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La vieja poltrona.
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Juanita, me olvidaste sin existir motivo
o tal vez me confié demasiado en tu amor
porque hasta descuidé el mantenerlo vivo,
y hoy en mi soledad lloro con mi dolor.
Éramos muy felices al juntos encontrarnos
pues uno para el otro fue nuestro juramento,
y muchos regalitos siempre solíamos darnos
para así incentivarnos en nuestro sentimiento.
Una ausencia de un año bastó para que hubiera
un arrase en los pechos y al regresar los dos
en lugar de abrazarnos hubo fue una quimera
y no quedó otra opción que decirnos adiós.
No nos echamos culpa por tan grande descuido
pues ambos nos unimos a las nuevas parejas
pero a veces pregunto qué motivó ese olvido
si fuimos muy felices, sin problemas ni quejas.
Irremisiblemente, sentado en la poltrona
vieja que hay en la casa, muy cómoda y bonita,
te observo cuando pasas con esa otra persona
y digo cuando pasas: "Adiós, doña Juanita".
o tal vez me confié demasiado en tu amor
porque hasta descuidé el mantenerlo vivo,
y hoy en mi soledad lloro con mi dolor.
pues uno para el otro fue nuestro juramento,
y muchos regalitos siempre solíamos darnos
para así incentivarnos en nuestro sentimiento.
un arrase en los pechos y al regresar los dos
en lugar de abrazarnos hubo fue una quimera
y no quedó otra opción que decirnos adiós.
pues ambos nos unimos a las nuevas parejas
pero a veces pregunto qué motivó ese olvido
si fuimos muy felices, sin problemas ni quejas.
vieja que hay en la casa, muy cómoda y bonita,
te observo cuando pasas con esa otra persona
y digo cuando pasas: "Adiós, doña Juanita".