Amanecer.
El gallo se levanta con estruendo
proyectando su voz en la distancia,
y la flor impregnada de fragancia
modela ante un sol claro y estupendo.
La alborada bonita está luciendo
colores de alegría y elegancia,
y adorna cada ambiente y cada estancia
porque está bellamente amaneciendo.
La grandeza de Dios está presente
y el hombre intenta ser muy diligente
ante la natural algarabía.
Entusiasma la dicha toda el alma
y cuando llega el sol, con toda calma,
deseamos es pasar un muy buen día.
Buen soneto; no se puede esperar menos de usted, poeta.
Muchas gracias por tu apreciación, estimado Soto, a quien he leído varios sonetos de calidad. Dios te siga bendiciendo cada día. ¡¡¡Y sigue "soneteando"!