La vida es mucho más sencilla de lo que parece. Es difícil confesar esto, pero la mayor parte de mi energía vital la he dedicado a la búsqueda de una explicación ¿por qué mi existencia? ¿para qué diablos venimos acá? ¿sólo ocupamos un infinitesimal espacio de tiempo? ¿somos polvo de estrellas? ¿cual es el fin de nuestra vitalidad, aparte de reproducirnos? Y muchas tantas otras interrogantes que volverían loco al más pintado.
Para un hombre de mi edad, llegar a ésta conclusión puede ser fatal ¿por qué? Precisamente, el mantenerse intentando conseguir respuestas es la gasolina de la motivación del pensamiento. Lo triste, lo que es difícil reconocer, muy a nuestro pesar es la soberana pérdida de tiempo que ésto representa ¿De qué sirve el conocimiento ahora? ¿Lo puedes saber TODO? Si no es así ¿cuál es la razón por la que insistimos en saber? Y al elucubrar sobre estas y otras cuestiones vitales, la respuesta más sencilla a todas las preguntas te aterra.
"Avispa poliniando" Macro por @fermionico con Moto G9 Plus en Maracay, Aragua, Venezuela
¿Por qué? Pongamos como ejemplo aquellos pares que intentarían convencerme en la búsqueda de Dios, como complemento espiritual para todo aquello de lo que no consiga explicación alguna... Ajá ¿Y qué? Sólo recordamos a Dios cuando tenemos una necesidad ¿por qué? Vaya usted a saber. Lo que recuerdo en algo relacionado con Dios fue la última vez que fui a misa y participé activamente (he ido después otras veces a la iglesia para acompañar solamente a un ser querido).
Salimos de la misa y nos fuimos a un centro comercial próximo a llamar por teléfono a mi abuela, era el día de las madres. Mis padres no eran particularmente dados a ir a la iglesia, pero ese día a mi mamá le dio por insistir ir a misa (creo presentía lo que sucedería luego) En aquel tiempo, no existían los móviles y las llamadas por la red de telefonía nacional eran un caos. Cuando logramos conectar al hotel donde mi abuela se hospedaba, el único que pudo hablar con ella fui yo. El resto del día no pudimos comunicarnos de nuevo. En la noche de ese día de las madres, mi abuela murió en los brazos de una tía de un infarto fulminante.
Imaginen eso, un amor profundo le profesaba a mi abuela. Ella era una mujer adusta pero fina y era muy exigente. En mi caso, leía tanto, que a tan corta edad (14 años) ya tenía una idea bastante clara de todo. Y una de las cosas que te entrega la lectura es la libertad de conciencia. Si faltaba una razón para dejarme de la iglesia católica, lo de mi abuela fue la gota que rebasó el vaso. Ateo como el que más. Pero a esa edad la madurez no ha llegado. Más adelante, me convertí en agnóstico. Me dí cuenta (por la madurez que me había hecho falta), burlarse de la gente por sus creencias era la idiotez mayor.
"Avión congelado" imagen por @fermionico con Moto G9 Plus en Maracay, Aragua, Venezuela
¿Por qué les cuento ese capítulo tan íntimo de mi vida? Sencillo, es la única manera que comprendan porqué llegué a la conclusión titular de ésta entrada. En mi camino de auto-formación, digamos, probé todas las vertientes posibles de creencias, estudié las religiones y me dí cuenta de algo que todas tienen en común: explotan esa curiosidad misma del ser humano por buscar explicaciones. Y las buscamos por problemas éticos y de sincera búsqueda por saber más ¿Éticos? ¿qué tiene que ver la ética? Mucho, es decir, muchísimo ¿por qué?
Todos nacemos con un baremo personal, pero que no tiene escala de valores. Está vacía cuando comenzamos a vivir. En el hogar primero y en la escuela de la calle después, terminamos por llenar esa escala. Ésta es personalísima. Es decir, lo que está mal para alguien puede estar bien para otra persona. Es así como nos convertimos en jueces naturales de todo cuanto acontece cerca. Y ¿Qué es lo peor?
Mientras somos muchachos esa escala de valores está vacía ¿recuerdan? Empezamos a llenarla por como vemos nos juzgan en casa... Luego las amistades y más adelantes nuestros compañeros de universidad y de trabajo ayudan a completar. Para cuando estamos en medio de la adultez, les estamos aplicando la regla a todo aquel que tengamos cerca o que podamos darnos el lujo de juzgar sin saber sus circunstancias. ¿Lecciones de moral? Gratis para todo el mundo, para el que quiera y para el que no...
"Gobernanza de calle" imagen por @fermionico con Moto G9 Plus en Maracay, Aragua, Venezuela
Y esa manera de vivir juzgando al prójimo, no es muy virtuosa que digamos. Mea culpa ¿Dónde llegó la iluminación? La pandemia ha sido la impulsora de todo. Al menos para este servidor. Hay varias cosas buenas que ha hecho tal evento por nosotros, pero también muchas cosas malas. ¿Y entonces? ¿Cuales buenas y cuales malas? Ajá..! Allí está el meollo del asunto. Volvemos a caer en lo mismo: Juzgar ¿Quién es dueño de la verdad? ¿Quién dice ésto está bien o ésto está mal? ¿Con qué escala?
Y es allí donde llega la conclusión: vivir no es otra cosa que una etapa en el infinito tiempo donde solo te reproduces y enjuicias a los demás. Cuando terminas de buscar hacia afuera y comienzas a buscar hacia dentro, dejas automáticamente de juzgar. Y es allí el desafío de todos. Pero a cada quien le llega su tiempo de llegar a esa conclusión. A veces siquiera llega en esta vida porque estará esperando en la siguiente, esa misma respuesta que no encuentras en la existencia actual. Pero tarde o temprano llegarás a la misma conclusión
Así que hoy, decido culminar mi búsqueda.
¡Gracias por leer..!
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