Huye de la bestia | Relato corto |

in GEMS4 years ago (edited)

Huye de la bestia

   

    Echaron a correr, era lo único que podían hacer. No tenía idea de por cuánto tiempo habían corrido, pero la bestia parecía estar pisándoles los talones en todo momento. Tres veces volteó, y tres veces estaba ahí, siguiéndoles el paso. Quizá si se detenía todo terminaría pronto, podría dejar de huir y ese sufrimiento acabaría. «Sí, debería hacer eso» pensó antes de que ella y Boris, su esposo, bajaran por la pendiente. "Bajar" es una forma amable de decir que rodaron cuesta abajo. Ambos entraron a una vieja casa y subieron hasta el segundo piso. Boris movió un estante para bloquear la puerta.

    —Sabes que eso no la detendrá —replicó ella. La vieja repisa de madera podrida no podría haber parado a un hombre enojado, mucho menos a la bestia cuando estaba hambrienta.

    —¿Tienes una mejor opción, Adeley? —no la tenía. Por lo cual calló y cargó el rifle, deseando lo mejor y esperando lo peor.

    En silencio, escuchó. Más allá de la lluvia, que empezó a caer pocos minutos atrás, no oía nada. Llegó a pensar que quizá la bestia se había aburrido «o encontró una presa más fácil», los golpeteos siguientes disiparon ese pensamiento.

    —Mierda, nos olió —masculló Boris. Su esposo no era precisamente un hombre inteligente, ya de por sí era un milagro que hubiesen conseguido sobrevivir tanto tiempo.

    —No me digas —respondió ella, tratando que sus palabras sonaran de la forma más cortante posible. Por culpa de ese hombre inútil estaban varados en aquella situación —. Es solo una, la misma que lleva siguiéndonos por todo el valle —dijo al ver por la ventana y añadió: —tal vez podamos matarla —al fin y al cabo ellos eran dos y estaban armados con un rifle y una pistola.

    —No, no tiene caso —respondió él sin más. ¿"No tiene caso"? Adeley no podía dar crédito a lo que sus oídos escuchaban, ¿es que acaso pretendía estar huyendo todo el día? —Esperaremos a que entre y entones saldremos por esta ventana, bajaremos por el techo y seguiremos corriendo.

    «¡Oh! ¡Excelente idea!» quiso responderle, con el mayor sarcasmo posible, sin embargo concluyó que de nada ayudaría, así que prefirió ahorrarse el comentario y mantener la cabeza despejada.

    Por una hora la bestia dio vueltas a la propiedad, rasgando las paredes y olisqueando los alrededores, o eso parecía hasta donde era posible escuchar en la habitación, «Sabe que estamos aquí. Por desgaste tiene las de ganar, solo debe esperar», ese pensamiento enfrentaba a Adeley con lo que percibía como una inminente muerte. Finalmente, empezó a golpear la puerta principal. Dos embestidas bastaron para tumbarla.

    —Llegó la hora, vamos —susurró Boris. Ella cargó el rifle y él abrió con sumo cuidado la ventana.

    Todo marchaba bien, la propia Adeley fue la primera en bajar, apenas tocó el suelo vigiló por la ventana: ahí estaba la bestia, buscándolos. Caminaba de un pasillo a otro en un vaivén hasta que amagó con subir por las escaleras. En ese momento Boris bajaba, todo habría terminado bien de no ser porque el idiota se cortó en un dedo. Solo brotó una gota de sangre, pero eso fue más que suficiente. La bestia lanzó un aullido estruendoso y ellos corrieron despavoridos, otra vez.

    —¡Mierda, está acercándose! —gritaba Boris mientras volteaba para dispararle a la bestia y seguir corriendo —. ¡Dispárale, Adeley, dispárale! Carajo, nos va a alcanzar.

    Adeley se detuvo y apuntó con el rifle: «Necesito darle en el punto —la única forma de matar a la bestia, era dándole en un punto específico en su cabeza —. Diez centímetros sobre los ojos» recordó. Era un blanco pequeño, y su objetivo demasiado veloz. «Mierda, no puedo apuntarle», en cambio tenía otro objetivo cerca, demasiado cerca, un blanco de un metro ochenta. Vaciló por un instante, pero tenía que decidir rápido. Apretó el gatillo y Boris cayó sujetándose la pantorrilla.

    —¿¡Qué has hecho, mujer!?

    —Lo siento —fue lo último que le dijo. No volteó a ver cómo la bestia despedazaba a su esposo, aunque creó la escena en su mente, basándose en sus agónicos gritos.


Huye de la bestia.png
Imagen original de Pixabay | Schwoaze

   

XXX

   

¡Gracias por leerme! Espero que te haya gustado, y gracias de antemano por tu apoyo.

Te invito a leer mi presentación del capítulo I de Los cuentos de Epimeteo, un universo de fantasía que estoy desarrollando.

Las historias aquí contadas se transcurren en el continente de Epimeteo, una tierra que recientemente experimentó una de sus más cruentas guerras, y parece estar en aras de otra:

Puede que ahora Epimeteo viva en paz. No obstante, quince años después, los horrores de la Rebelión de los Elfos, llamada también la Gran Guerra, siguen frescos en la memoria de quienes la pelearon de lado y lado. Por ello, existe mucho desprecio mutuo de la mayoría de los elfos para con la mayoría de los humanos y viceversa.

Si te gustó, te invito a leer otros de mis posts:

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¿Te has preguntado por que nadie te comenta? 😄

Quizá sea por que no lees lo que escribes después de editar y el resultado es basurita jajajaja

"Boris movió un estante hasta para bloquear la puerta" ¿Hasta para? ¿Hasta la puerta? o ¿Para bloquear la puerta?

"—. Es solo una," ¿Acaso después de un guión le sigue un punto final? no joda

Buen post, mi hermano te lo ha votado 😝

¡Pero miren quién reapareció! ¡Mi fan número uno en todo Hive! Gracias por la corrección, fan. Es común que se me escape uno que otro detalle con palabras coladas, eso pasa cuando reescribes párrafos.

Ah, y deberías googlear cómo se usan los guiones de diálogo, puede que te lleves una sorpresota.

Espero que a tu "proyecto" le esté yendo muy bien.