La aventura de los padres siempre es una aventura gratificante, cambiante, activa, pero cuando llega Navidad y nos toca ir a la tienda de juguetes a la aventura más linda de un juguete buscar.
Incluso nos podemos encontrar hasta con el mismísimo Santa, que a veces nos ayuda a comprar juguetes para nuestros pequeños, el con una sonrisa y siempre dispuesto con su traje rojo y buen aspecto.
Comparo la felicidad de entrar a una tienda de juguetes a seleccionar un motivo para un niño, con la felicidad que siente aquel que desea una aventura y entra a una librería por un libro para leer.
La verdad es que tienda de juguetes se construyen sonrisas; allí están las princesas todas dispuestas con cortesía, los caballitos se pueden ver como esperan ser cabalgados, y los trencitos están a la espera de la luz verde que indique la salida
Estar en una tienda de juguetes es volver a ser niño imaginando que jugamos con todos aquellos juguetes que quizás no tuvimos, podemos comprar alguno extra, entonces habrá un niño más bendecido
En esta Navidad seguro nos reencontraremos en la tienda de juguetes haciendo de Santa Claus o quizá de uno de los traviesos duendes que del taller de Santa escapó en la búsqueda de un paquete.
Esperemos en Dios que sigan las ilusiones en los años siguientes, que sigan las Navidades, y que los niños crezcan pero que siempre se mantengan en la ilusión de cuando juegan legres con sus juguetes.
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Imágenes propias. Fotografías tomadas con un móvil Blu Vivo One Plus. Cámara f / 2.0 1/100 3.79mm ISO 200. Editadas para los mensajes usando la aplicación de diseños Canva.
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