La gente está llena de frases hechas, expresiones que no tienen un pensamiento elaborado para ellas sino que están ahí en el archivo de excusas personales con el que cada quien se maneja.
Nunca deberíamos esperar que el otro haga nada, a decir verdad, cada quien es responsable de sus propios actos y podría hacer o deshacer según sus propias convicciones y no lo que uno decida.
No siempre tenemos buenas decisiones, para eso está la conversación. En una situación determinada un grupo de personas tendrán modos de hacer totalmente distintos, de allí esa expresión también conocida de que “cada cabeza es un mundo”.
Sin embargo, existen consignas sociales, que se han ido marcando por el uso y que tienen que ver con la cultura o los patrimonios experienciales con los que cada quien vive y que le llevan a querer hacer cosas para satisfacer al otro, no siempre con ese logro. Una madre puede, por ejemplo, recoger el cuarto del hijo pensando que él se sentirá mejor en una habitación ordenada, y este al ver el resultado sentirse incómodo porque asumirá de que había un mensaje subyacente de “arregla tu cuarto” o peor aún porque se le haya organizado su desorden, donde se sentía cómodo y quizá con el agravante de que le hayan botado algún papel u objeto que tenía un significado. En este ejemplo, el hacer al otro algo, resultó en un “no quiero que hagas nada para mí”.
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En la relación de dos, que uno haga un halago, atienda o solucione un problema doméstico no debería llevar más connotaciones que las de hacer sentir bien al otro y a sí mismo. Es si se quiere el fin primordial en una relación. Nadie vive en comunidad, sociedad, o pareja para incomodar y crear perjuicio, que a la larga se revierte sobre sí mismo, la vida en comunión es necesaria en cualquier grupo humano que habite bajo el mismo techo o que comparta espacios de habitabilidad: barriadas, comunidades, edificios y otros.
Resulta obvio que cuando le mostramos a alguien que comparte vida con nosotros: un objeto deteriorado, las consecuencias de un mal hábito, algún problema de seguridad o carencia y tantos más que son normales en estas condiciones, lo único que esperamos es que se interese por lo que ocurre y sugiera o tome medidas al respecto. No le vamos a señalar el bote de agua al hombre que viene a vender cepillos, ni a un extraño, se supone que es a los involucrados en la consecuencia de ese problema a quienes se les hace la observación para que se sumen a la búsqueda de soluciones y todos poder tener un estilo de vida cónsono con lo que antes se ha vislumbrado.
Saber vivir es un aprendizaje de todos los días. “Nadie nació aprendido” decían las abuelas, por ello el compromiso diario de aprender sí debería ser lo que uno haga por el otro y revisar ese conjunto de expresiones que se repiten sin pensar y no aportan a la solución de los problemas.
Una expresión oída al caminar las calles generó toda esta reflexión. Tu opinión es importante para mí.
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Imágenes elaboradas para esta publicación con el programa Canva.com
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Cuando hacemos eso a cierta edad de nuestros hijos es meterse en problemas, luego creen que sabemos donde está todo. Aprendí a cerrar la puerta del cuarto, total a mí era la que me incomodaba, que recuerdos tan gratos.
Una sugerencia, si planteas el caso varias veces y no te hacen caso, soluciona, busca alternativas con familiares de confianza que puedan recomendarte a alguien que ayude a resolver problemas de tuberías, bote de agua en el baño, esto es algo delicado, muchos luego se disgustan. Aquí mejor no opino (risas).
Se ve fácil el tema, a medida que vas buscando en el interior de nuestro ser es mejor dar esas expresiones tan comunes que van decepcionando.
De verdad algunas expresiones son incomodas, respuestas y silencios son algo serio si no se tiene esa delicadeza y compromiso por el otro.
Tratar de dar lo mejor de nosotros total algún día ya no estaremos, quedaran esas palabras, recuerdos, deseo que sean los mejores. Gracias @charjaim.
Hola, amiga, escuché esa respuesta esta mañana cuando salí y pasaba por una casa. Mientras caminaba fui tejiendo el post y al llegar de regreso de una vez lo escribí y publiqué porque esto es algo tan común. Son respuestas, junto con otras, que la gente se acostumbra a soltar sin saber el malestar que ocasiona y que efectivamente, no soluciona nada. Saludos cordiales. Gracias por tus acertadas consejas.