La sorpresa viene mojada | Relato

in Cervantes4 years ago

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Pocos días atrás había estado escuchando de nuevo los cuentos de la tragedia. Era un tema que salía con frecuencia en las reuniones familiares, cuando se sentaban a tomar café. De pronto cualquier pequeño detalle activaba los caminos de la memoria y alguien empezaba a recordar. Entonces, el coro de voces se solapaban unas con otras en el pequeño salón—Te acuerdas de esto, te acuerdas de aquello, de fulanito, de cómo aquel logró salvarse de la pelona...

Había quienes opinaban que el evento era completamente predecible, otros eran partidarios de lo inevitable, de que ante esas cosas nada podemos hacer. No faltaban argumentos para sostener las posiciones: que si las señales, que si fíjate como estaba el cielo, que si los pájaros se fueron en desbandada, que si el estudio aquél había concluido qué…

Con esas historias había crecido. En cada temporada de lluvia había sentido el miedo de su gente ante lo que podría ocurrir. Decidido a conocer la naturaleza de esos eventos se hizo experto en geografía, estaba convencido que con ese conocimiento él podría establecer la diferencia. Formaba partido con los que sostenían que solo bastaba con poner atención a las señales para no dejarse sorprender.

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Se hizo un fanático del estudio de las señales; había colocado marcas en la canal para medir la velocidad de la corriente, miraba con atención las costumbres de las aves, el color de los sedimentos, el rugido de las aguas. De ese modo pensaba que podría anticipar cualquier desastre. En varias oportunidades corrió a dar la voz de alarma a sus vecinos, los conminaba a salir corriendo hacia las zonas altas donde encontrarían protección. Sin embargo, una y otra vez sus pronósticos fallaban…La gente perdió la fe en su conocimiento, dejó de prestarle atención…

No se dio por vencido, mantuvo su empeño en descifrar las fuerzas de la naturaleza, se mantenía atento al estudio de las señales. A los pies de su cama había preparado el kit de sobrevivencia: mantas y cobijas impermeables, dos botellas de agua, una conserva proteínica de fabricación casera, un cargador portátil para el celular…

La lluvia se había incrementado en los últimos días. El sonido de las gruesas gotas en el techo de zinc era atronador. Tres veces en la mañana se había acercado al borde de la canal. El nivel estaba alto pero no más que otras veces. No vio suficientes motivos de alarma.

Al comienzo de la tarde una pequeña corriente de agua apareció en la calzada. Nada de qué alarmarse, pensó. No habían pasado diez minutos cuando un estruendo lo sacudió. A grandes trancos salvó la distancia del gran árbol de mango que estaba en el centro de su parcela. Como pudo trepó justo a tiempo para ver como el enfebrecido río arrastraba lo que fue su humilde vivienda. Desde lo alto de la mata veía los estragos causados por la inundación. ¿Qué pasó con las señales?…Esto no tenía que pasar hoy…

Gracias por tu tiempo.

Fuente de imagen.

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Todos tus comentarios son bienvenidos en este sitio. Los leeré con gusto y dedicación.

Hasta una próxima entrega. Gracias.


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Las fotos, la edición digital y los Gifs son de mi autoría.


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Me gusto tu relato, las fuerzas de la naturaleza son la mayoría de las veces impredecibles. Saludos

Me alegra que te haya gustado. Es verdad, son fuerzas completamente impredescibles, y si te pones a ver son muy pocos los lugares donde el humano no estorbe a la naturaleza, Muchas gracias por la visita y el comentario.

Un desastre de la naturaleza.

Así es, mi querido amigo. Hay que ser humilde ante la fuerza de la naturaleza. Muchas gracias por la visita y el comentario. Abrazos. Qué estés bien.