Viky era áspera y esquiva, solitaria y algunos días hasta agresiva. Todos juzgaban su mal carácter, la criticaban, se alejaban de ella. Nadie le preguntó jamás qué había pasado, nadie intentó jamás traspasar la cerca. Sí, no los culpo, acercarse a ella era pisar terreno minado, era enfrentar el huracán que podía ser su mal carácter. ¿Quién querría enfrentarse a aquel ciclón?
Nadie la conocía de antes, pero yo sí. Yo había conocido a la chica dulce, a la amiguera, la social, la risueña; yo la había visto ayudar a otros y enfrentar el mundo por un sueño. Yo tampoco sé que pudo pasarle, pero tuvo que ser algo grave.
No nos habíamos visto en años, desde acabamos la universidad y nos reencontramos acá, dos licenciadas graduadas con honores de vendedoras en una tienda por departamentos... Tampoco es que la vida haya sido muy justa conmigo.
Yo llevaba ya un año aquí cuando llegaron las nuevas, entre ellas Viky. Me acerque he intenté conversar, pero desvió la conversación únicamente a preguntar temas del trabajo. Cuando pregunté directamente si me recordaba, me dijo arrugando el entrecejo que no tenía idea de quién era yo. Así que de ahí en adelante me aparté y la deje sola.
Un sábado el mes pasado ví a Viky en el parque; su madre estaba arrugadita y encorvada, caminaba pausadito, pero sus ojos eran de niña feliz mirando el enorme helado que Viky le estaba entregando. Ella tenía los ojos tristes a pesar de estar sonriendo y le hablaba a su madre con voz dulce y tranquila. No era la Viky del trabajo, tampoco era la joven que yo había conocido en mis años de estudio; pero aquella visión me hizo confirmar que algo le había pasado, pero que aún así había aún algo, una chispa tenue de la Victoria risueña de antaño.
Mis intentos posteriores de acercarme fueron repelidos como por un campo de energía, parecían aumentar su aspereza, su mal humor, así que desistí. Ojalá me hubiera dejado acercarme.
El lunes no ha venido a trabajar, ni el martes, ni el miércoles; desapareció como un fantasma sin poder localizarla. El jueves hemos sabido que murió su madre, nadie nos ha dicho de qué; la jefa de recursos humanos se enteró cuando fue a buscar a Viky a su casa, pero no pudo encontrarla. Nadie sabe dónde está y tengo el oscuro presentimiento que no volveremos a verla.
Fotografía de mi autoría tomada con teléfono redmi9a
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