Encuentros inesperados

Vicenta Lizardhard acababa de llegar de los Estados Unidos, después de pasar mas de cuarenta años casada con William Lizardhard con quien aparentemente tuvo dos hijos, Clara y Brandon, y digo aparentemente porque todo mundo sabía que Vicenta estaba embarazada al momento de conocer a William, pero después de todo, eso no tiene la menor importancia, no era lo mas raro en aquel entonces que vinieran extranjeros muy mayores de edad a casarse con jovencitas de quince años, y bueno al decir de William que ya estuviera embarazada y casi a punto de dar a luz era mas bien una bendición, pues en unos pocos meses tendría una familia completa.

William había pasado la vida estudiando y haciendo fortuna, pero al cumplir los cincuenta fue diagnosticado con una afección coronaria que, al decir de los especialistas, lo llevaría a la muerte antes de tres años. Fue entonces cuando decidió venir de vacaciones a estas lejanas playas vírgenes de Veracruz, donde conoció a una joven que vendía empanadas de camarón para sostenerse y juntar algo de dinero para su próximo parto. Cuando vio a William por primera vez su rostro se iluminó de inmediato, pues decía que se parecía a su abuelo materno a quien conoció sólo en fotos. Cuando William vio las fotos del abuelo de la chica quedó perplejo, pues en las fotos antiguas de su tío Alfredo aparecía siempre la misma persona. Al parecer el abuelo de la joven y su tío habían sido amigos de la infancia.

Poco después de que nacieron Clara y Brandon, Vicenta y William contrajeron nupcias y decidieron ir de luna de miel a diferentes partes del mundo antes de regresar a Veracruz para establecer su residencia, pero esa luna de miel se hizo mas larga de lo esperado pues al llegar a España la oportunidad toco a su puerta al comprar un pequeño viñedo que con los años se convirtió en un importante productor de vino artesanal. Cinco años mas tarde se mudaron a Portugal donde vivieron dos años, después se trasladaron a Noruega don de vivieron tres años, luego otro cinco años en Francia y finalmente tres mas en Inglaterra, donde las cosas empezaron a ponerse raras.

En una práctica de la universidad Brandon tuvo la idea de hacer un mapeo genético de su familia. Lo que encontró lo dejó perplejo. Sin lugar a dudas su hermana era hija de su madre, pero extrañamente, su padre que no debería tener parentesco genético, parecía ser su tío o algún familiar. Cuando revisó sus resultados de plano se echó a reír, pues revelaban que no era hijo de su madre ni de su padre. Le pareció que algo estaba mal y decidió repetirlos el mismo. Los resultados eran los mismos, ahora se explicaba algunas cosas, mas no quiso decir nada y se olvidó del asunto. Sin embargo dos años mas tarde él y su hermana desaparecieron sin dejar rastro. Vicenta y William acudieron a las autoridades, pero nada pudieron hacer y cinco años mas tarde decidieron mudarse a los Estados Unidos donde vivieron diez y nueve años mas hasta que murió William a la edad de noventa y cinco años. Quien iba a pensar que un hombre desahuciado iba a vivir tantos años y con tantas aventuras...

Swap meet

Vicenta Lizardhard had just arrived from the United States after spending more than forty years married to William Lizardhard with whom she apparently had two children, Clara and Brandon, and I say apparently because everyone knew that Vicenta was pregnant when she met William, But after all, that does not have the least importance, it was not the strangest thing at that time that foreigners very old came to marry fifteen-year-old girls, but well, William knew that she was already pregnant and almost about to giving birth was rather a blessing, because in a few months he would have a complete family after all.

William had spent his life studying and making his fortune, but when he turned fifty he was diagnosed with a coronary disease that, according to specialists, would lead him to death within three years. It was then that he decided to come on vacation to these distant virgin beaches of Veracruz, where he met a young woman who sold shrimp empanadas to support himself and raise some money for her first delivery. When she saw William for the first time her face lit up immediately, as she said he looked like her maternal grandfather whom she met only in photos. When William saw the photos of the girl's grandfather, he was perplexed, because the old photos of his uncle Alfredo always showed the same person. Apparently the girl's grandfather and her uncle had been childhood friends.

Shortly after Clara and Brandon were born, Vicenta and William got married and decided to go on their honeymoon to different parts of the world before returning to Veracruz to establish their residence, but that honeymoon was longer than expected because at Arriving in Spain the opportunity knocked on his door when he bought a small vineyard that over the years became an important producer of artisanal wine. Five years later they moved to Portugal where they lived for two years, then they moved to Norway where they lived for three years, then another five years in France and finally three more in England, where things started to get weird.

At a university internship Brandon had the idea to do a genetic mapping of his family. What he found puzzled him. Without a doubt, his sister was the daughter of his mother, but strangely, his father, who should not have a genetic relationship, seemed to be his uncle or some relative of her. When he reviewed the flat results he laughed, as they revealed that he was not the son of his mother or his father. He thought something was wrong and he decided to repeat them himself. The results were the same, now it was explaining some things, but he didn't want to say anything and forgot about it. However two years later he and his sister disappeared without a trace. Vicenta and William went to the authorities, but they could do nothing and five years later they decided to move to the United States where they lived for another nineteen years until William died at the age of ninety-five. Who would have thought that an evicted man would live so many years and with so many adventures ...