?

—Donde yo vivía no habían muchas personas, éramos una familia del campo, así que no estábamos acostumbrados a recibir visitas, mis padres trabajaban mucho porque mi padre tenía un cargo importante en una empresa de contaduría en la ciudad así que viajaba mucho y mi madre se encargaba del cultivo en la casa, así que siempre estaba en el huerto cosechando y cuando volvía de trabajar estaba muy cansada.

—Entiendo, entonces ¿qué pasó luego de tu deseo?

—Lo que vino después fue una locura total, esa noche, apareció una persona en mi casa, me tocó la puerta y me dijo que había caído un objeto extraño en el bosque. Yo tenía miedo porque apenas era un niño, pero me pegó mucha curiosidad el ir a ver a qué se refería ese visitante, así que decidí ir a investigar. Extrañamente, cuando salí de mi casa, ya no había nadie en la puerta, pero me había marcado el camino que debía seguir, así que me fui yo solo a ver qué sucedió.

—¡Increíble abuelo! — exclamaba Michael tapándose los ojos con las manos.

—Ahora, al llegar al bosque, todo estaba muy oscuro, pero había un olor extraño, como a tierra quemada, cada vez se hacía más fuerte a medida que me iba acercando.

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—Recuerdo que aparecieron ellos dos, un par de lobos en medio del bosque, señalándome una especie de camino, tenían cara de preocupación y tristeza, algo los perturbaba mucho, así que los seguí a través de esas raíces y ramas chamuscadas, el olor se volvía cada vez más intenso.

—¿Y qué pasó después, abuelito? — dijo Michael con sus brazos extendidos y sus ojos muy abiertos, como con una extrema expresión de sorpresa.

—Llegamos a un sitio donde había un lobo muy pequeño, acostado en el piso llorando, aclamando por auxilio, porque su pata derecha había sido lastimada por algo, no lograba ver bien hasta que me acerqué y pude notar que era un meteoroide; al parecer, lo que había visto como una estrella fugaz, había sido una roca espacial que cayó en la Tierra, claro está, que en ese momento yo no sabía nada de objetos caídos del espacio exterior y solo me pareció una roca muy extraña y chamuscada encima de la pata del perrito.

—¿Pudiste salvar al perrito?

—Con calma, hijo, ya llegaremos a ese punto; me quedé observando al lobo que pedía auxilio y notaba como los dos lobos que me había encontrado, los cuales asumí que eran sus padres no dejaban de caminar en círculos, como con desespero y empecé a buscar una manera de salvarlo. Recuerdo que miraba a mi alrededor, y conseguí un tronco bastante grueso que tal vez serviría, pero no podía cargarlo yo solo, así que comencé a tratar de empujarlo y los lobos comenzaron a hacer lo mismo conmigo, hasta acercarlo lo más que pudimos hasta el cachorro.

—¡Esto es asombroso, abuelito! — exclamó Michael haciendo mucho ruido y poniéndose de pie.

—Al alcanzar al cachorro con el tronco pesado, lo arrastré un poco para colocarlo en dirección a su pata, para que este hiciera presión y pudiera quitarle la roca de encima; al comenzar a empujar, los lobos me acompañaron en la labor y aplicaron tanta fuerza como yo. Luego de unos diez o quince minutos, pudimos quitar la roca de la pata del cachorro, esto hizo que este se levantara con un poco de dificultad.

—¿Y qué pasó después?

—Los lobos agarraron al pequeño cachorro entre sus dientes y se lo llevaron cargado, no sin antes quedarse mirándome como agradeciendo lo que hice por ellos, fue un momento bastante particular — decía el abuelo de Michael suspirando. — Ahora, pensé que todo se había acabado en ese momento, pero un año más tarde, estaba solo una vez más en mi casa y escuché un golpe en la puerta, fui a investigar porque ya estaba un poco más grande y ya no me daba tanto miedo; al llegar a la puerta, encontré una nota que decía: «Por favor, cuídalo, porque ya no quiere separarse de ti».

—No entiendo, ¿a quién tenías que cuidar, abuelo?

—Resulta hijo, que cuando subí mi mirada, había una cesta en la puerta de mi casa, y adivina qué había dentro — decía el abuelo sonriendo.

—¡No lo sé, abuelo! ¡Dime qué había! — decía Michael saltando con euforia.

—Estaba el lobo que salvé aquella noche, y sabía que era él porque tenía la cicatriz en la pata derecha y estaba la roca, ya completamente fría; fue muy extraño, pero me sentí demasiado feliz, así que ese día adopté a ese perrito y lo puedes ver acá en esta foto.

—¡Oh, ese es el lobo de la historia y esa es la roca, qué genial! — decía Michael con mucha felicidad.

—Por supuesto, hijo, fue una historia muy especial para mí.

—¿Y qué nombre le pusiste abuelo?

—Luego de haber investigado un poco sobre todas estas cosas, decidí que el mejor nombre que podía colocarle esa el nombre de la causa por la cuál lo conocí, así que lo llamé Cometa.

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Esta publicación fue realizada para crear conciencia sobre el Día Internacional del Asteroide, el cuál se celebró el 30 de Junio, decretado por la Organización de las Naciones Unidas, como recordatorio del peligro que puede existir al momento del impacto de un objeto espacial en la superficie terrestre. Tal día fue elegido para conmemorar uno de los impactos más graves que ha recibido el planeta, el cual fue en la región de Tunguska, Siberia (una región de la federación de Rusia).


Escrito y diagramado: @ilazramusic

Edición: @fermionico

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Excelente historia, me cautivo!!

Cervantes es una historia amena, fresca esta que esta plasmada es la memoria del abuelo volcada hacia el nieto

Que buena historia, gracias por compartirla. Y se pueden sacar muchas moralejas, como por ejemplo, ese lobo "cometa" sería el amigo que el abuelo pidió. Excelente.

Muy buena historia y entretenida gracias

Hola,

Caramba, conocía del evento de Tunguska, sucedió 1908 si no me equivoco, y pensar que un día como ese, yo caí al mundo. Afortunadamente a muchos kilómetros de distancias y años también.

Excelente historia, con un mejor motivo.
La responsabilidad de las acciones que acometemos esta de por medio, en la vida de ese joven, que después se convirtió en abuelo de MIchael.
Soy asiduo escritor de relatos cortos y me parece que su forma de escribir es muy entretenida y agradable.
aliriera

Excelente historia. Acabo de conocer que existe un día de concienciación del asteroide. Gracias por compartirlo.

Excelente relato. Hace poco en Cumaná cayó un rayo que es de menor magnitud y electrocutó a una persona, por eso el temor de un asteroide u otro objeto peligroso que pueda generar daños mayores. Abrazos y éxitos desde Cumaná estado Sucre-Venezuela.