Apagar la consciencia
El borboteo viscoso empezó segundos después, justo cuando sacó el cuchillo de la piel. Limpió el mango y lo tiró a un lado del camino, aunque no se molestó en limpiar la hoja, que estaba manchada de carmesí.
Por su rapidez, me imaginé que no era la primera vez que hacía esto. En sus ojos no había culpa, solo el vacío de un autómata acostumbrado a un trabajo.
Me desplomé en el suelo sin poder gritar, tenía la garganta destrozada y la vista empezaba a nublárseme. Aún así, podía ver la luna en lo alto, a la vez que escuchaba sus pasos alejarse.
Y así, como si nada, me dejó en ese sitio desértico. No había nadie que me encontrara, y lo que era peor, si lo hacían, ya no había vuelta atrás. Esas heridas mortales jamás podrían ser tratadas, esa sangre que salía de mi cuerpo como si fuera un grifo abierto no podría volver a entrar por mis venas.
Lo sabía. Iba a morir.
En ese momento me pregunté la razón de aquellas puñaladas, de aquel asesinato tan violento e inesperado. Pensé a quién le había hecho tanto daño que quisiera vengarse, o quién tendría un motivo para querer verme muerta. Sin duda, no quien lo había hecho. O eso creía.
¿Qué saldría en los diarios?
«Mujer de 50 años asesinada para robarle la cartera», leí en mi mente, aunque era solo una suposición.
Pensé en Lisa. Mi querida hija. Había llegado a mí con apenas 2 años, y ya era toda una mujer que podría valerse por sí misma. Podía salir adelante, lo que no me preocupaba, pero aún así la iba a echar de menos.
Pensé en Mark, su novio. El joven que me había convertido en un cuerpo ensangrentado y agonizante. Al que había seguido con confianza, el que no me dió una explicación pero sí sacó un arma y empezó con su tarea antes de darme cuenta de lo que sucedía.
¿Estaba Lisa en peligro? Cómo quería poder hacer algo, algo para devolverme la vida que se me escapaba y poder levantarme, advertirle a Lisa, decirle que su novio no es lo que creía, que tuviera cuidado.
«Lisa, tu novio me mató». Pensé. Pensé repetidas veces. Creí que lo seguiría pensando hasta que se apagara mi consciencia, pero no llegaba la oscuridad.
Noté que el adormecimiento pasaba, que el dolor remitía, y que la sangre había dejado de correr. ¿Estaba viva? ¿Iba a seguir estándolo o era cuestión de tiempo?
Me levanté, dándome cuenta de que podía caminar como si nada hubiera pasado. Pero algo había pasado, y mucho. Sin embargo, no me cuestioné más. No comprobé siquiera si el corazón seguía latiendo o si se había parado, algo ilógico pero que creía sin problemas.
De todos modos, era imposible todo lo que estaba sucediendo.
El destino que mi reflejo ensangrentado me sugería era el hospital, sin embargo, yo tenía una sola mira: mi casa.
Estaba segura de que Mark había ido allí. Quería comprobar si Lisa estaba bien, quería ponerla a salvo de Mark, enfrentarlo y que tuviera su merecido.
Al final del camino desértico me encontré con personas que me veían horrorizada, que me preguntaban si estaba bien, y con otras que incluso me tomaron de la mano, diciendo que debía ir a un hospital.
Las ignoré a todas, diciendo que estaba bien, y me cubrí un poco las heridas, aunque era inevitable que vieran la sangre. Tan escandalosa y resaltante.
Al llegar a mi casa abrí la verja con cuidado, de modo que si Mark estaba dentro pudiera sorprenderlo. Que no me notara me daría ventaja, sobre todo porque él tenía más fuerza que yo.
Vi las luces de la cocina encendidas y me paré en la ventana que daba hasta ella. Estaban sentados al mesón, sin comer ni tomar nada. Lisa lucía una palidez mortal, y los nervios la hacían comerse las uñas.
Me sentí aliviada de verla con vida, aún había tiempo.
Desde la ventana abierta me llegaban sus voces, y antes de que pudiera hacer algo un sonido llegó hasta la cocina.
Lisa se levantó y trajo consigo una ropa. La ropa de Mark, la que había utilizado ¿Minutos? ¿Horas? atrás para asesinarme.
—Las manchas salieron porque la sangre estaba fresca —anunció, sentándose nuevamente.
No sabía de qué estaba hecha, si de carne o si de la materia en la que estaban hechos los fantasmas, pero en ese momento sentí que estaba hecha de piedra.
El tono de voz de Lisa. Las palabras de Lisa. Su significado. Tenía que haber un error, Lisa era mi hija, me quería.
—¿Estás seguro que nadie te vio?
—Lisa, te he dicho mil veces que no había nadie en ese sitio.
¿Así que era por eso que Lisa se comía las uñas? Nervios de que la descubrieran. Ningún sentimiento por su madre muerta asesinada, ninguna culpa. ¿Con quién había estado viviendo?
—¿Y tú, estás segura de haber buscado bien? Me dijiste que el dinero estaba en su cuarto.
—Sí, pero ya no está allí. Debemos buscar con calma...
—¿Calma? ¿Me estás diciendo que maté a tu madre por nada?
Lisa lo fulminó con la mirada.
—Lo encontraremos —le dijo, determinada.
Sonreí. Después de todo, ya sabía el motivo por el que me había mandado a matar. El dinero de la lotería. Sonreí también por esa determinación que conocía bien, que me encantaba.
Sonreí, aunque era una sonrisa amarga, no tenía una pizca de alegría o gracia. Me alejé un poco de la ventana, como si fuera una estufa encendida que me estuviera haciendo daño.
Di unos pasos atrás para no quemarme, aunque ya era inútil. Por suerte averigüé, y prontamente, lo que en verdad había sucedido. No había necesidad de quedarme más tiempo, ¿No?
Pero no sabía si estaba viva o muerta, aunque algo era seguro. Por primera vez desde que me había levantado de aquel charco de sangre quería estarlo. Morirme de verdad, apagar la consciencia, que mi alma dejara de llorar.
1, 2, 3
Saludos @mariat1, un placer leerte de nuevo. Imagino que la protagonista muere dos veces, una por las heridas del ataque que pueden le ocasionen la muerte y la otra por la decepción y el dolor de ver cómo actuaba la hija a la que ella amaba.
Interesante el relato.
Hola señor @osomar357, así es, gracias. 🤗💓
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Gracias :)
La historia es muy interesante y tiene unos giros muy intrigantes. Me hubiera gustado saber que pasaba después, pero ya con ese final queda a la imaginación del lector.
¡Hola! Bueno, imaginé que sería interesante la vida de una persona que debería estar muerta y se levanta como si nada, cómo podría adaptarse nuevame, pero por ahora la dejaré hasta ahí jajaja Gracias 💓
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Me encantó está historia. El giro llega en el momento preciso, la manera de describir como la prota describe su asesinato está muy bien hecho. El final logra impactarme, aunque unos cuantos antecedentes más de la relación con su hija lo hubiera hecho más dramático. Buen trabajo!
!PIZZA
Muchas gracias 💜
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