¡Hola comunidad!
Hoy quiero hablarles de cómo me convertí en un escalador.
Quizás mi pensamiento injustificado era alentado porque siempre había tenido presente el deporte en mí día a día, llegando a pensar que escalar era fácil. Hasta aquel día que salí más temprano de lo regular de la Universidad y decidí informarme acerca de cómo podía participar en dicho deporte, amablemente me comunicaron los horarios y consideré que sería buena idea ir los fines de semana porque eran días donde me olvidaba un poco de los estudios y los dedicaba a descansar o a distraerme con cosas diferentes.
Cuando llegó el fin de semana descubrí varias sensaciones que jamás en mi vida había experimentado, que fueron el temor y la adrenalina que sentí al estar a más de 10 metros sujeto a un arnés y confiando mi seguridad a alguien que apenas conocí en ese momento. Confieso que la primera vez no llegué a la cima de la pared pues entré en pánico, el cual recorría mi cuerpo e invadía mis pensamientos por lo que no pude avanzar, ni retroceder tan siquiera unos centímetros, simplemente me aferré hasta más no poder. Entonces tuve una conversación interior que cuestionaba mi valentía y más aún mis condiciones físicas, y así fue como afloró en mí un verdadero reto y me convencí de sí era capaz de adaptarme a los cambios que se presentaban en la ruta, pero mientras asentaba con la cabeza el cansancio cada vez era más grande…
…hasta caer.
Cuando mis pies tocaron suelo nuevamente, comprendí que la ascensión era más dura de lo que esperaba y esto sembró en mí una idea de superación la cual fue: “tengo que subir constantemente esta pared hasta poder llegar a la cima, ¿o es que acaso no soy un atleta verdaderamente? ” y desde ese momento me dediqué a entrenar con los instructores en cada tiempo libre que tenía.
Los fines de semana se convirtieron para mí en una cita obligatoria con el muro de escalada y poco a poco puede ir completando diversas rutas, a medida que comprendía que no se trataba de fuerza sino más bien de armonía tanto física como mental y sobre todo confianza en las capacidades desarrolladas. De la noche a la mañana cambió mi vida, convirtiéndome en un hombre con deseos de querer llegar a donde nadie antes había llegado, sintiendo placer al escalar nuevas rutas y llenando mi espíritu de una manera indescriptible.
Hasta el día de hoy soy un escalador activo con todas esas sensaciones que manifiestan siempre un nuevo reto en mi vida y, en mi humilde, opinión creo que hay muchas personas como yo que están en busca de un deporte o pasatiempo que les anime a demostrarse a sí mismos que los límites son principalmente mentales y que los obstáculos los ponemos nosotros mismos en nuestra vidas.
A continuación, comparto con ustedes diversas fotografías de mi experiencia como escalador, en Competencias Nacionales de mi país y en viajes donde el principal motivo era escalar...
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¡Gracias por el apoyo!
Que buena tu historia, sin duda cuando encontramos algo que nos apasiona , es imposible dejarlo,a mi me encanta entrenar aveces cuando dejo de hacerlo por un tiempo siento que el cuerpo me exige jeje
Gracias @genesishealthy qué gusto que te gustó mi post... Y si es imposible abandonar algo que ya se hace parte de nuestra vida. ¡Saludos!