Siempre he sido un amante de los graffitis, ya lo he dicho en múltiples ocasiones y como diseñador, he tenido la oportunidad de ver y conocer a muchísimos artistas, adornando la ciudad con sus obras en innumerable cantidad de paredes, y eso fue lo primero que se me vino a la mente cuando pensé en una valla publicitaria, un espacio para promocionar un mensaje a través del arte. No estoy en contra de la publicidad comercial, no puedo estarlo por mi trabajo, de hecho soy un fiel creyente de que un producto sin publicidad no se vende bien (#Hive), pero también de que no toda publicidad es buena (#Hive en Twitter), por lo que considero que hay vallas espectaculares las cuales considero se deberían replicar por todo el mundo, y unas que preferiría no haber visto jamás.
Giant Frog / kristyglas
Volviendo al tema, creo que mi primera opción si tuviese una compañía de vallas publicitarias, que en realidad es un proyecto a futuro, sería aparte de prohibir cualquier tipo de campaña y contenido político, el colocar vallas estratégicas en la calle donde artistas de todo tipo puedan mostrar sus obras digitales, incluyendo un código QR con el cual las personas puedan comprar la obra, o entrar en un mercado digital donde poder navegar por el portafolio de dicho artista. Traigamos esto a la blockchain donde @nftshowroom nos ofrece algo parecido, un espacio donde cualquier artista puede compartir su arte y comercial con él, pero yo llevaría esto un paso más allá, imaginando una valla publicitaria en una estación de metro, y a una persona escaneando el código para comprar esa obra que le alegró la espera del tren, o tal vez una valla publicitaria en una parada de bus, en un centro comercial, o sobre un edificio adornando con obras de arte la ciudad, sería la forma más innovadora de comerciar con el arte, de llevarlo a cualquier lugar, de embellecer los ambientes y de combatir de manera concreta la cantidad absurda de propaganda negativa en el mundo, incluso podría servir como método de protesta, y como obra benéfica, los limites están en nuestra imaginación.
