El cielo condenado

in Cervantes3 years ago (edited)

Amigos de Hive, les dejo este relato para su amable lectura.

Espero que sea de su agrado.


El cielo condenado


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merlinlightpainting, en Pixabay

A las tres y treinta y tres minutos de la madrugada la india Representación abre sus ojos y mira hacia aquel lugar del monte donde debe quedar el cielo. Al sacar sus huesos de la hamaca se estremece de nuevo al oír el crujido de las ramas secas. Toma la bacinica que contiene su aguas menores, abre con esfuerzo la pesada puerta que deja en sus dedos manchas de óxido y sale al árido descampado. Luego vierte su orina en la tierra para regar sus caracoles y flores marchitas.

Camina lentamente hacia el tanque donde nadan sombras y animales invisibles y mete allí la cabeza para mojar su cabello largo y negro todavía. Unta con saliva las yemas de sus dedos, los pasa tres veces por su frente intacta por los surcos del tiempo y empieza a moverse en círculos, siguiendo un ritual sagrado. Se persigna y pronuncia una oración en voz baja para que la escuchen sus difuntos. Eleva los ojos grandes al caminar alrededor del estanque, pretendiendo trasponer las fronteras de aquel cielo condenado.

La india Representación toca la piedra que, a pesar de la noche, permanece como una caldera y aunque ambiciona llorar no puede. La india Representación sube su mirada a la soledad del cielo donde no pasta nunca ninguna nube y piensa en la lluvia. Piensa en la vida. La india Representación extrae agua del oscuro termal, la vierte en el pocillo donde guarda las borras del día de ayer y regresa a su tienda apretando la pequeña vasija contra su pecho.

Mete sus manos en el viejo fogón de barro, revuelve las brasas y recoge dos puñados de cenizas; las envuelve en un pañito que humedece con un óleo verde aceituna y lo frota de manera incesante hasta que siente una miga de calor. Luego lo sopla suavemente como si estuviera soplando las alas de un cuco herido hasta que una delgada columna de humo brota del gorrioncillo.

La india Representación coloca con cuidado sobre las brozas del nido el pocillo con las sobras del día de ayer. Acerca su boca al brasero y sopla varias veces hasta que ve surgir el fuego. La india Representación tiene los ojos llenos de humo. Ojalá que algún día la lluvia regrese a la tierra y yo pueda tomarme una agüita de café caliente antes de que salga el sol, cavila la india Representación mientras observa el caldo de azufre que rehierve en su eterno burbujear.

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@oacevedo, has logrado contar algo tan breve y sublime que toca el alma. Te abrazo