La mujer ideal
que me dejó sin pensar,
sus labios eran tan coquetos
que me hacían querer tocar.
Silueta discreta
pero digna de mirar,
su piel era blanca
y me hacía sonrojar,
mis manos se inquietaron
por quererla acariciar.
Su elegancia sobresaltaba
me hacía a su lado
querer estar,
su mirada era profunda
y en ella me quería quedar.
Sus dedos era tan finos
que su mano
me provoco tomar,
ella era tan bella
que enamorado me hizo estar.
Su encanto brillaba tanto
que mis ojos
llego a escandalizar,
ella era tan perfecta como muñeca de cristal.
Ella que ni cuenta se daba
que allí estaba
yo queriéndola abrazar,
cruzar una mirada con ella que me permitiera
poderla besar.
Pero que triste resultó todo cuando de repente desperté
y ya lo la pude mirar,
era tan solo un sueño
que me dejó con ganas
de llorar.
