Cuando invadimos
cuando construimos en medio de la vida,
cuando el verde aún persiste,
cuando el hormigón encuentra su salida,
nos damos cuenta de la diferencia
que tenemos entre vivir y sobrevivir.
pero lo concreto por recto que sea,
también tiene vida y ligereza, es lo que pretende,
protegernos y darnos un futuro sin frialdad,
a medida que la vida crece y se extiende,
el hormigón armado nos protege del sudario.
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