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Me disponía a empezar a leer el libro 'Noctuario' de Thomas Ligotti, cuando de repente al mover el mouse de la computadora, reparé (no sé porque), en que el cable que lo conecta al ordenador, estaba enrollado y atado con un pequeño alambre forrado de plástico.
Ese que se usa para asegurar cualquier cable enrollado que viene en un sinfín de productos, ese mismo del que depende que nuestro pan de molde se mantenga fresco... y no pude evitar pensar en como algo tan simple puede ser tan útil.
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Pensemos por ejemplo en el pan de molde que compramos en la tienda de la esquina o el supermercado. Que el pan llegué a la fecha de caducidad marcada en el empaque, y prácticamente el prestigio de la empresa, dependen de ese humilde, y sin embargo, vital artilugio.
¿Como será el proceso para asegurar que esto suceda?, ¿Habrá una manera más segura de lograr el mismo efecto? —me pregunté—... y no pude evitar pensar que tal vez sea porque no hay nada como lo más sencillo.
Después pensé nuevamente en el cable del mouse, y no pude evitar compararlo con nuestra vida, toda enmarañada, y sujetada muchas veces por cosas tan simples como la rutina, como el gusto de ver una película mientras comemos palomitas, o el poder darse el gusto de vez en cuando de dormir sin preocuparnos por el reloj despertador.
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Así de simples podemos ser, así de complejos. Seres cuyo equilibrio emocional puede depender de un simple respiro momentáneo para agarrar aire y seguir adelante, ese respiro, es el alambrito que sujeta nuestra vida y evita que esa maraña nos ahorque sin que nos demos cuenta...y no pude evitar pensar en que tan frágiles somos.
Luego pensé que nosotros también podemos ser ese alambre para los otros. Cuántas veces cuando estamos a punto de reventar, una palabra o sonrisa de la persona adecuada nos da la fuerza de continuar. Nuestra madre, nuestra pareja, nuestros hijos, son muchas veces ese alambre forrado de plástico que mantiene unido nuestro caos y nos evita colapsar... y no pude evitar pensar en que tan afortunados somos.
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Finalmente pensé en que no siempre es fácil encontrar ese alambrito que le de sentido a nuestra vida, ese artilugio con cuerpo de mujer, o de hombre, según sea el caso, que mantenga unida la maraña de sueños, miedos e ilusiones que somos. Ese alguien que sin importar que tanto se nos enmarañe la vida, nos ayude a ser seres funcionales y hasta felices... y no pude evitar pensar en ella.
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©bonzopoe, 2020.
Nota: La imagen de portada fue creada a partir de la fuente señalada usando Microsoft PowerPoint.
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