¿Qué tal estáis? Espero que aún vivos y con sus ojos aun útiles porque hoy verán un dibujo que fue algo distinto para mí, ya que descubrí varias cosas mías en el proceso, como ejemplo el hecho de que puedo hacer un dibujo que signifique algo sin que parezca una completa locura.
Sin más dilación, comencemos…
Para ser honesta con ustedes, la idea del bosquejo fue algo que se me ocurrió en un momento de sumo estrés, tensión y unas ganas insipientes de llorar a mares, con todas esas sensaciones y emociones unidas, fui trazando línea tras línea, hasta que descubrí que estaba haciendo un chico de cabeza, así mismo me sentía como si estuviese de cabeza y con todos mis sentimientos unidos, aunque siéndoles sincera este dibujo fue un pedido de un chico que conozco, me pidió un dibujo que representara lo que él había escrito, una cosa llevo a la otra y salió este sketch.
No quise quedarme estancada pensando que sería luego del resto del dibujo, así que comencé a hacer el suéter del chico del dibujo, escogí hacer una capa de colores rojizos y azulados con crayones, fui mezclando colores pero no me convencía del todo; tome un camino que muy rara vez llego a optar, cuando di por terminada la capa de color, empecé a volver a rellenar el suéter con marcador rojo, no les podría explicar que fenómeno es el que causa que eso se vea tan bien, que el color se vea uniforme pero así se ve, honestamente, eso me hace muy feliz.
Ya luego llego la parte donde me tocaba hacer el resto, lo consulte con el chico que me pidió el dibujo y él dio la idea de hacer como una especie de lago o mar, me parecía una muy buena idea, fui dándole el color base al mar, busque imágenes de referencias de burbujas dentro del mar, al conseguirla, me concentre en hacer el mar, al menos, una parte que me parecía bastante difícil que era unir el suéter con el agua, que a fin de cuentas no se nota mucho la diferencia y demás pero quería ver que tal resultaba ese intento que iba a hacer.
Me asusto un poco hacer el efecto de las burbujas por miedo a que no se vieran del todo bien pero seguía haciéndolo muy a pesar de mi inseguridad, seguí mezclando los colores, dándole luces, muchas sombras y demás, haciendo burbuja por burbujita.
Sentí que era suficiente de hacer burbujas así que pase al fondo “del mar”, allí volví a revisar las sugerencias del chico que me había dicho que el fondo del mar estuviese muy oscuro con algunas figuras significativas al fondo, eso mismo hice, el resultado, pues, no me disgusta del todo.
Con respecto al “fondo”, pues, hice “nubes” aunque no creo que se vean como nubes realmente pero hice el intento, al menos, algo que suelo no hago.
Sin mucho más que decirles, este fue el resultado final.
Aquí les dejo el escrito respectivo del chico, con su Facebook para que vayan revisen un poco más de lo que escribe.
Observé mis manos y eran azules, mi cuerpo estaba bañado en pintura azul; tenía un olor peculiar, un olor familiar, lo podía recordar.
Esa noche tuve una batalla contra el mar. No hubo cuartel y perdí al instante, no hubo pausas, tampoco una pizca de compasión; su objetivo era consumirme entre sus olas, hundirme, cegarme, tomarme, y lo logró.
Esa noche morí en la profundidad de sus aguas cálidas, abundantes y destructivas. Sólo un suspiro le bastó a la vida para abandonarme en tal horrorosa odisea.
Un día me dormí en una habitación azul, con mi piel colorada. Ignorando por completo que esa noche mi color se vería disperso por todo el lugar, que lo arrebatarían sin siquiera darme oportunidad de pensar.
Y desperté, desperté para observar un cuerpo flotante, que no podía rescatar.