El extraño posó su mirada sobre las flores. Dijo algo en un susurro que no alcanzamos a oír. El de al lado dijo algo que no entendí. Es que, mi audición es limitada. Sé leer los labios y sé muy poco de Lengua de señas. Apenas estoy aprendiendo. La verdad es que quería usar unos aparatos para escuchar mejor pero tengo que esperar debido a lo costoso que es y las diferentes pruebas que tengo que hacerme para usarlo.
El extraño entró y me susurró algo. De nuevo no pude entender. Me miró por un momento e hizo una seña para salir de allí. Me pregunté si sería prudente seguirlo y de manera impulsiva me levanté y comencé a caminar. El extraño me sonrió mientras sostenía la puerta.
Caminamos y me dijo, lo escuché clarito, que no tardaríamos mucho en llegar, le pregunté hacia donde ibamos, me sonrió y me hizo una seña para que mirara hacia atrás. ¡No podía creer lo que estaba viendo!
El extraño me tomó del brazo y me dijo que adonde íbamos ya no tendría problemas de audición, asentí, y seguimos el camino, mientras veía cómo unos hombres me levantaban del suelo.
Fuente: Photo by Majid Rangraz on Unsplash</