Una pista inesperada

in Freewriters3 years ago (edited)


Me agaché para revisar los muchos pedazos de papel desperdigados por el suelo. Algunos contenían notas que me parecieron extrañas. Pero sabía que formaban parte de un gran rompecabezas.

Era bastante difícil mantener el buen ánimo en aquel lugar, sobre todo después de la tragedia. Cada espacio en aquella envejecida y descuidada habitación era deprimente. Y pensar que alguna vez llegó a ser el taller de una de las mentes más brillantes de toda la ciudad.

Procuraba tocar cada cosa con mucho cuidado, no porque quisiera evitar dañar alguna evidencia, sino porque no deseaba ensuciarme con la espesa capa de polvo que lo cubría todo.

Había estado una decena de veces en ese sitio sin encontrar nada nuevo. Pero la presión del alcalde sobre este asunto era enorme. Los medios de comunicación no hacían más que hablar del suceso como si no hubiera otra noticia más relevante o nueva que pregonar.

Cada cajón de aquel escritorio, cada libreta de apuntes, cada envase de resina y pintura; la examinaba siguiendo las normas de investigación. Me frustraba la idea de no poder hallar nada nuevo, una pista que condujera el caso en otra dirección.

Me pareció ver a alguien merodeando por el patio de la casa. Me asomé a la ventana, pero la cortina de telaraña no me permitió ver de quién se trataba. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea, una en la que no habíamos pensado ni la policía, ni la odiosa sargento Miraval, ni yo.

Busqué a toda prisa en mi bolsillo mi pequeña agenda con apuntes. Encontré los testimonios de los testigos que aseguraban haber visto al supuesto ladrón entrar y tomar la pintura.

Uno de ellos describía con increíble precisión la ropa del intruso y hasta algunos detalles de los adornos en su muñeca “¿Quién usa adornos durante un robo?” —pensé— pero todo era más claro para mí si agregaba a la ecuación la posibilidad de que el testigo se confundiera por la opacidad del cristal de aquella ventana.

Recordé la nota que se halló en el estuche de joyas, esa nota extraña que indicaba ira y decepción; dirigida a un tal Charlie.

Todo comenzaba a tomar cierto sentido, pero la posible solución que se formaba en mi mente no solo era absurda desde algunos puntos de vista, sino que implicaba a personas que nadie sospecharía.

Tomé mi teléfono para llamar a Claus, tenía que hacerlo venir para mostrarle mi hallazgo, pero como siempre, no atendía llamadas si era de día; que costumbre tan poco práctica en aquel hombre.

Salí de aquella triste habitación con rumbo a la biblioteca, quería confirmar cuanto antes mi teoría.

Escrito para el concurso "Una imagen vale más que mil palabras" de la @freewritehouse y @mariannewest

La imagen de portada es tomada del concurso


Escrito original de G. J. Villegas @latino.romano


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Me encanta jaja,con ese estilo muy de detectives,muy creativo sinceramente.Espero que Claus vaya a la escena y se resuelva el caso jaja.Saludos desde Margarita,Venezuela.