In the middle of the night, in absolute darkness inside the room, Melissa let out a cry of despair. She was reaching the limit, her mind seemed to explode into a thousand pieces. She was scratching her arms hard, digging her nails into the skin, she wanted the pain to make that figure that accompanied her everywhere disappear...
Melissa was five years old when she first saw herself in the mirror of the new house. She saw her reflection in the big mirror and it wasn't a child's. In front of her was an overweight, emaciated woman in her forties with deep dark circles under her eyes. Trembling, she asked her parents to remove the mirrors from the house, but they paid no attention to her.
In the room she had a small mirror on the shelf, she covered it up at night, because the woman's face was always reflected. When her mother called her to comb her silky hair, she had to endure seeing that monstrous woman. Ugly! Ugly girl! Your parents don't want you! You're useless!
She had to learn to ignore the reflection. Although at night, she heard horrible screams. She covered almost all the mirrors with pieces of sheets. She was already a teenager, attractive to boys, had a well-defined body. But the suitors kept away from her because they thought she was crazy. She had a habit of covering mirrors everywhere. She wouldn't go into the high school bathroom, so she wouldn't have to see the old woman. The reputation of being a madwoman spread everywhere, until no boy wanted to go near her.
Both parents got sick and died two months apart. Melissa was left alone in the house, falling into a huge depression. The anxiety made her eat in large quantities, becoming the woman reflected in the mirror. She felt unhappy, the psychiatrist prescribed drugs to counteract the constant panic attacks.
En medio de la noche, en absoluta oscuridad dentro de la habitación, Melissa dejaba salir un grito de desesperación. Ella estaba llegando al límite, la mente parecía que le explotaría en mil pedazos. Ella rascaba los brazos con fuerza, clavando las uñas en la piel, quería que el dolor hiciera desaparecer esa figura que a todas partes la acompañaba…
Melissa tenía cinco años de edad cuando por primera vez se vio en el espejo en la nueva casa. El reflejo no era el de una niña. Frente a ella, estaba una mujer de cuarenta años, con sobrepeso, demacrada, de profundas ojeras. Temblorosa, le pedía a los padres que quitaran los espejos de la casa, pero no le prestaban atención.
En la habitación tenía un pequeño espejo en la repisa, cubriéndolo en las noches, porque el rostro de la mujer siempre aparecía reflejada. Cuando la madre la llamaba para peinar el sedoso cabello, tenía que soportar ver esa monstruosa mujer. ¡Fea! ¡Niña fea! Escuchaba que le decía la imagen en el espejo. ¡Tus padres no te quieren! ¡No sirves para nada!
Ella tuvo que aprender a ignorar el reflejo. Aunque por las noches, escuchaba unos horribles alaridos. Cubría casi todos los espejos con trozos de sabanas. Ya era una adolescente, atractiva para los chicos, tenía el cuerpo bien definido. Pero los pretendientes se alejaban de ella porque creían que estaba loca. Tenía una manía de cubrir los espejos de cualquier lugar. No entraba al baño de la secundaria, para no tener que ver a la vieja mujer. La fama de ser una loca fue esparciéndose en todas partes, hasta que ningún chico quería estar cerca.
Ambos padres enfermaron y murieron con dos meses de diferencia. Melissa quedo sola en la casa, cayendo en una depresión enorme. La ansiedad la hacía comer en grandes cantidades, convirtiéndose en la mujer que aparecía reflejada en el espejo. Ella se sentía desdichada, el psiquiatra le receto drogas para contrarrestar los constantes ataques de pánico.
The medicine seemed to have positive effects for a while, she was more sociable with the neighbors and went out of the house more often. One day while shopping, she met Antonio, an immigrant who had just arrived in town and was working at the supermarket. He offered to help her with the shopping bags, starting a beautiful friendship. She invited him to dinner one night, and he dressed up in an old dress that still fit her. She removed the sheet from the mirror, there was no reflection that disturbed her. After dinner, she told Antonio that he could stay. They made love until they were exhausted.
Antonio was in the deepest sleep, she got up to open the windows, so that fresh air could enter the hot night. A shriek from the mirror made her panic. She looked in front of the mirror, there was the figure of an old woman totally disfigured, without teeth, and with her hands full of blood. Kill it! Kill him too, just like you killed your parents! Look at me, I am you!
Melissa couldn't take it anymore, the reflex had returned. She took the lamp and threw it against the mirror, but it was intact. Desperate I hit it with my hands, the old woman in the reflection, they laughed outrageously. Antonio woke up because of Melissa's screams. He tried to stop her, but she was out of her mind, with a piece of glass, he was stabbed.
The trial was quick, the court condemned her to be confined in a mental hospital. The neighbors mourned the loss of Antonio the immigrant, who fell in love with the craziest woman in town. After a year, Melissa's good behavior brought her some benefits, she could do supervised work in the psychiatric hospital. One afternoon, taking advantage of an oversight, she went to the kitchen, smeared oil on her face and lit the stove. She had second-degree burns, would be disfigured for the rest of her life.
Fifteen years later, the government released her and assigned her to a welfare centre. In the new facility that would be her home, she had better accommodations and the care of a nurse. Everything was paid for with the house that the court confiscated to cover her expenses. Maelissa is old and deformed. She asked for a mirror to be installed in her room. She spent the day looking at her reflection, there she saw herself as a child, then a teenager and then a woman. Kill him! Kill him just like you killed your parents! Look at me, I'm you! She was telling the frightened woman she saw reflected in the mirror.
La medicina parecía funcionar durante un tiempo, fue más sociable con los vecinos y salía más a menudo de la casa. Un día de compras, conoció a Antonio, un emigrante recién llegado al pueblo, que trabajaba en el supermercado. El se ofreció a ayudarla con las bolsas de las compras, iniciando una bonita amistad. Ella lo invito a cenar una noche, se arreglo con un viejo vestido que todavía le quedaba. Quito la sabana del espejo, no había ningún reflejo que la perturbara. Después de cenar, ella le dijo a Antonio que podía quedarse. Hicieron el amor hasta quedar exhaustos.
Antonio estaba en el más profundo sueño, ella se levanto para abrir las ventanas, para que entrara aire fresco en la calurosa noche. Un chillido proveniente del espejo la hizo entrar en pánico. Se miro frente al espejo, allí estaba la figura de una anciana totalmente desfigurada, sin dientes, y con las manos llenas de sangre. ¡Mátalo! ¡Mátalo a el también, así como mataste a tus padres! ¡Mírame, yo soy tú!
Melissa ya no lo soportaba, el reflejo había regresado. Agarro la lámpara y la lanzo contra el espejo., peor este estaba intacto. Desesperada lo golpeo con las manos, la vieja en el reflejo, reían escandalosamente. Antonio se despertó por los gritos de Melissa. Intento detenerla, pero ella estaba fuera de sus cabales, con un trozo de vidrio, lo fue apuñalado.
El juicio fue rápido, la corte la condeno a ser recluida en psiquiátrico. Los vecinos lamentaron la perdida de Antonio el emigrante, que se enamoro de la más loca del pueblo. Luego de un año, el buen comportamiento de Melissa le brindo algunos beneficios, podía hacer trabajos supervisados en el psiquiátrico. Una tarde, aprovechando un descuido, se dirigió a la cocina, re unto aceite en el rostro y encendió la estufa. Tuvo quemaduras de segundo grado, quedaría desfigurada para el resto de su vida.
Quince años después, el gobierno la libero y asigno a un centro de asistencia social. En el nuevo recinto que sería su hogar, tenia mejores comodidades y el cuidado de un enfermero. Todo era pagado con la casa que el tribunal le confisco para cubrir los gastos. Melissa esta vieja y deforme. Pidió le instalaran un espejo dentro de la habitación. Pasaba el día mirando su reflejo, allí se veía cuando era niña, luego una adolescente y después una mujer. ¡Mátalo! ¡Mátalo así como mataste a tus padres!¡Mírame, yo soy tú! Le decía a la atemorizada mujer que veía reflejada en el espejo.
#posh
Wao amigo @jcrodríguez que historia tan terrible, espero que solo sea producto de tu imaginación. Déjame decirte que impacta bastante, te felicito por tener esa creatividad.