Una onda muy grande | Contenido Original

in Cervantes3 years ago

Un día de sol cualquiera, el pequeño Pen Tao se baña a orilla de la playa vigilado celosamente por los ojos de su madre Lyn, en un balneario llamado Pantai Tabing al oeste de la isla de Sumatra en Indonesia; llegada de Yakarta el día anterior, se encontraba vacacionando de su estresante vida como ejecutiva de una firma de carga marina. Divorciada, decidió que era tiempo de dar a su hijo un tipo de vacación distinta y estar más en contacto con lo natural.

Pen chapoteaba como todo niño y el sol a la espalda de Lyn le daba la oportunidad de una imagen perfecta, agarró el móvil e intentó enfocar a su pequeño, en ese instante dio cuenta de una resaca marina que dejó la playa de arena descubierta como no lo había visto antes, era un primer síntoma que algo no andaba bien, pero ella solo se extrañó, nada más. Mucho más allá del alcance de sus sentidos, en el fondo del pacífico un evento catastrófico había sido el origen de esa pleamar repentina.


Fuente: O.N.U.

Según la Organización de Naciones Unidas, los tsunamis representan el 10% de las pérdidas económicas causadas por desastres y es por ello que la Asamblea General votó por la creación del Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis, para ser conmemorado cada 5 de Noviembre con el fin de llamar la atención de gobiernos y sociedades que tienen costas susceptibles de daños y que se encuentran ubicadas en los cinturones de probables desastres de este tipo.

Al solicitar el almuerzo a un despachador turístico, Lyn quería compartir un momento de intimidad con su hijo a orillas del mar; el chico se acercó por llamado de su madre cuando la comida estaba lista y ambos comenzaron a disfrutar de los sabores que no se permiten, cuando se hace vida en las selvas de concreto. En el interín, miraron espuma sobre las olas como si la rompiente se hubiera desplazado mar adentro.


Fuente: Pixabay

Lejos estaban de comprender que una pared de agua de seis metros de altura, se dirigía hacia ellos disfrazada por esa rompiente. Fue solo cuando la segunda pleamar exageradamente amplia, encendió las alarmas del instinto de conservación en Lyn. Lamentó en ese instante haber subestimado la primera pleamar, simplemente porque no devolvió un oleaje que podría haber sido quien avisara lo que estaba por venir.

Tomó a su hijo en brazos, dejó todo lo que traía consigo y comenzó a correr tierra adentro: "Busca un lugar alto" se dijo así misma ¿Un ligar alto? pero ¿Cual? No habían edificios cercanos, era una playa en el medio de la nada y el asunto era escapar de la selva de concreto ¿recuerdan? Así que, con el chico a cuestas, no le quedó otro remedio que correr con todas las fuerzas posibles.


Fuente: Pixabay

Naciones Unidas indica que el tsunami provocado por el terremoto de Tohoku en 2011, causó una pérdida económica cercana a los 235.000 millones de dólares, convirtiendo el desastre en el más costoso de la historia humana. Los Tsunamis son eventos escasos pero cuando suceden pueden llegar a ser extremadamente mortales (como en el caso de Sumatra) y económicamente onerosos.

Un letrero que marcaba la ruta de escape se le atravesó a Lyn en su carrera salvadora, tomó la dirección que la señal indicaba y corrió, corrió como nunca antes lo había hecho en su vida; ya casi sin aliento, sintió un golpe en la espalda y un manto de oscuridad terrosa la envolvió. La revolcada le pareció interminable y provocó que Lyn abriera los brazos dejando escapar el físico de su hijo.


Fuente: Pixabay

Cuando pensó que se ahogaría por falta de aire, el mar le dio un respiro y salió del oleaje para tomar un poco de aire, antes de volver a hundirse en las oscuras aguas ¿Cuando acabaría aquello? se preguntaba ¿Por qué la providencia le enviaba aquella tragedia? ¿Por qué a su hijo y no a ella solamente? (como si los tsunamis distinguieran entre chicos y adultos) Otro breve receso de las vueltas onduladas y a tomar aire de nuevo. Calcula que fueron unos 10 minutos dando vueltas que parecieron horas.

Cuando la marea lo permitió comenzó a gritar el nombre de su hijo Pen, solo para sentir que una segunda ola la golpeaba de nuevo. Esta traía compañía: cientos de cadáveres y escombros causados por la primera ola se ensañaban contra ella mientras pensaba como encontraría a su hijo en medio de ese desastre. La confusión era extrema y si había algo que sabía era la baja probabilidad de supervivencia de una catástrofe como aquella.


Fuente: Pixabay

Una historia que nadie sabe como acaba porque es producto de la imaginación de éste autor, para contribuir -de algún modo- a la creación de la conciencia necesaria para enfrentar desastres como estos. Dice Naciones Unidas que el discurso sobre los tsunamis en particular y los desastres en general han sido tildados con la etiqueta de "desastre natural", cuando la realidad es que no hay nada de "natural" en estos eventos, según la lectura del enlace que precede.

Queda el testimonio dentro de la sección Contenido Original del testigo @cervantes sobre el poder de las palabras tanto para crear conciencia como para intentar llamar las cosas por su nombre. Tendemos a pensar que, al no ser un tipo de evento que nos toque a los vivimos "tierra adentro", es menos importante darle la atención y el presupuesto debido para quienes viven en los cinturones probables de desastre. Conciencia que algo queda.


Escrito y diagramación: @fermionico


Pie de página Cervantes.png
Sort:  

Solo puedo decir: Calentamiento global.

No hay evidencia que respalde el calentamiento global como causa de un Tsunami. La actividad volcánica submarina, los movimientos telúricos, los desplazamientos de grandes masas de piso del fondo marino o de laderas montañosas costeras son los más frecuentes causantes. Gracias por comentar.

Tienes mucha razón, son muchos los factores.

Wow! this has really impressed me a lot! I would have liked to know what was happening with Lyn and her son ... But hey, with a tightness in my chest I have understood that it is very important be aware. Thanks for this information so goes.