En terrenos baldíos, debajo de los puentes, plazas y hasta parques, los venezolanos no “pelan” ningún árbol a la hora de buscar la leña para el fogón, ya que necesitan cocinar debido a la falta de la distribución del gas doméstico que no está llegando hasta los hogares.
Me sorprende ver como algunos vecinos salen con los niños a tempranas horas a buscar la tan anhelada madera para prender el fogón y así poder preparar los alimentos del día.
Para esto muchos de ellos se preparan a cualquier hora del día con machetes, picos, carretillas y bolsas. Salen y cazan para ver cuál será el lugar donde haya leña buena. Varios personas encontraron un lugar, donde hay leña “gratis”. Así que me detuve un buen rato a captar unas fotografías de las personas que pasaban cerca del lugar en el que me encontraba.
Se puede observar a muchas personas transportando la leña en los hombros, en carretas, ya se ha hecho costumbre tener que levantarse y salir a la calle a buscar la madera para encender el fogón.
Las escuelas permanecen cerradas por el covid-19, mientras estos niños salen con sus padres a diario a los terrenos más cercanos a buscar la leña que se necesita en el hogar.
Mientras caminaba por una avenida, miraba a un señor el cual iba con su hijo cargando la leña para que su esposa pudiera elaborar la comida, y le pregunté cada cuanto tiempo salía a buscar leña y me respondió que tenía que salir a buscar madera cada tres días.
Sentí mucha curiosidad y le pregunte si había alguna madera especial para la leña y su respuesta fue la siguiente:
“A la hora de una cualquier palo es bueno para cocinar a leña”
Nuestra realidad es cruel y muy dura, ya que la necesidad tiene cara de perro, es una forma de expresión, para querer decir que la situación está bien fuerte y fea.
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Cada día se hace más común mirar a padres de familia que salen a cortar leña a diario para luego colocarla en venta o realizan algún trueque por comida.
La escasez de gas doméstico mantiene a varias familias exhausta ya que llevan casi nueve meses sin que puedan utilizar sus cocinas a gas.
Es una gran realidad, es frecuente encontrarse en el camino con estas imágenes de venezolanos buscando esta herramienta para lograr cocinar. . . Para uno que es madre, no debe ser nada grato tener que a diario estar pegada a un fuego en más oportunidades que sean necesarias para cocinar. ¡Agotador!
Es una verdadera y triste realidad. Nuestras montañas están siendo muy visitadas
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